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domingo, 5 de marzo de 2017

La mirada de Jesús todo lo transforma, por @Pontifex_es



Papa Francisco 04 de marzo de 2017


Santo Evangelio según San Lucas 5,27-32

No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores: "En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo), sentado en su despacho de recaudador de impuestos, y le dijo: "Sígueme". Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús, y estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras personas. Los fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos diciéndoles: "¿Por qué comen y beben con publicanos y pecadores?". Jesús les respondió: "No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores para que se conviertan". Palabra del Señor.

Reflexión del Papa Francisco:

Los fariseos critican al Señor que comió con los pecadores. Y los publicanos eran doblemente pecadores, porque eran apegados al dinero y también traidores a la patria porque cobraban los impuestos a su pueblo por cuenta de los romanos. Jesús, entonces, ve a Mateo, el publicano, y lo mira con misericordia:

Y aquel hombre sentado a la mesa de recaudación de impuestos. En un primer momento Jesús lo ve y este hombre siente algo de nuevo, algo que no conocía - aquella mirada de Jesús sobre él - siente un estupor dentro, siente la invitación de Jesús: "¡Sígueme! ¡Sígueme!".

En aquel momento, este hombre está lleno de gozo, pero también duda un poco, porque es muy apegado al dinero. Sólo bastó un momento – que nosotros conocemos en la expresión del pintor Caravaggio: aquel hombre que miraba, pero que también con las manos, recogía el dinero - sólo un momento en el que Mateo dice si, deja todo y va con el Señor.

Es el momento de la misericordia recibida y aceptada: "¡Sí, voy contigo!". Es el primer momento del encuentro, una experiencia espiritual profunda.

Luego viene un segundo momento: la fiesta. El Señor festeja con los pecadores, se festeja la misericordia de Dios que cambia la vida.

Después de estos dos momentos, el estupor del encuentro y la fiesta, viene el trabajo cotidiano, anunciar el Evangelio. Se debe alimentar este trabajo con la memoria de aquel primer encuentro, de aquella fiesta.

Y esto no es un momento, esto es un tiempo: hasta el final de la vida . La memoria. ¿Memoria de qué? ¡De aquellos hechos! ¡De aquel encuentro con Jesús que me ha cambiado la vida! ¡Que tuvo misericordia! Que ha sido tan bueno conmigo y que también me ha dicho: "¡Invita a tus amigos pecadores, para que hagan fiesta!".

Aquella memoria da fuerza a Mateo y a los demás para ir adelante. "¡El Señor me ha cambiado la vida! ¡He encontrado al Señor!". (Homilía en Santa Marta, 5 de julio de 2013)

Oración de Sanación

Señor de mi vida y de mi historia, Tú conoces mi día a día, mi trabajo, mis proyectos, mis obras, sabes a lo que debo responder y el compromiso que tengo con los míos.

Necesito de tu gracia para vivir en paz, sabiduría para entender que caminas conmigo y derramas tu amor en mi corazón para hacerlo grande y compasivo como el tuyo.

Tú no me has llamado por ser el mejor, sino porque Eres el mejor guía de todos y lo apuestas todo por mí, pones tu confianza en las capacidades que Tú mismo depositaste en mi alma.

Tú no tienes en cuenta la vida de pecado que he tenido, sino que, como a San Mateo, me das una oportunidad de renovarme, me regalas tu mirada dulce que me invita a salir de esa tibieza que habita en mi corazón.

Tú eres de los que poco preguntan, pero mucho agradece, porque sabes bien que tu llamado generará los frutos de amor en amigos y familiares para que, también a ellos, invitarlos al banquete celestial

Mi Dios, mi Rey, mi Salvador, tu mirada y tus palabras me llenan de gozo y de esperanza, porque estuve perdido y me encontraste, fui pecador y me salvaste con el lazo de perdón y de tu compasión.

Sé que Tú nunca defraudas ni le fallas a quien confía su vida en Ti y en tus promesas, es por ello que me entrego enteramente a tu divinidad.

Ven Señor, dame de tu gracia y de tu poder para vencer mis miedos y permite que pueda seguirte con amor y desprendimiento para siempre. Amén

Propósito de hoy:

Rezaré y meditaré un misterio del Santo Rosario durante el día, por todos aquellos que están alejados de Jesús.

Frase de reflexión:

"Basar la felicidad en los bienes materiales es la mejor manera de llegar a no ser feliz". Papa Francisco

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