A mis hermanos venezolanos
miembros de las Fuerzas Armadas Bolivarianas de Venezuela
Los saludo con el afecto que
puede tener un venezolano hacia otro conciudadano. Además con la caridad de
Cristo, presente desde el bautismo en nuestros corazones.
Vivimos momentos bien duros.
Nuestro pueblo al cual Ustedes y Yo pertenecemos está pasando hambre,
desolación, abandono e indefensión. Ustedes lo saben pues muchos de sus
familiares se lo habrán dado a conocer.
Ustedes han prestado el
juramento de defender a la patria y a sus instituciones. Pero ese juramento no
significa que deben estar servilmente a la defensa de una parcialidad política.
Es cierto que deben mantener y sostener el orden. Pero, al hacerlo han de
respetar las leyes y el ordenamiento jurídico de la nación. Dicho juramento
apunta a defender la dignidad, el protagonismo y los derechos de todos los
ciudadanos del pueblo venezolano. Cumplan con sus obligaciones, pero sin
olvidar que son miembros del pueblo al cual sirven. Nunca olviden esto. Por
eso, les pido en el nombre del mismo Dios en el que la inmensa mayoría de
ustedes creen que nunca levanten ni la voz ni las armas en contra de sus
hermanos.
Corremos muchos peligros.
Más que cuidar intereses particulares de unos, o los propios personales, más
que permitir el contrabando en nuestra región, más que reprimir violentamente,
sean constructores de la paz, como bien nos lo enseña el Señor Jesús. No se olviden
de donde vienen: de sus hogares, de sus familias, de sus vecinos y compañeros,
de sus amigos. ¿Cómo quedaría la conciencia de ustedes si le dispararan al
pueblo, cuándo lo atropellan con el abuso de autoridad? Acá podrán creerse
superiores… pero un día deberán presentarse ante el juicio de Dios y allí
estarán desnudos con su conciencia y ante un Dios que todo lo sabe y conoce.
Hoy hay que escuchar la voz
del pueblo que, sencillamente, está clamando por que se le escuche, porque sea
atendido, porque sea dignificado.
Es cierto el juramento de
fidelidad a la constitución, de reconocimiento de sus autoridades… pero ese
juramento también y sobre todo va dirigido a su pueblo. No dejen de sentirse
pueblo, no dejen de acompañarlo, no dejen de protegerlo…. Para eso hicieron de
verdad el juramento como militares, policías, autoridades. Actúen en el nombre
de Dios. En ese mismo nombre acompañen a su pueblo que quiere, repetimos, ser
escuchado y que necesita una ayuda humanitaria que también les favorecerá a ustedes
mismos con sus familias y cercanos.
En el nombre del Señor.
+Mario Moronta R., Obispo de
San Cristóbal.
Fuente: Conferencia
Episcopal Venezolana
18-02-19
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