Fernando Camino Peñalver 23 de febrero de 2019
@fernandocaminop
La
actividad económica de nuestro país, ha venido cayendo a partir de 2013 y eso
se refleja en cifras del Fondo Monetario Internacional, que expresan un
acumulado de 53% del producto Interno Bruto (PIB) entre 2013 y 2018, es decir
que la actividad económica interna es menos de la mitad de lo producíamos en
2012. Esa reducción del crecimiento económico interno supera a las crisis
económicas que padecieron países como Estados unidos cuando la gran recesión
del siglo pasado y a la de Alemania después de la primera guerra mundial.
La
grave crisis económica que padece nuestra nación, se debe a la aplicación de
una serie de políticas económicas que a pesar de haber fracasado en países de
la órbita comunista, aquí en nuestro país tercamente el régimen continuó
aplicando. El denominado Plan de la Patria, legado del desastre económico y
social del líder eterno del régimen, fue heredado por su sucesor para terminar
de masacrar al sector de la producción nacional y matar de hambre y de mengua a
gran parte nuestra población.
Nuestro
país debido a los altos precios del petróleo vivió una bonanza ficticia, pero a
partir del 2013 debido a la caída de los precios del crudo y posteriormente a
la disminución de la producción de Pdvsa, entro a la realidad de la precariedad
social: aumento de la pobreza, escasez de alimentos y medicinas, deterioro de
los servicios públicos e incremento de la inseguridad ciudadana. Inicialmente
el problema del crecimiento de la pobreza, de la escasez de alimentos y de
medicinas fue conformando un cuadro de crisis humanitaria, que en la actualidad
ha degenerado en emergencia humanitaria.
Las
crisis humanitarias en el mundo vienen determinadas por dos causas: los
desastres naturales y los conflictos armados, pero en el caso de nuestro país
ha sido causada por la desacertada política económica del régimen y por la
ingobernabilidad caracterizada por la inexistencia legitima de la mayoría de
los poderes públicos y el desconocimiento por parte de éstos del único poder
legítimo de origen, que es la Asamblea Nacional. En ese sentido, distintas
organizaciones nacionales e internacionales, han calificado la grave situación
social, política y económica de nuestro país como una emergencia humanitaria
compleja, debido a que este grave problema ha sido generado por un mal gobierno
y no por un desastre natural o un conflicto armado.
Como
es del conocimiento nacional e internacional, esta emergencia humanitaria
compleja se debe a que: el 94% de nuestra población no tiene los ingresos
suficientes para pagar los precios de una canasta de alimentos, la caída de la
producción nacional y de las importaciones que supera el 70%. Además, el 80% de
los hogares venezolanos vive en inseguridad alimentaria, lo que ha ocasionado
que el 64% de nuestros compatriotas registra una acelerada pérdida de peso y el
33% de los niños entre 0-2 años de edad de sectores pobres tiene retardo de
crecimiento.
Además
del problema del hambre y la desnutrición, existe un aumento de 66% de muertes
maternas y 30% de muertes infantiles en los últimos cinco años. También somos
el país con mayor cantidad de casos de malaria y sarampión en la región de
América, a esto se suma la debilidad de los programas públicos de atención
específica para poblaciones con VIH y pacientes dializados.
Incide
también en el contexto de la emergencia humanitaria compleja, la debilidad
institucional de nuestra nación, el crecimiento del índice delictivo y el
indetenible deterioro de los servicios públicos. La mayor prueba de que existe
una emergencia humanitaria compleja, además de nuestro diario sufrimiento, es
la diáspora que ya, lamentablemente, representa más del diez por ciento de
nuestra población.
La
Asamblea Nacional, diseñó la Estrategia Nacional de Atención a la Emergencia
Humanitaria Compleja, para darle solución a las necesidades inmediatas de
nuestros conciudadanos que viven la peor crisis padecida por población alguna
en tiempos de paz. La estrategia de la Asamblea Nacional y del Presidente
interino Juan Guaidó, se enmarca en: lograr la apertura de la frontera para que
se dé el inicio del abastecimiento de emergencia en alimentación y salud; el
despliegue nacional de más de 750 mil voluntarios en labores de distribución y
abastecimiento de la ayuda humanitaria y la implementación de políticas
públicas para la atención de la emergencia social, esta fase incluye el acceso
a programas de subsidios directos para compensar la caída del consumo familiar.
El
diseño de la estrategia señala también, el aspecto de la producción y del
abastecimiento pleno de alimentos, teniendo como prioridad el abastecimiento
oportuno y suficiente de alimentos durante los primeros meses de la transición
para atender la emergencia humanitaria, estimulando paralelamente la producción
nacional. Existe la determinación de garantizar el derecho humano a la
alimentación, sin ningún tipo de exclusión, erradicando la manipulación
política hacia la población más vulnerable. Trabajamos incansablemente en eso.
Lo estamos logrando.
Fernando
Camino Peñalver
@fernandocaminop
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