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viernes, 22 de febrero de 2019

El exjefe de inteligencia militar de Venezuela abandona a Maduro y denuncia corrupción y narcotráfico en el gobierno, por @AnaVHerrero ‏ y @caseysjournal




ANA VANESSA HERRERO y NICHOLAS CASEY 21 de febrero de 2019

El exencargado de Inteligencia Militar de Venezuela y una de las figuras más conocidas del gobierno de ese país anunció su respaldo a la oposición y llamó a Nicolás Maduro un dictador cuyo círculo cercano está lleno de corruptos que ha tratado con el narcotráfico y cortejado al grupo militante Hezbolá.

En entrevistas con The New York Times, Hugo Carvajal, de 58 años y quien es diputado del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, exhortó a otros militares a romper filas con el presidente antes de una jornada de probable tensión este sábado, en la que los opositores buscarán pasar ayuda humanitaria por las fronteras frente a un bloqueo ordenado por Maduro.

“Ya ha sido más que suficiente”, dijo Carvajal en un comunicado y en un video dirigido a Maduro, publicado el jueves 21 de febrero. “Has asesinado a cientos de jóvenes en las calles por reclamar los derechos que les robaste. Eso, sin contar todos los fallecidos por la falta de medicinas y de seguridad”.

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“A los generales”, añadió, “¿cómo es que, teniendo el poder de dejar ingresar la ayuda humanitaria internacional a nuestro país para salvar vidas, decidirían no hacerlo? ¿Serán tan inhumanos? ¿Están tan hipnotizados?”.

Sus declaraciones fueron hechas en medio de una ola de deserciones de funcionarios del gobierno, incluidos oficiales de la fuerza aérea, diplomáticos, agregados militares e integrantes de la Guardia Nacional Bolivariana. El rompimiento con el régimen de un hombre que alguna vez protegió los secretos de Maduro como jefe de inteligencia, aumenta la presión hacia el presidente tan solo tres días antes de la posible confrontación sobre el paso de la ayuda humanitaria en la frontera con Colombia.

Las acusaciones de Carvajal también van un paso más allá: se dijo dispuesto a dar evidencia en contra del gobierno de Maduro en caso de que este caiga. También constituyen una valiosa arma para la oposición, que durante años ha indicado que el círculo cercano del presidente tiene lazos con narcotraficantes y milicianos.

El lunes 18 de febrero, el gobierno estadounidense de Donald Trump lanzó la advertencia a oficiales militares para que abandonen a Maduro a más tardar el fin de semana o lo “pierdan todo”. Esto fue una escalada del respaldo estadounidense a Juan Guaidó, líder opositor que se juramentó presidente encargado y ha prometido entregar la ayuda humanitaria a partir del 23 de febrero en contra de la voluntad de Maduro. Muchos de los partidarios de Guaidó dicen que están preparados para irrumpir en el puente fronterizo para destrabar el bloqueo.

Carvajal, quien se retiró del servicio de inteligencia en 2012 después de casi diez años de servicio, contó en entrevista el funcionamiento interno de un gobierno en el cual aseguró que el narcotráfico y la corrupción son comunes y manejados por figuras de alto nivel como Néstor Reverol, ministro del Interior; Tareck El Aissami, ministro para Industrias y Producción que antes fue vicepresidente, y el mismo Maduro.

“El que combate la droga al final termina traficando también”, dijo en referencia a los oficiales venezolanos que han sido imputados o sancionados por Estados Unidos.

El mismo Carvajal ha sido señalado de tráfico de drogas en investigaciones estadounidenses; evitó ser extraditado desde Aruba por esos cargos en 2014 y fue sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, por haber ayudado a grupos guerrilleros colombianos a traficar cocaína.

En las entrevistas con el Times, Carvajal reconoció que sí ha tenido contacto con ambos mundos.

Pero afirmó que cualquier transacción con narcotraficantes, incluido el capo venezolano Walid Makled, fue hecho para fines de investigación como jefe de la Dirección General de Inteligencia Militar.

Dijo que se había reunido con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en 2001 pero que lo hizo solamente para entablar negociaciones por parte del gobierno en un caso de secuestro de un empresario venezolano, un viaje que fue aprobado por los presidentes tanto de Colombia como de Venezuela.

Carvajal señaló más bien a otros funcionarios de alto nivel del gobierno, como Reverol, el ministro del Interior que está imputado por Estados Unidos por supuestamente asistir a narcotraficantes y cancelar investigaciones cuando era director de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA).

Carvajal recordó un incidente en 2012, cuando dijo que estaba investigando un rancho de lujo en Venezuela propiedad de Makled, el capo. Carvajal contó que su equipo había interceptado un envío de 400 kilogramos de cocaína que llegó al rancho en un avión pequeño.

Después de que fueron confiscadas las drogas, según Carvajal, recibió una llamada inusual en la que le dijeron que las fuerzas armadas habían determinado que el envío no contenía narcóticos, lo que él interpretó como un intento desde el gobierno para que Makled recuperara su carga.

Carvajal dijo que pudo revocar la decisión de regresar el envío.

Aseguró que El Aissami y Reverol eran “directamente responsables”, y acusó a los hombres de recibir sobornos para hacer caso omiso del narcotráfico.


Carvajal también denunció a Reverol de haber permitido que aterrizaran aviones con drogas a bordo cuando dirigía la ONA. Dijo que en 2012 llamó a Reverol para reportar una aeronave sospechosa que sobrevolaba Caracas a baja altura, pero que Reverol no hizo nada y el avión siguió su camino.

“Estoy seguro de que era un supercargamento de drogas”, dijo Carvajal.

En 2017, el Departamento del Tesoro estableció sanciones en contra de El Aissami, quien era vicepresidente en ese entonces, tras calificarlo como “un narcotraficante venezolano prominente”.

Carvajal dijo que El Aissami también había buscado alianzas con Hezbolá, la organización militante libanesa chiita. Indicó que cuando él y El Aissami viajaron a Irán en 2009 en representación de Hugo Chávez, que El Aissami —quien era ministro del Interior en ese momento— pidió hacer una parada en Siria, donde tenía amigos y familiares.

A decir de Carvajal, durante esa parada se reunieron con un representante de Hezbolá y con un diplomático venezolano que simpatiza con los militantes libaneses. El Aissami propuso un plan para que los milicianos visitaran Venezuela para trabajar junto con combatientes de las Farc, de acuerdo con Carvajal.

Añadió que el operador de Hezbolá le dio tres rifles a El Aissami y que este le dio uno de ellos a Carvajal. Durante la entrevista, Carvajal mostró el rifle y su pasaporte que tenía sellos de entrada a Irán y Siria que concuerdan con las fechas mencionadas.

Carvajal dijo que desconoce la identidad de la persona de Hezbolá, pero identificó al diplomático venezolano como Ghazi Nasr al Din, exencargado de negocios en la embajada de Venezuela en Damasco, la capital siria.

En 2008, Al Din fue sancionado por el Departamento del Tesoro estadounidense por ser un “simpatizante de Hezbolá” que “facilitó los viajes de integrantes de Hezbolá hacia y desde Venezuela”. También es buscado por el FBI por esos cargos.

Carvajal afirmó que él objetó los planes de invitar a los milicianos libaneses a Venezuela directamente con Maduro, quien era canciller en esa época. Pero Maduro, quien estaba a favor de enfrentarse a Estados Unidos, parecía respaldar la propuesta, dijo Carvajal.

Maduro ha negado que su gobierno tenga vínculos con Hezbolá.

Carvajal aseguró que también quedó en medio de una disputa entre el presidente y el multimillonario venezolano Raúl Gorrín, que llevó a un duelo de intentos de chantaje y soborno.

Carvajal contó que Maduro, después de que fue elegido presidente tras la muerte de Chávez en 2013, se enojó por la cobertura poco favorable que había de él en Globovisión, cuyo dueño era Gorrín.

Maduro, de acuerdo con Carvajal, expresó su interés en utilizar los archivos de inteligencia recopilados por Carvajal para ejercer presión contra Gorrín con el fin de cambiar la línea editorial de la televisora. Esos archivos incluían información sobre sobornos de Gorrín a funcionarios, según Carvajal.

Un tiempo después, un representante de Gorrín le ofreció 10 millones de dólares a Carvajal para poner fin a la investigación, según el exencargado de Inteligencia Militar, quien dijo que no aceptó el pago.

Globovisión cambió su línea editorial poco después a una de respaldo a Maduro.

Gorrín no pudo ser contactado para hacer comentarios al respecto: su ubicación se desconoce y es buscado por Estados Unidos debido a cargos de lavado de dinero y de ofrecer sobornos a funcionarios de alto nivel, entre ellos el extesorero de Venezuela a quien, según las acusaciones, le compró yates, hogares, jets y caballos de carrera.


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