Luis Manuel Esculpí 19 de enero de 2016
En mis lecturas de una época recuerdo
ahora una frase muy citada: "La guerra es la continuación de la política
por otros medios". La frase en cuestión pertenece al General prusiano Karl
von Clausewitz en su famosa obra: De la guerra. Tomando como base la afirmación
de ese importante teórico militar podríamos afirmar: la política es una lucha,
una confrontación donde no se emplean principalmente los medios violentos o
sangrientos; tal como ocurre en la guerra. Resalto una contradicción en la
afirmación del párrafo en la extensa obra mencionada (VIII libros) -leí los
tres primeros y un resumen de los restantes- cuando Clausewitz señala "la
guerra no pertenece al terreno de las artes ni de las ciencias, sino de la
existencia social". El libro de Sun Tsu escrito hace más de 2000 años se
titula precisamente: El arte de la guerra. Tratado que ha trascendido el ámbito
bélico a zonas tan diversas como él área comercial.
Hay una vieja discusión entre los
teóricos militares si es una ciencia o un arte, en todo caso ambas actividades
son consustanciales a la "existencia social". Otros autores señalan
que la obra del estratega chino, ha perdurado más que la del prusiano, que fue
difundida después de su muerte a mediados del siglo XIX.
El paso lateral de los parlamentarios
de Amazonas, para luego avanzar, con la presencia de Maduro en la Asamblea
Nacional, legitimando al poder legislativo y reconociendo ser minoría en esa
instancia, significó un evento trascendente y un movimiento político que
descolocó al gobierno y posicionó a la mayoría democrática, permitiéndole
recuperar la iniciativa.
A propósito de esa decisión
incomprendida inicialmente por algunos opositores, también vino a la memoria la
añeja conseja de Sun Tsu "nunca atacar con cólera y con prisas"...o
aquella que indica eludir la confrontación cuando no tienes posibilidades de
triunfar.
Estamos entrando en un período que
puede ser definido como la hora de la política, hasta ahora hemos llegado a
dónde estamos, por aciertos en las definiciones y a la conducción política. No
pretendemos ocultar las deficiencias, carencias y limitaciones de la alianza
opositora, afirmamos que al aquilatar estás frente a los aciertos, la
resultante es ampliamente favorable.
Para consolidar la mayoría que se
expresó electoralmente en diciembre es requisito indispensable, fortalecer la
unidad, proyectarla a sectores, gremios y organizaciones sociales más allá de
las organizaciones políticas, sin disminuir el peso que en la conducción
deberán tener los partidos, que han demostrado tener competencia, dominio y
conocimiento del oficio.
La victoria alcanzada redujo el
volumen de los voceros de la antipolítica y los anti partidos; sin embargo no
hay que confiarse solo con los logros alcanzados, entramos en una etapa
sumamente compleja, que requiere nuevas elaboraciones, exige toda nuestra
imaginación y creatividad para superar los nuevos obstáculos. El adversario no
se resigna y utilizará todas las armas a su alcance para minimizar nuestros
avances, se aferran a conservar el poder como un fin en sí mismo. El poder por
el poder.
El ocuparse de la política no quiere
decir dedicarse exclusivamente al tratamiento de los temas reducidos a ese
ámbito propiamente dicho, descuidando los problemas fundamentales de los
venezolanos en el campo de la economía, lo social y la seguridad personal. Muy
por el contrario se trata de atenderlos prioritariamente, acompañar el
descontento y el rechazo a las políticas del gobierno deben constituir aspectos
esenciales en el comportamiento de las fuerzas democráticas. La AN puede ser un
extraordinario escenario para dar cabida a la expresión de los sectores
sociales afectados por la grave crisis que confrontamos.
El desconcierto inicial que en
algunas esferas causó la decisión sobre los parlamentarios de Amazonas, se
redujo a su mínima expresión, el día viernes con el discurso rutinario y
repetitivo de Maduro, y la impecable respuesta del presidente de la Asamblea
Nacional, el fin de semana fue comentario obligado en los más variados
círculos. Nicolás desaprovechó la oportunidad y Henry Ramos se empleó a fondo,
consciente del momento y con la definida comprensión que es la hora de la
política.
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