Por Luisa Pernalete
La red jesuita de educación y
formación social llega a los 60 años en Venezuela con optimismo renovado,
planes y proyectos para seguir avanzando en pro de la comunidad en medio de las
tribulaciones de un país en crisis.
¿Usted es de los que cree que
alguien con más de 60 años ya tiene poco qué hacer o qué inventar? Pues muy
equivocado: ahora es cuando se puede innovar porque hay la sabiduría de los
años reflexionados, aprendizajes incluso de errores, y si usted además se sabe
juntar con gente positiva, habrá ánimo para emprender soluciones ante cada
reto. Eso es válido para las personas y también para organizaciones. En esta
oportunidad me voy a permitir echar flores a mi familia grande: Fe y
Alegría. Estamos de cumpleaños, son 62, y el lema es Aprendemos y
emprendemos.
La energía nos viene de estar
atentos a la realidad y saber que nuestra misión es la Construcción de la
sociedad justa y fraterna, la realidad impone la celeridad, la sensibilidad
hace que no nos durmamos y con 140 mil alumnos en el país, nada nos es ajeno.
Veamos algunas evidencias de
esa energía de la que hablamos: ante nuevos problemas, nuevos ensayos y los que
resultan, pues los multiplicamos, nada de improvisar. Vamos a mencionar
iniciativas desde tres dimensiones complementarias, pero distintas: la
económica-tecnológica; la social y la pedagógica.
Las iniciativas que
llamamos económicas vienen por el reto de romper con la mentalidad
rentista. Venezuela no puede seguir viviendo de la renta, no sólo porque
la renta petrolera está a la baja, sino porque no es educativo
enseñar que se puede vivir sin trabajar, o que hay que sentarse a esperar
las soluciones. Nuestros estudiantes deben salir preparados para producir
bienes o servicios, y se aprende haciendo, como decía Simón Rodríguez. Así, por
apuntar una iniciativa productiva que me encanta: en la Escuela Campesina
-estado Lara- se está produciendo Cafeyalegría, ¡Una delicia!, es
realmente un café con rico aroma, lo distribuimos en nuestras redes solidarias,
no se regala, porque producir cuesta. Se aprende a producir produciendo. ¿Cómo
la ven?
Juventud sin violencia
Tenemos iniciativas
pedagógicas: nuevos temas, nuevos abordajes. Anoto dos de reciente aparición:
prevención e intervención de la violencia sexual en nuestros centros. Este tema
nunca lo habíamos tratado abiertamente, pero este año escolar es una línea
nacional que todo el personal, desde los porteros hasta los directores, deben
trabajarlo, y esto se incluye en la profundización de nuestro compromiso de
garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes, que son nuestra
responsabilidad. Ya esto es novedad en un país en donde parece que asumir
responsabilidades ha desaparecido de nuestra cultura. La Lopnna nos obliga. Hay
que prevenir, pero también hay que enfrentarla, sea que la violencia suceda en
el hogar de nuestros alumnos o en las aulas. ¡Algo bueno saldrá de este
trabajo! También estamos trabajando el tema de cómo cuidar a los cuidadores,
esto es, herramientas para que los docentes se animen en medio de tanto agobio.
Finalmente, los
emprendimientos que llamamos sociales: frente a la cultura de la violencia, Fe
y Alegría ofrece no sólo a las madres de sus estudiantes sino a las madres de
cualquier comunidad popular, su programa Madres Promotoras de Paz, cuyos
primeros ensayos fueron en Guayana y este año se multiplican los nuevos grupos
en 12 ciudades del país. No resolvemos todo, pero que nadie diga que hubo
violencia y miraste al otro lado. ¿Hay hambre? Pues ahí están las Ollas
Solidarias Escolares. Que tampoco se diga que tuve hambre y no me diste de
comer.
Todas esas iniciativas, y
muchas más, nos llenan de vida, nos retroalimenta. Así que tenemos Fe, Alegría
y energía.
01-03-17
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