Miguel Méndez Rodulfo 27 de febrero de 2019
La
problemática del Ambiente y el Cambio Climático en la Transición, guarda la
misma o mayor importancia que el tema de los servicios públicos básicos de
agua, electricidad, gas, transporte, residuos sólidos, etc. Por otra parte el
ambiente, como también lo es la educación, es un aspecto trasversal a todas las
políticas públicas y esto es clave que se entienda en la nueva gobernabilidad,
tal como está previsto en los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU.
Algo que hay que tener muy claro para abordar efectivamente los aspectos
ambientales es la institucionalidad; en efecto, hay que haber previsto una
estructura organizativa que permita aplicar en forma nacional, estadal y
municipal, los contenidos del programa de acciones, como después las propuestas
de la política pública. No obstante, hay que tener claro que al inicio de la
Transición, hay que manejarse con la misma estructura heredada del régimen,
pero debe migrarse lo más rápidamente que se pueda a la nueva forma de
organizarse, la cual por cierto estará condicionada por la territorialidad del
país. En este sentido es estratégico que las regiones político administrativas
de Venezuela (Los Llanos, Los Andes, Guayana, etc.) extiendan sus límites para
que abarquen y tengan el control sobre los cuerpos de agua que integran las
cuencas hidrográficas que conforman esa región. Esto determinará el
establecimiento de Autoridades Únicas por Cuencas en cada región, al igual que
la responsabilidad rotativa, en períodos anuales, de los gobernadores por
preservar las cuencas. Lo anterior complementa la creación de un Consejo
Nacional de Ambiente y su Secretaría Técnica, de un Centro Nacional de
Formación en Ambiente y Cambio Climático, y de la conformación de las
mancomunidades municipales de cuencas, estructuras clave para la futura
gobernabilidad.
La
prioridad número 1 en el “Programa de Acciones Específicas” para la Transición
ambiental, creemos que es parar en seco el hiper ecocidio del mal llamado Arco
Minero del Orinoco. Esta inmensa devastación de proporciones bíblicas hay que
detenerla de ipso facto. Intervenir el Lago de Valencia, es otra gran prioridad:
clausurar el trasvase hacia el rio Tucutunemo que contamina al embalse de
Camatagua, al igual que el trasvase al Pao Cachinche. Reconstruir las plantas
de tratamiento de La Mariposa y Los Guayos. Reconstruir las plantas
potabilizadoras Alejo Zuluaga, Lucio Baldó Soules. Drenar las aguas del lago,
con nivel de tratamiento primario, hacia el río Macaira, utilizando ese caudal
para un sistema de riego en Guárico y Cojedes, para cultivo de plantas
ornamentales o maderables. Otro problema prioritario a considerar es el control
los lodos rojos de las Empresas Básicas de Guayana. Éste es un residuo tóxico
fuertemente cáustico (pH 12,5); contiene peligrosas concentraciones de
aluminio, hierro, plomo y cromo en sus sedimentos; se dispone en lagunas
artificiales de grandes dimensiones (más de 2 km2), y se confina a máxima
capacidad y a pocos metros del curso del río Orinoco en Lagunas que entran en
contacto con el Padre río en cada período de lluvia. Este problema tiene un
elevado potencial de trascender el territorio nacional y bien pudiera ser el
detonante de una crisis geopolítica de dimensión regional (Caribe Sur). Se
requiere diseñar un proyecto de alta ingeniería ambiental. Materializar las
medidas de ingeniería estructural, que resulten necesarias para controlar en el
corto plazo las emisiones desordenadas y eliminar en el mediano plazo toda
posibilidad de manifestación del riesgo en cuestión.
Desactivar
la bomba de tiempo del coque y el azufre en Jose. El coque como material
inflamable presenta el grave riesgo de que las pilas en que se ha acumulado
hagan ignición. Si esto se llegara a producir la montaña ardería por semanas
contaminando buena parte de la región oriental. Resolver el problema del coque
acumulado en Jose, mediante un mecanismo eficiente y económico de traslado y
embarque del subproducto hasta vaciar las dos grandes pilas en un plazo de tres
años. Estas instalaciones se pueden terminar en seis meses, para iniciar el
proceso de desalojo del coque. Éste tiene un gran mercado, al igual que el
azufre, pero el último se puede despachar en menor tiempo.
Miguel
Méndez Rodulfo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico