Por Ramón Guillermo Aveledo
Desde la acera del frente, la
misma que defiendo a conciencia, la de una Venezuela plural sin exclusiones,
sin divisiones, sin discriminaciones, escribo a mi compatriota que es
partidario del proceso, que ha creído sinceramente en el proyecto transformador
que le fue propuesto, aún cuando veía contradicciones entre el discurso y la
vida real, unas por problemas de factibilidad y otras por incoherencia en los
dirigentes.
Te escribo sinceramente.
Porque creo que una fuerza organizada que represente a una tan significativa
proporción de los venezolanos hace falta para la salud democrática. Y también
porque la negativa tenaz de tus representantes a reconocernos cuando éramos
minoría, aun caudalosa, era una injusticia y un grave error político.
Precisamente porque la sociedad es plural y la igualdad entre nosotros no
depende de que todos pensemos lo mismo.
Te quiero invitar a una
reflexión sobre lo ocurrido el 6, algo que era imposible según el dogma del
“cambió para siempre”, intento propagandístico de esconder la verdad: los
países siempre cambian. No te sientas derrotado, la que perdió fue la mentira.
Era mentira la guerra
económica. La mayoría se dio cuenta. El pueblo quiere empleo, abastecimiento
para escoger el consumo que desee y que el dinero que se gana le alcance para
comprar lo necesario y ahorrar para el futuro. Las políticas destructivas de la
producción nacional nos hicieron más dependientes de las importaciones sin
comprender la globalización. Así se arruinó al Estado, hablando de
fortalecerlo, y a la gente, hablando de defenderla, mientras se enriquecía a un
grupito de aprovechadores. La gente votó contra eso, porque tiene derecho a
vivir mejor. Y lo sabe.
También votó contra la
impunidad. La arrogancia y el abuso del empeño hegemónico. ¿De qué sirvió
desconocer la Constitución cuando convenía al grupito? Los gobiernos paralelos
“protectores” de Miranda, Lara y Amazonas y muchos municipios. Demasiada plata
del pueblo gastada en salvar a unos cuantos enchufados. Y en Caracas, ni para
eso sirvió. El pueblo votó por que la Constitución se cumpla. Ahí quieren
burlarla, para lo(s) mismo(s), con una trampa con los magistrados del TSJ. ¡No
aprenden!
La gente votó,
fundamentalmente, por una esperanza. La de vivir y progresar en paz. La de una
democracia verdadera. Que le sirva. Tú eres parte de eso. Eres venezolano. No
caigas en la trampa de quedarte por fuera. El Psuv también necesita cambio.
Ese, depende de ti.
16-12-15
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