Luis Manuel Esculpi 19 de febrero de 2019
@lmesculpi
Los
días que han transcurrido desde el cinco de enero hasta hoy, evidencian el
contraste presente en el nuevo panorama político, mientras la iniciativa
sostenida de las fuerzas democráticas se despliega exitosamente, el comportamiento
defensivo de la camarilla usurpadora cada vez más muestra su desconcierto y
desasosiego. Las comparecencias ante medios de comunicación nacionales e
internacionales de Maduro son una muestra evidente de esa realidad, a el
flamante ministro para la comunicación e información, que llegó a interrumpir
una entrevista para la Televisión Española , le debe parecer contraproducente
la aceptación de su jefe a conversarcon reputados periodistas de medios
internacionales.
Muy al
contrario ha resultado la presencia de Juan Guaido en las entrevistas
concedidas a esos mismos medios, demostrando serenidad y aplomo, explicando con
claridad y sencillez los conceptos que orientan el comportamiento político de
las fuerzas democráticas, emblematizando también en ese terreno, la antítesis
de Maduro.
Mientras
se juramentan miles de voluntarios para colaborar con la ayuda humanitaria,
ellos impiden el ingreso al país de una delegación del Parlamento Europeo,
cerrando una posibilidad de coincidir con algunos planteamientos promovidos
desde el viejo continente, que podían eventualmente encontrarse con la tabla de
salvación que promueven de convocar un “diálogo” para así comprar tiempo.
La
afirmación de “estar con el proceso” perdió significado, contenido y pueblo. El
corto recorrido de la marcha convocada el día de la juventud y la escasa
asistencia de empleados públicos y de los responsables de los CLAP, que
llegaron a duras penas hasta la plaza Bolívar, mostraron su debilidad y la
ostensible pérdida del poder de convocatoria. No es casual la torpeza de sus
movimientos, más allá de la simulación y las palabras, está tomando conciencia
de lo patético de su situación, a diferencia de otros momentos, ahora el tiempo
no lo favorece, se aísla cada vez más desconfía de todo y de todos.
Quienes
considera sus amigos más cercanos le aconsejan que se mantenga aferrado a la
frase de ” la revolución no debe perderse en sus manos”, no obstante surgen las
dudas acerca de esas lealtades, tantas cosas ha visto en estos años, cuantos de
los que juraron fidelidad hoy transitan por otros rumbos.
La
estrategia que en algunas oportunidades le dio resultado al incidir en las
controversias del adversario, ya no surte efecto, una sólida mayoría se ha
constituido alrededor del liderazgo de Guaido, salvo algunos “tecladistas”
aislados hasta de las propias redes sociales donde actúan, coinciden en los
tres elementos constitutivos de la orientación estratégica extraordinariamente
difundidos.
El
cese de la usurpación y el gobierno de transición no sólo constituyen
necesidades políticas, se han convertido en un requerimiento urgente de la
tragedia económica y social que confrontamos, de allí la visible incorporación
en general de densos sectores y de las zonas populares en particular, el
entusiasta respaldo a esa política.
La
originalidad del proceso que vivimos, en nuestro opinión, confirma una de las
constantes de los tránsitos en la lucha por la democracia, lo novedoso de cada
experiencia en relación con las anteriores, pensamos poder confirmar otra, en
los gobiernos sustitutos del régimen dictatorial, están siempre presentes y
apoyando elementos que inicialmente no estaban ubicados en el campo de la
renovación. Esa constante ha sido garantía de reencuentro, estabilidad y
gobernabilidad para garantizar las transiciones sin mayores traumas que
lamentar.
La
unidad de las fuerzas conductoras principales de la lucha es un factor
imprescindible para alcanzar el objetivo, afortunadamente pareciera haberse
aprendido las lecciones del pasado reciente y esa es hoy una verdad aceptada y
ampliamente compartida. La dirección ha actuado con solidez y flexibilidad, con
audacia y mesura, con firmeza y serenidad, combinaciones difíciles de
comprender para quienes no están en el “ojo del huracán” y observan desde la
distancia. En los aciertos hasta ahora esas virtudes, en apariencia
contradictorias, han estado muy presentes.
Luis
Manuel Esculpi
@lmesculpi
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