Por Rafael Viloria
Los Venezolanos lo sabemos, el
estado, los medios de comunicación lo reseñan, el mundo entero también lo sabe.
Un derecho constitucional reservado a la sociedad venezolana, sin distingo de
clases, credos religiosos, políticos partidistas; en general la condición
humana está en "crisis”.
Quien aborda este tema, no
creo que haya descubierto el agua con el azúcar. Ni tampoco que está en
presencia de una “Premonición” propia de “Pitonisas”. La salud en Venezuela,
paradójicamente esta en terapia intensiva. La paciente (la salud misma) no está
dando signos de alguna mejoría. Futuro incierto se perfila en el panorama. A
ello hay que agregar (a la crisis) no solamente la ausencia de una “Gerencia
publica” que garantice que los postulados derechos constitucionales se cumplan
cabalmente; si no que la misma esta azotada por el flagelo salvaje de la
inflación.
De la crisis increscendo en
materia de salud, pareciera que nadie, o muy pocos se están planteando revisar
las causas, efectos y consecuencias en la que solo se observan pugnas políticas
que lejos de resolver la situación, la empeoran. Culpas vienen, culpas van.
Promesas van, promesas vienen. El paciente yace en cuidados intensivos, cada
vez más agudos, esperando, casi con resignación pasar a mejor vida.
Contrario a lo anteriormente
expuesto se impone la necesidad de plantear la experiencia en Barinas,
promovida, organizada y puesta en marcha en las comunidades. Desde 1970 los
cooperativistas nos propusimos por vía de la “Autogestión”, poner en marcha un
modelo organizativo alternativo, social, económico y político en materia de
servicios de salud médica asistencial ambulatoria, de cirugía y
hospitalización.
Iniciamos el proceso creando
una “Base Social”, compuesta por cooperativas de primer grado. A partir de
ellas, nos propusimos crear un organismo de segundo grado. A ese fin creamos
“La Central Cooperativa Barinas “Cecobar” R.L. En 1973 creamos el servicio
Funerario Cooperativo. En 1992 creamos el servicio Médico Cooperativo
“Sermecoop”. En 1994, habíamos creado las condiciones para poner en marcha un
centro clínico de atención médica ambulatoria general, pediátrica,
ginecobstetricia, medicina especializada, servicios de laboratorio clínico,
rayos X, odontología, imageneologia, hospitalización y cirugía en general. Al
proyecto, logramos incorporar en evidente “simbiosis” a profesionales de la
medicina.
Nos planteamos que la forma de
abordar tan interesante alternativa cooperativista tenía que tener como base,
la cooperación natural, la unión y la solidaridad y la ayuda mutua, en lo
social, económico y financiero. Una modesta cuota mensual permitía que
Sermecoop, se pudiera mantener con altos grados de eficiencia y eficacia. En
ese orden pusimos en funcionamiento la primera “Clínica Cooperativa del País”,
con capacidad para atender una nutrida población de familias organizadas en las
cooperativas.Hasta el año 2009 no solo habían nacido más de 700 niños y niñas;
si no que miles y miles de pacientes habían sido atendidos.
Hoy este proyecto por razones
que nadie entiende, se encuentra amenazado a desaparecer. Todo ello en virtud
de la vinculación del proyecto con asuntos de carácter político partidista
oficial, que nada ayuda para que siga siendo un modelo alternativo, en especial
hoy que la crisis se puede convertir en una oportunidad para contribuir con la
salida de tan aguda situación, que puede ser resuelta por el pueblo de forma
organizada. El estado está obligado a respaldar toda iniciativa que tenga como
propósito formar parte más que del problema, la solución a la crisis de la
salud en Venezuela.
Ex presidente de Ceconave
17-03-17
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