Por Priselen Martínez Haullier
Ramón Guillermo Aveledo,
exsecretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), no ve la
razón para “el escándalo que el Gobierno” ha armado con la solicitud de
activación de la Carta Democrática por parte de la OEA “porque es un
tratado internacional de buena conducta. Lo que tiene que llamarle la atención
es que el mundo esté cada vez más preocupado por la situación venezolana”.
Sobre el proceso de validación
de los partidos, en un principio, pensó que sería “una competencia muy feroz y
la verdad que estaba muy equivocado, se ha reforzado la unidad y creo que
más bien le ha salido el tiro por la culata al Gobierno”.
En la conversación que
sostuvo con PANORAMA, durante su visita a Maracaibo la semana
pasada, dijo que de la reestructuración de la MUD solo espera que “sea un
equipo operativo porque al país le hace bien”.
—¿Cree que caminará la
activación de la Carta Democrática en Venezuela, es conveniente su aplicación?
— Eso es un tratado
internacional que Venezuela ha suscrito y forma parte de las leyes de la
República. Es un compromiso del Estado que después se aprueba en la Asamblea
Nacional. En su contenido es un compromiso de buena conducta donde los estados
se comprometen a portarse bien; a respetar las libertades. Los tratados
internacionales de derechos humanos son explícitos en nuestra Constitución
y cualquier venezolano tiene el derecho de invocarlos. La verdad es que no veo
el motivo de alarma en eso, el Gobierno venezolano pidió su aplicación en el
caso de Paraguay, cuando le hicieron el juicio político al expresidente
Fernando Lugo; y luego la invocó en abril del 2002, y hoy la considera
una agresión. La Carta no autoriza a nadie para una intervención, son medidas
diplomáticas y políticas, no otra cosa. Cuando veo al secretario general (Luis
Almagro) tan decidido es porque debe tener apoyos. No veo razón para el
escándalo que el Gobierno ha armado (...), está gritando de más.
— Pero, la
oposición no deja de hacer su lobby en la comunidad internacional ...
— El Gobierno también lo hace.
Lo que pasa es que cuando viene gente de afuera y habla bien del Gobierno, al
Gobierno le encanta (...), pero si hablan otros, les parece mal. Si afuera
reciben a los dirigentes del oficialismo, al Gobierno le parece estupendo, en
cambio cuando afuera reciben al presidente de la Asamblea Nacional les parece malo.
Uno no puede ver las cosas así, lo que tiene que llamarnos la atención es que
el mundo esté cada vez más preocupado por la situación venezolana, que haya más
angustia en la comunidad internacional porque es objetivamente cierto que los
venezolanos estamos sufriendo una serie de problemas cuya solución no
avanza.
—En torno del diálogo,
¿qué evaluación hace del papel que ha jugado el Vaticano y los
expresidentes facilitadores?
— Les agradezco y no los
culpo. Creo que la iniciativa de los expresidentes y del Vaticano es un
testimonio de la preocupación por Venezuela; si en Venezuela no
estuviera pasando nada, eso no estuviera ocurriendo porque lo normal en un país
es que el Gobierno y la oposición hablen aunque no estén de acuerdo y el Gobierno
ha obstruido los caminos del diálogo, y creo que este es un proceso
lícito de la lucha política lo mismo que el trabajo parlamentario, lo mismo que
el voto que está obstruido y poblando de incertidumbre el futuro del
voto, lo mismo que la protesta social pacífica en la calle; lo mismo que en un
mundo globalizado el activismo internacional, lo que es ílicito y
antidemocrático es la violencia, la coacción, la discriminación.
—¿Usted cree que el
Gobierno ha obstruido el diálogo y la oposición, no cree que también?
— Por qué se dialoga, porque
hay diferencias, entonces se busca el modo de acercarse en esas diferencias. Si
el Gobierno se compromete a unas cosas y después no cumple valiéndose de
distintas excusas, bueno el que tiene que tomar las decisiones si suelta o no
suelta gente, y se declara o no el canal humanitario para la salud, si modifica
o no la política económica que ha producido la inflación más alta de toda la
bolita del mundo y es el Gobierno que puede hacerlo; a mí me
encantaría repartir esa culpa y echármela de equilibrado, pero la verdad no
sería justo.
— El trabajo de la AN
sigue bloqueado por el TSJ, ¿cómo puede rescatar su funcionamiento, su
protagonismo?
— Es interesante lo que pasa.
¿Cuál es la guía para que funcionen los Poderes Públicos?, la Constitución. En
la medida en que todos estemos dentro de la Constitución no tiene que haber
motivo para que eso ocurriera. Ahora, el Gobierno se acostumbró a que
durante dos períodos, uno de ellos porque la oposición se abstuvo, en el
2005, a que no lo controlaran, a que la Asamblea le aprobara todo, que siendo
un cuerpo deliberante se había convertido en un restaurant de delivery, le
pedían una cosa y la daba sin controlar nada. Esa manera de funcionar de la
Asamblea produjo presupuestos con dinero inorgánico, mucho endeudamiento,
produjo decisiones políticas, económicas y sociales muy perjudiciales
para los venezolanos; entonces por qué el control es necesario, porque siempre
el poder tiende a extralimitarse y por eso el constituyente diseñó un poder
repartido, ahora hay que acostumbrarse a que de repente te digan que no o que
tengas que explicar lo que tu quieres (...).
—¿Entonces ve lejos la solución al desacato declarado por el TSJ a la AN?
— Depende básicamente del
Gobierno, porque fíjate que los diputados de Amazonas, que son la causa del
desacato, lo que hizo la Sala Electoral fue admitir una demanda de
nulidad contra esa elección y junto con admitirla suspendió los efectos de la
proclamación, es decir, paralizó a esos diputados para evitar los dos tercios
de mayoría en la Asamblea Nacional que se necesitan para tomar ciertas
decisiones. Lo normal sería que siguiera el juicio o se concluyera y se tome
una decisión de que la elección es nula y hay que repetirla o no, pero lo que
no podemos es estar eternamente con los diputados suspendidos, sin que haya
decisión y que se pretenda de ese modo amarrar a la Asamblea con el
desacato.
—¿ Cómo ve el
proceso de validación de partidos, mientras la MUD avanza, una parte de los
miembros Polo Patriótico están a la espera del TSJ?
— Yo tenía unas expectativas
muy negativas en relación con eso, porque en primer lugar; es un proceso que no
es auditable, todas las cartas están en manos del CNE, y pensaba que se iba a
estimular una competencia muy feroz entre los partidos y la verdad que estaba
muy equivocado, los partidos han actuado con un sentido de cooperación, se ha
reforzado la unidad y creo que más bien este proceso le ha salido el tiro por
la culata al Gobierno porque mucha gente se ha presentado para validar, ahora
lo importante es que tenga credibilidad porque sería muy malo que termine
siendo una trampa cazabobos. No se imaginan con esas vivezas el precio que paga
la democracia.
—La MUD recientemente se
reestructuró, creó una coordinación que sigue silente, ¿cree que más que un
equipo hace falta un vocero que lleve la batuta como lo hicieron usted y “Chúo”
Torrealba?
— Los partidos tomaron una
decisión de asumir directamente la responsabilidad de la vocería, y asumir la
conducción política y que el equipo, que es un equipo plural, que no es
individual como era antes, aunque uno tenía colaboradores, sea operativo, yo
deseo que eso funcione, porque al país le hace bien y espero ver los
resultados, así lo deseo.
—La MUD baila al son de
Voluntad Popular....
— Yo soy un tipo de mal oído y
en materia de baile daba pisotones y por eso me funcionaban mejor las canciones
lentas como los boleros, donde es más difícil pisar a la gente, entonces de
verdad que no soy bueno juzgando eso.
—¿Está
lista la oposición para unas primarias?
—Sí.
La democracia nunca ha sido un riesgo para la oposición, es un riesgo para el
Gobierno que le gusta cuando le va bien y no le gusta cuando le va mal.
20-03-17
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