Por Tulio Hernández
V. Entre otras instituciones
culturales que se crearon en aquel período floreciente de Sofía Ímber y el
Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, es prudente recordar con énfasis
particular la Biblioteca Ayacucho, presidida por el poeta José Ramón Medina y
la dirección literaria del escritor uruguayo Ángel Rama, quien venía huyendo a
la dictadura militar de Bordaberry.
La Ayacucho fue y, aunque
maltrecha por el chavismo, aún sigue siendo la más importante colección de lo
mejor de la literatura de América Latina y el Caribe publicada en territorio
iberoamericano.
Igual de importante fueron los
diversos centros de estudio, algunos de ellos con visiones de integración
regional, que se crearon. El Centro de Estudios Latinoamericano Rómulo Gallegos
(Celarg), el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral
(Celcit), el Centro de Estudios de las Culturas Populares y Tradicionales
(Ccpyt).
También fue una época de oro
para la danza. Con el apoyo del Estado se crearon grupos como Danza hoy,
Zhandra Rodríguez –protegida del presidente Pérez– despega con el Ballet Nuevo
Mundo de Caracas y en la década siguiente se crea el Ballet del Teresa Carreño.
Otros territorios también
comienzan. Desde la Gobernación de Caracas, Diego Arria crea Fundarte, la
primera fundación pública creada en América Latina para la gestión cultural de
una ciudad y un gobierno local. La cultura urbana entra en escena.
Pablo Antillano crea y
dirige Escena una revista del Conac que bajo la imaginación de
Soledad Mendoza cambia radicalmente el diseño gráfico y renueva los modos de
hacer periodismo en las revistas culturales oficiales y a la larga en el
periodismo nacional.
Carlos Andrés Pérez inicia la
construcción del Teatro Teresa Carreño, Luis Herrera lo concluye. En apenas 10
años el rostro cultural de Venezuela había cambiado.
VI. Con la llegada de los
rojos al poder comenzó la involución. El Teresa Carreño, que había sido
diseñado tratando se seguir el modelo de los grandes teatros polivalentes, como
el Colón de Buenos Aires o el Lincoln Center de Nueva York, termina convertido
en un gallinero para que las masas exaltadas aplaudan a un presidente narciso.
Mitad don Francisco. Mitad Laura de América.
El Festival Internacional de
Teatro fue eliminado. La ciudad perdió uno de sus mejores centros culturales:
el Ateneo de Caracas. La Biblioteca Ayacucho se estancó. Los grupos de teatro
acorralados, como el Grupo Theja, desaparecen. Radio Caracas TV, la principal
productora de telenovelas, fue sacada de circulación. Al acabarse la principal
fuente de empleo de los actores estos se refugian en el teatro comercial
ligero.
Los Ateneos de Valera,
Trujillo y Valencia son intervenidos por colectivos rojos-rojitos. Una tarde
que estuve en el Ateneo de Valera presencié, anonadado, cómo sobre un piano
Steinway, cuatro malandros con poses de saltimbanquis de circo cocinaban un
sancocho en una hornilla. Por lo menos habían tenido el cuidado de poner un
mantel de plástico. Les expliqué lo que significaba el piano y serenamente, con
un muslo en la boca goteando grasa, me respondieron: “Para qué queremos pianos
buenos, si el pueblo venezolano sigue dominado por el imperialismo gringo”. Leí
en su franela: “Tupamaros”. Me dio miedo y guardé silencio. “Tienen razón”, les
dije. Y me despedí.
VII. Sofía Ímber siguió al
frente del Museo hasta que un domingo por la mañana, mientras ella caminaba por
El Ávila, Hugo Chávez desde su show televisivo Aló,
Presidente organizó el guión para expulsarla de su cargo. No lo hizo con
magnanimidad. No les explicó a los televidentes que las políticas culturales
serían otras y necesitaban un nuevo tipo de gerente. No le dio las gracias por
su gestión. La vejó. No dijo que el país le estaría eternamente agradecido por
la colección de arte contemporáneo que nos había organizado.
Como un caporal de hacienda
gomecista, tomó un silbato de árbitro deportivo y nombró: “Sofía Ímber, ponchada”.
Si hubiese podido le hubiese dado una patada en el trasero.
Ese día y hasta hoy quedó
“ponchado”, por ahora, el proceso de innovación cultural que el país había
iniciado en la era democrática.
05-03-17
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