Consejo Europeo 24 de febrero de 2019
El
empeoramiento de las condiciones de vida en Venezuela asociado con la crisis
multidimensional que aflige al país está afectando a un número cada vez mayor
de venezolanos.
La
negativa del régimen a reconocer la emergencia humanitaria está llevando a una
escalada de tensiones. Hay informes preocupantes de disturbios, actos de
violencia y un número creciente de víctimas, en particular en las zonas
fronterizas y entre la comunidad indígena Pemón.
Hacemos
un fuerte llamamiento a las fuerzas del orden y de seguridad para que muestren
moderación, eviten el uso de la fuerza y permitan la entrada de ayuda.
Repudiamos el uso de grupos armados irregulares para intimidar a civiles y legisladores
que se han movilizado para distribuir asistencia.
La
Unión Europea ya ha comprometido más de 60 millones de euros en 2018/2019 en
ayuda humanitaria y ayuda al desarrollo, destinada a aliviar el sufrimiento de
los más vulnerables. Recordamos nuestro compromiso de ayudar a los necesitados
todo el tiempo que sea necesario, de ampliar esta asistencia y trabajar en
mecanismos de coordinación más fuertes y más inclusivos bajo el liderazgo de
los organismos pertinentes de las Naciones Unidas, en plena conformidad con los
principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia.
Los
orígenes de la crisis actual en Venezuela son políticos e institucionales, por
lo tanto, la solución solo puede ser política. Reiteramos nuestro firme rechazo
y condena a la violencia y a cualquier iniciativa que pueda desestabilizar aún
más la región.
El
pueblo venezolano ya ha sufrido mucho. Ya es hora de dejar que ellos decidan su
futuro. Renovamos fuertemente nuestro llamamiento a la restauración de la
democracia, a través de unas elecciones presidenciales libres, transparentes y
creíbles. La UE, a través del Grupo de Contacto Internacional, está dispuesta a
apoyar este proceso.
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