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lunes, 3 de agosto de 2015

El bachaquero embraguetado, por @pppenaloza


Pedro Pablo Peñaloza 02 Augusto 2015

La crisis también son momentos que inspiran a las mentes más brillantes. En ese sentido, la venezolana no podía ser la excepción. Ahora que la escasez repunta, el alcalde de Puerto Cabello ha demostrado que no tiene ni un pelo de tonto. Cosas del destino: la tierra que alcanzó notoriedad por el hallazgo de los contenedores con comida descompuesta de Pdval, tiene en este momento la respuesta al principal quebradero de cabeza del Gobierno.

Rafael Lacava – que así se llama el burgomaestre en cuestión – ha dicho que tiene la fórmula para fulminar a los bachaqueros. “Hace 10 meses habría acabado con el bachaqueo en nuestra ciudad, pero me aboqué a resolver el problema del agua”, confesó en Venezolana de Televisión. Lo dicho: la revolución va paso a paso de vencedores.

La solución no requiere de esas aburridas medidas económicas que obligan a evaluar y reformar con seriedad las bases de todo un sistema productivo. Nada de eso. Es algo mucho más práctico, más sencillo. Más chévere, reiría Izarra. Se trata, describió el edil carabobeño, de imponer a los bachaqueros capturados in fraganti la sanción de vestir una braga anaranjada y obligarlos a realizar trabajos comunitarios frente a todos sus vecinos.

“Cuando agarremos a alguien vendiendo café, azúcar o cualquier otro producto regulado se les pondrá a elegir entre usar la braga y hacer trabajo comunitario o someterse a la justicia mediante un proceso llevado por el Ministerio Público”, explicó Lacava. Está claro que el proyecto es genial, pero peca de exceso de libertad y democracia. Si se deja abierta la opción de escoger el castigo, se corre el riesgo de que todos prefieran comparecer ante la Fiscalía, no tanto porque tengan fe en la justicia sino por los índices de impunidad que ha admitido la propia señora Ortega Díaz.

La iniciativa del alcalde representa una verdadera ruptura en la historia del socialismo del siglo XXI. El cambio de una era. De las 3R a las 3B (Bullying Bolivariano contra Bachaqueros).  Este plan ejecutivo también podría convertirse en una disposición legal, impulsando su incorporación al Código Penal. Así se ampliaría la aplicación de este castigo a otras desviaciones que han afectado a los venezolanos tanto o más que el pérfido bachaqueo.

Braga azul para los culpables de los apagones, braga gris para los vinculados con el caso de Andorra, braga blanca para los responsables de la paralización de la construcción de los hospitales y la falta de medicinas, braga marrón para los que se hicieron ricos importando alimentos que dejaron perder, braga caqui para los que inventaron las “zonas de paz”, braga plateada para bolichicos y boliburgueses, braga negra para los que hacen negocios con Pdvsa y el contrabando de gasolina, braga morada para los que han sembrado el país de obras inconclusas, braga verde para los que se llevaron 25 mil millones de dólares… Si esta resolución no persuade a los malandros, al menos impulsará la producción de bragas en el país. En caso de que la escasez de colores sea obstáculo para llevar adelante este programa, todos los uniformes pueden ser rojos.

El general Rodolfo Marco Torres debería renunciar a su cargo de Vicepresidente de Economía y Finanzas para que en su lugar entre el camarada alcalde. Cierto es que el último Rafael que pasó por ese despacho salió eyectado (hacia Nueva York), pero ahora las cosas pueden ser distintas. Con el ingenio de Lacava, la escasez se acaba.


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