Ramón Flores 24 de febrero de 2019
@liderhumano
Este
23 de febrero el pueblo venezolano comenzó a escribir una de las páginas más
heroicas de su historia, al enfrentarse solo con su firme anhelo de lograr la
libertad, contra las huestes armadas de odio y balas del régimen de Nicolás Maduro,
para lograr el ingreso de la ayuda humanitaria al país.
En un
doloroso balance de lo registrado este sábado, hubo unas 14 personas asesinadas
y cerca de 300 heridas a manos de la crueldad “socialista”.
En el
caso de Santa Elena de Uairén –en el estado Bolívar-, a pesar del vil asesinato
de cuatro pemones, así como de los heridos dejados por el régimen de Maduro, la
valentía de los hermanos indígenas así como de los voluntarios permitió que
comenzara a ingresar la ayuda humanitaria proveniente de Brasil.
Asimismo,
en Ureña y en los puentes Simón Bolívar y Santander –en la frontera con el
estado Táchira-, la represión del régimen también se hizo presente, aunque esta
acción fue ejecutada en su mayoría por mercenarios, los paramilitares chavistas
mal llamados “colectivos”, que incluso dispararon contra civiles desarmados que
solo hacían una cadena humana para que llegaran al país los camiones cargados
con los insumos que tanto se requieren.
Cabe
preguntarse el motivo por el que policías y “colectivos” fueron destinados para
estas labores y la respuesta es obvia: la cadena de mando en la institución
militar está fracturada, porque la mayoría de los soldados, además de
considerar a Maduro como un usurpador, reconocen a nuestro hermano y colega
diputado Juan Guaidó como el presidente legítimo de Venezuela. El grueso de los
militares se niega a arremeter contra el pueblo por lo que no tenemos dudas en
afirmar que varios de esos uniformados que fueron vistos atacando a nuestros
valientes voluntarios no eran integrantes de nuestras Fuerzas Armadas, sino que
eran en realidad sujetos pagados por el régimen chavista para intentar sembrar
terror en la población.
De
hecho, fuimos testigos de cómo al menos 60 guardias nacionales, policías y
otros funcionarios cruzaron la frontera y manifestaron su decisión de no
reprimir al pueblo venezolano, incrementándose ese quiebre que ya es
indetenible.
Ahora,
para llegar a este punto es necesario recapitular sobre una de las luchas dadas
en contra de la tiranía, como es la protagonizada por el único poder reconocido
nacional y mundialmente de Venezuela como es la Asamblea Nacional, cuando los
diputados iniciamos un periplo de Caracas a San Cristóbal que en condiciones
normales tarda 12 horas, sin embargo, los malandros pagados de Maduro y su
combo así como funcionarios que siguen sirviendo al mal, se empeñaron en
obstaculizar, amendrentar, amenazar y sabotear nuestro viaje que finalmente
hicimos en más de 50 horas.
Tuvimos
más de 40 alcabalas que impedían nuestro avance en las que nos registraban a
cada rato mientras los verdaderos hampones atracaban y asesinaban en las calles
del país, solicitándonos cédulas, credenciales, incluso en el túnel de La
Cabrera nos atravesaron gandolas y atacaron con bombas lacrimógenas, pero el
espíritu guerrero mis hermanos parlamentarios nos permitió superar esa barrera.
También nos lanzaron dos peñones que impactaron en el parabrisas del autobús
uno afectó al colector y otra que a Dios gracias solo rozó al chofer, sin
embargo tuvimos que detenernos hasta el amanecer llevando a clínica a los
afectados para que curaran sus heridas. Finalmente, llegando a San Cristóbal,
nos detuvieron unos encapuchados del régimen apuntándonos con armas largas,
secuestrándonos y robándonos absolutamente a todos: nuestras prendas, maletas y
teléfonos, en lo que fue la aplicación de una ya conocida estrategia aplicada
por el chavismo para someternos, generar miedo e incertidumbre, sin embargo, le
informamos a estos sátrapas que ni eso detuvo nuestro espíritu de lucha y
deseos para liberar al noble pueblo de Venezuela.
En
este punto, aprovecho para expresar mi solidaridad con nuestro hermano Freddy Superlano,
que junto a su asistente Carlos José Salinas, fueron envenenados con burundanga
(escopolamina) en un restaurante de la ciudad de Cúcuta, en un suceso que
deberá ser investigado por las autoridades.
Los
diputados, a pesar de los “guerreros del teclado” que desde Estados Unidos,
España o Alemania nos insultan y nos tildan de “colaboracionistas” de Maduro,
estamos dando el ejemplo de lucha, enfrentando con dignidad y valentía a los
represores. Seguimos avanzando y le decimos a los que en mala hora detentan el
poder que no podrán detener nuestras ansias de rescatar la democracia.
Además
de las vidas perdidas y los heridos, la salvajada, maldad e indolencia del
régimen de Maduro quedaron en evidencia cuando esas medicinas y alimentos que
iban para nuestros hermanos enfermos y hambrientos fueron quemadas cuando eran
trasladadas en tres gandolas, lo que evidentemente constituye un delito que
será juzgado fuera de nuestras fronteras. Ya nuestro presidente Juan Guaidó se
pronunció sobre estas demenciales acciones de la peste roja, cuando advirtió
que la comunidad internacional “ha podido ver con sus propios ojos, como el
régimen usurpador viola el protocolo de Ginebra, donde se dice claramente que
destruir la ayuda humanitaria es un crimen de lesa humanidad”.
Esa
violencia desenfrenada del régimen de Maduro, así como la censura impuesta a
través de la televisión, la radio al igual que el bloqueo de internet para que
los venezolanos no nos enteremos de sus tropelías, evidencian una sola cosa:
que tiene el sol de espaldas, que su fin se acerca y que estamos muy cerca de
comenzar la reconstrucción de nuestra amada patria que ha sido destruida tras
20 años de la plaga chavista.
Sin
duda que salir de esto no será fácil, aún nos queda un trecho duro por
recorrer, por lo que la comunidad internacional se puso del lado de los que
defendemos la libertad para Venezuela, hecho que agradecemos infinitamente y
que no tenemos cómo retribuir tanta generosidad y apego a los valores de la
democracia.
Esta
barbarie de Maduro no quedará impune, ya nuestro presidente Juan Guaidó lo
advirtió este sábado: “Los acontecimientos de hoy me obligan a tomar una
decisión: plantear a la Comunidad Internacional de manera formal que debemos
tener abiertas todas las opciones para lograr la liberación de esta Patria que
lucha y seguirá luchando”.
Ramón
Flores
Diputado
a la Asamblea Nacional
Presidente
del Parlamento Amazónico
@liderhumano
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