El Tiempo 25 de febrero de 2019
La
situación de Venezuela o, digamos, mejor, del pueblo venezolano regresó al
marco de zozobra e incertidumbre de los meses recientes. Distinto a lo vivido
el viernes pasado, cuando gracias al concierto en la frontera, el Venezuela Aid
Live, en inmediaciones del puente internacional de Tienditas, asomó algo de
esperanza.
Lo de
ese día fue, sin duda, un mensaje multitudinario en la voz de la música, con 32
artistas reconocidos, solidarios y dolidos, acompañados por los presidentes
Sebastián Piñera, de Chile; Iván Duque, de Colombia, y Mario Abdo, de Paraguay,
además del secretario de la OEA, Luis Almagro, y el presidente encargado de
Venezuela –reconocido por una cincuentena de países–, Juan Guaidó, quien logró
cruzar la línea fronteriza no obstante la prohibición del régimen de Maduro. Se
dice que unas 300.000 personas estaban allí, formando un eco poderoso a ver si
se escucha, por fin, en el palacio de Miraflores.
Este
era el símbolo claro y potente de la solidaridad. Pero el pulso entre Maduro y
Guaidó, entre unos 50 países y el dictador que oprime y está matando de distintas
formas a su pueblo, parecía listo para darse el sábado, fecha escogida por
Guaidó para la movilización con el objetivo de lograr el ingreso de la ayuda
humanitaria al país. Decimos pulso, pues el régimen ya había advertido, de
muchas maneras, que no aceptaría las ayudas. Atravesó contenedores en el
puente, cerró la frontera y apostó a su guardia y sus grupos de colectivos
chavistas armados.
Así
que, en este ambiente, pasar la ayuda no era fácil. Y toca hacer referencia
otra vez a que es claro que mientras el dictador cuente con el respaldo, aunque
cada vez menor, de sus Fuerzas Armadas, está apuntalado en el poder. El intento
fue infructuoso y costoso en vidas, pues 14 personas murieron a manos de las
fuerzas del régimen y unas 300 resultaron heridas.
Mientras
el dictador cuente con el respaldo, aunque cada vez menor, de su Fuerza Armada,
está apuntalado en el poder
Pero
también le cuesta a Maduro, que, aunque lo niega, creó las condiciones para ese
acto de torpeza y brutalidad que fue quemar dos tractocamiones que lograron
pasar. Esto, con los nuevos muertos, seguramente se traducirá en mayor
aislamiento. Aparte de que se ha puesto en evidencia que hay fisuras entre los
militares. Más de medio centenar de oficiales y soldados rasos cruzaron la
frontera tras abandonar las filas.
Los
hechos del sábado dejaron también el anuncio de Maduro de que romperá
relaciones diplomáticas con Colombia, decisión que, a la luz del reconocimiento
de nuestro país a Juan Guaidó y su gobierno como el único legítimo, no
parecería tener trascendencia. Falta ver cómo este nuevo escenario se
materializa en lo práctico: en la situación de las delegaciones de ambos
países.
Hoy,
la expectativa se centra en la reunión del Grupo de Lima, en Bogotá, con
presencia del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence. La pregunta que
ronda esta crucial cita es la de si se mantendrá la línea de estrechar el cerco
diplomático o si tomará fuerza la postura de Washington, que sus funcionarios
han resumido en la cada vez más recurrente y no menos inquietante frase de
“todas las opciones están sobre la mesa”.
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