EFE 03 de diciembre de 2018
Opositores
venezolanos llamaron hoy a la unidad, negaron legitimidad al presidente Nicolás
Maduro e instaron a España y la comunidad internacional a que no lo reconozcan
para un nuevo mandato de Gobierno a partir del 10 de enero próximo.
En
Madrid, el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma, Antonieta Mendoza, madre del
opositor encarcelado Leopoldo López, y el activista de derechos humanos Lorent
Saleh intervinieron hoy en el seminario “Grandes desafíos de Iberoamérica”, de
la Fundación Internacional para la Libertad, que preside el escritor hispano-peruano
Mario Vargas Llosa.
Ledezma,
que se consideró a sí mismo alcalde “legítimo”, indicó que Venezuela es un
Estado “forajido”, sin separación de poderes, donde hay una “dictadura” en
manos del “hampa organizada”, que vinculó con el “narcotráfico” y el
“terrorismo”.
Repasó
el “colapso” económico, social y “moral” de una sociedad “fragmentada”, víctima
del “populismo” y de un “eje del mal tutelado por Cuba”.
Insistió
en la “presión internacional” para promover el “cierre de la tiranía”
venezolana y formar un Gobierno de transición democrática con unas elecciones
“soberanas” porque los opositores están “preparados”, con acciones conjuntas
dentro y fuera del país.
“Maduro
no tiene ni legitimidad de origen ni de oficio por fraude electoral y no
presenta cuentas en el Parlamento legítimo”, dijo en alusión a los comicios
presidenciales de mayo pasado y a la Asamblea Nacional. Además es “responsable
de crímenes de lesa humanidad”, aseguró.
Ledezma
se preguntó qué más pruebas son necesarias para aplicar “el principio de
injerencia humanitaria internacional”.
A
España le pidió que apoye, al igual que Francia y Alemania -según dijo-, la
investigación en la Corte Penal Internacional sobre los supuestos crímenes de
las autoridades venezolanas.
Invocó
a las fuerzas armadas, no para que den un golpe de Estado, precisó, sino para
hacer un “desagravio” al pueblo venezolano.
Antonieta
Mendoza leyó un mensaje de su hijo, en prisión domiciliaria, condenado a 14
años por instigar disturbios violentos en una manifestación, según la justicia
venezolana.
Así,
López aseguró que fue condenado “injustamente” por denunciar la “dictadura”,
protestar y pedir “un cambio pacífico de régimen”.
Sobre
la crisis del país, enfatizó que es “sistémica”, una “emergencia social”.
Reconoció
el esfuerzo de la oposición por reunificarse y alinearse en los últimos meses
con vistas a una “transición ordenada e inmediata”, con un Gobierno “de unidad
nacional”.
Y
solicitó a la comunidad internacional que no reconozca a Maduro e incrementar
la presión sobre él, pues comenzó “usurpando” la Presidencia y “no fue elegido
en comicios libres y democráticos”.
Saleh,
torturado por el Estado “terrorista” según su testimonio, advirtió de que el
odio es la peor manera de servir a un país.
“El
pueblo venezolano es profundamente pacífico, la tiranía lo sabe y por eso se
aprovecha”. Pero las tiranías “también sangran, sudan se agotan y se derrotan”,
afirmó.
Por eso,
hace falta “determinación y voluntad política” por parte de España y Europa.
“¿Cuántos muertos más hacen falta?”, se preguntó en alusión al concejal
Fernando Albán, fallecido cuando se encontraba bajo custodia del servicio de
inteligencia del Estado venezolano. Según la fiscalía, se arrojó al vacío desde
un piso décimo.
Vargas
Llosa se refirió a Venezuela como la “tragedia que parte el corazón a todos los
demócratas”, pues ha caído en manos de “una pandilla de extrema izquierda”, que
se ha dedicado a “saquear el país y destruirlo sistemáticamente”.
Sobre
Brasil, comentó que “el pueblo, harto de la corrupción, pedía un cambio
radical”, en referencia al triunfo del ultraderechista Jair Bolsonaro en las
recientes elecciones presidenciales.
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