Por Leonardo Morales
Los resultados electorales del
pasado 6 de diciembre tienen consecuencias para los dos polos más importantes
de la política venezolana: a los del Gran Polo Patriótico les corresponde una
revisión exhaustiva de tan inmensa derrota, por lo pronto sufren de una crisis
de analfabetismo al no saber leer el veredicto popular de las elecciones
parlamentarias pasadas. Por los lados de la Mesa de Unidad Democrática (MUD)
conviene que reciban el éxito electoral que los coloca con mayoría calificada
en la AN, con la mayor cautela posible.
La MUD ganó y lo hizo
obteniendo un triunfo irrefutable. Ahora, ¿El triunfo obtenido por la MUD es un
“cheque en blanco” para que haga lo que le venga en gana? ¿Será el triunfo
electoral obtenido una suerte de licencia para el ejercicio de la venganza?
Esas y muchas otras
interrogantes debe responder el liderazgo democrático del país pero
responderlas bien de lo contrario corre el riesgo de recibir, en muy corto
plazo, una bofetada electoral como la que acaba de recibir el PSUV.
El resultado electoral fue la
proclamación de 112 diputados para que ejerzan lo que la Constitución señala;
no se proclaman con el fin de que ejerzan una retaliación contra sus
adversarios políticos. El país espera que desde la AN la nueva mayoría actúe
para encontrar el rumbo que permita a los venezolanos tener la vida que perdió
en manos de una revolución que nunca fue tal. Esa es la primera prioridad:
actuar en la revisión y aprobación de leyes que faciliten la vida de los
ciudadanos.
En el ejercicio de todas estas
funciones la nueva mayoría legislativa debe entender que el pueblo no le
extendió un “cheque en blanco”, sino que es aspiración de importantes sectores
de la nación participar activamente en la construcción de los cambios que
anhela la sociedad. Cada letra y cada número que lleve ese cheque debe ser
impreso frente a la opinión pública, ha de ser ella participe de buena parte de
las ejecutorias legislativas.
Quienes hicieron posible el
resonante éxito electoral de la oposición democrática aspiran a que las
diferencias de visiones y ópticas encontradas sobre asuntos públicos puedan ser
dirimidas en el seno de la MUD haciendo ejercicio pleno de la democracia. No
existe mejor manera de superar las diferencias que mediante el debate y el
intercambio de opiniones, y que sea la razón la dicte las orientaciones
políticas de la MUD.
La elección de la directiva de
la AN no puede convertirse en un evento que ponga en vilo a quienes cifran sus
esperanzas en esta nueva mayoría. De la misma manera que se ha ido delineando
una agenda legislativa en consonancia con las aspiraciones nacionales, es
posible determinar los mecanismos más adecuados para definir el presidente y
vicepresidentes, además de los demás cargos de la AN.
La búsqueda de un acuerdo que
vea más allá del 2016 pude permitir llegar a algún consenso que aunado al
reconocimiento de la fuerza parlamentaria de cada partido político pueda
facilitar la toma de decisiones en esa materia. Siempre será prudente recordar
que la vida no termina el 5 de enero sino que se inicia un lento y largo
trajinar en el fortalecimiento de las instituciones democráticas gravemente
afectadas por esta morisqueta revolucionaria.
18-12-15
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico