Juan Guerrero 21 de febrero de 2019
@camilodeasis
Hay
momentos que sirven para simbolizar acontecimientos, rupturas, inicios y
finales en la historia. En la Venezuela donde todo es posible ocurrió un hecho
que, a nuestro modo de ver, representó el quiebre de la democracia e inicio de
la dictadura de régimen totalitario.
Fue en
2017 cuando en un acto cargado de violencia y dramatismo, los diputados de la
Asamblea Nacional debieron enfrentarse, luego de unas elecciones nacionales, a
los militares que habían introducido unas cajas con material electoral a las
instalaciones del poder legislativo.
Las
imágenes hablan por sí solas. En un video (ver en
https://m.youtube.com/watch?v=p52dQ5KD978 ) aficionado se puede observar a un
oficial militar, de apellido Lugo, dirigirse al entonces presidente de la
Asamblea Nacional, diputado Julio Borges, de manera altanera, grosera y
retadora. No obstante, el diputado mantiene la calma frente al oficial y varios
militares subalternos. Sin embargo, en un arrebato de cólera y desprecio por la
civilidad el militar le indica que se retire. Cuando el diputado-presidente da
media vuelta el oficial le coloca la mano en la espalda y lo empuja.
Es en
ese momento cuando Venezuela entra de hecho en un régimen de dictadura
totalitaria. Es una imagen que simboliza ese drástico y triste momento donde un
oficial militar se lanza al barranco y con él, a toda una tradición de cerca de
60 años de vida democrática.
Aunque
se habían vivido momentos tensos, de conflictos graves y con escenas
verdaderamente terroríficas, con heridos, torturados, muertos y desaparecidos.
Es con estas escenas donde se concluye una forma de gobernar y se entra a
“empujones” en el oscuro laberinto de la inmensa crisis que está llevando a la
república al borde de su desaparición.
Es que
esas imágenes tan simbólicas y situadas en un escenario tan significativo, como
es la Asamblea Nacional, resultan trascendentales y bien vale la pena
mostrarlas para que jamás se olviden. Hoy el diputado Julio Borges está
exiliado y el coronel Lugo, después de ser aclamado como héroe nacional en un
triste programa de televisión, sigue su vida militar después de semejante
agravio al poder civil.
Como
se observa, en Venezuela no hay enfrentamiento ideológico-político de
izquierda-derecha, ni tampoco conflicto de clase, entre proletariado-burguesía.
Ni entre ricos y pobres. El conflicto en la Venezuela de estos 5 últimos años
viene aumentando, entre una jerarquía del crimen organizado que en su
expansión, copó toda la institucionalidad del Estado, hasta apoderarse de las
líneas de mando, tanto en las estructuras político-partidistas,
financiera-industrial como policial-militar.
Estrechó
lazos con el crimen organizado internacional y terminó apoderándose del Estado.
Para ello, durante 20 años fue mutando. De ser inicialmente un gobierno
democrático, legítimo y legalmente constituido (1998), se transformó en
gobierno autoritario centralizado y militarista. Para finalmente (2013)
desembocar en un régimen arbitrario y totalitario. Ese es el resumen de un
sistema que se autoproclamó bolivariano, zamorano, marxista, robinsoniano,
humanista, y del socialismo del siglo XXI. Eso se encuadra en una sola palabra:
Chavizmo.
Como
su actuación lo ha demostrado una y otra vez, su única originalidad ha sido
convertir a Venezuela en el primer país del mundo donde el hampa, el crimen
organizado y las organizaciones guerrilleras y terroristas, han alcanzado el
poder del Estado.
De
allí que en la actualidad Venezuela sea un peligro para la paz occidental. Hace
varios años dejó de ser un problema interno o regional. Es ciertamente una
bomba de tiempo. Tanto por esto que planteamos, que es de seguridad
internacional, como por la explosiva bomba humana que está a punto de estallar.
Se
calcula entre 280 a 300 mil personas en riesgo inminente de muerte por hambre,
en los próximos meses. Pero existe un 87,4% de la población en pobreza. De
ello, el 64% ha perdido, en promedio, cerca de 15 kilos por subalimentación.
Cerca de 8 millones apenas realizan entre 1-2 comidas al día. Sin indicar los
datos estadísticos referidos a desnutrición infantil y de ancianos. Sin referir
estadísticas de enfermos crónicos, entre ellos niños entre 0-5 años.
Esta
data estadística así como la ubicación poblacional, hace tiempo está en manos
de especialistas y centros de documentación internacional. De ahí la
advertencia que finalmente ha sido escuchada y la respuesta que se está dando.
La
gravedad de lo que está ocurriendo en Venezuela se está dando a conocer hará
uno o dos años atrás. Es ahora cuando alcanza estadios de alarma regional
cuando finalmente las potencias económico-militares, como Canadá, Alemania,
Inglaterra, España, entre otras, reaccionan, generando una sostenida presión
político-diplomática y el paso hacia una ofensiva, primero de ayuda de
Emergencia Humanitaria Compleja, y después –creemos- una intervención militar
combinada de ejércitos para restituir el sistema democrático en Venezuela.
Personalmente
no tengo ningún prurito en que entre ayuda militar para salir de unos
pandilleros instalados en Miraflores, y con ellos, el desplazamiento del
ejército de ocupación cubano instalado desde hace años en nuestro país. Ya en
el pasado han ocurrido otras intervenciones similares y por hechos puntuales.
La historia nos indica que el mismísimo Simón Bolívar alentó la participación
de fuerzas militares combinadas (legiones) para asegurar la Independencia. Otro
momento fue en febrero de 1942 cuando el presidente Medina Angarita solicitó al
gobierno norteamericano ayuda para expulsar a fuerzas de intervención
(submarinos) de la Alemania nazi que habían hundido en el Mar Caribe a varios
tanqueros venezolanos.
Desplazar
a los militares y devolverlos a sus sitios de origen (cuarteles) será un largo,
conflictivo y tedioso camino que se reducirá en la medida que se fortalezca la
institución militar con procesos directivos de educación y pedagogía
democrática, donde priven los valores de la vida cívica. Eso será a largo plazo
la garantía que permita una sociedad verdaderamente libre donde nunca jamás se
vuelvan a ver esos militares, esos “lugos” dando empujones y retando la
autoridad civil venezolana.
Juan
Guerrero
@camilodeasis
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