Por Roberto Patiño
La imposición dictatorial
del régimen deja totalmente desprotegidos a los venezolanos ante la crisis. Los
sistemas de control, dependencia y sumisión que implanta se suman a una serie
de acciones producidas desde el Estado que deterioran radicalmente las
condiciones de vida del país y vuelven cada vez más vulnerables a los
diferentes sectores de la sociedad.
Las recientes “medidas”
económicas son una muestra fehaciente de esto. Son inviables, claramente
perniciosas y en pocos días han generado un contexto de profundización de la ya
abrumadora crisis, en detrimento de la población. Igualmente, criminalizan
a sectores productivos y comerciales, buscando el antagonismo entre los
componentes de la sociedad civil.
El gobierno y la estructura
estatal no realizan sus funciones naturales de apoyo o cohesión a sectores
sociales, económicos y políticos en busca de soluciones. Por el contrario, se
vuelven los principales factores de persecución, exclusión y destrucción. Aumentan
y agravan los problemas, y limitan cada vez más las opciones de la población
para enfrentarlos.
Este contexto de colapso y
caos inducidos, estimula la fragmentación social, y hace que las necesidades de
supervivencia particulares se prioricen por encima de todas las demás. El
régimen no solo acaba con los medios materiales y de producción del país, sino
que, para lograr el control y sumisión de la sociedad, destruye también los
vínculos de convivencia básicos que la hacen posible. Recordemos las
terribles palabras de Nicolás Maduro a los miembros del ejército, conminándolos
a poner la lealtad a la revolución por encima de sus propias familias.
Esto último nos llama a
reflexionar sobre lo que creemos es una de las principales necesidades del
país: el restablecimiento, la reproducción y el reforzamiento activo de los
vínculos convivenciales básicos entre los venezolanos. No solo como un fin en
sí mismo, por su valor moral y humano fundamental, sino porque sin estos
vínculos no es posible la articulación nacional necesaria para superar la
crisis y lograr condiciones de salida del régimen que la fomenta y aprovecha.
El restablecimiento,
reproducción y reforzamiento de la convivencia no puede seguir viéndose como
una causa idealista sino como una herramienta social, económica y política de
cambio y transformación
Debe convertirse en el eje
articulador que permita vincular a personas, grupos y sectores del país en el
enfrentamiento al actual contexto de colapso, desprotección y deriva
dictatorial.
En iniciativas como Alimenta
la Solidaridad, hemos trabajado en modelos de acción social basados en los
valores convivenciales, generando experiencias de empoderamiento local y alivio
a problemas de la crisis, que han sido exitosos y sostenibles, en la medida que
han logrado la vinculación de diversos actores: comunidades, grupos sociales,
religiosos, empresariales, políticos, académicos, y otros. Un modelo inclusivo
que convierte en agentes de cambio a todos los integrantes que lo componen, en
oposición a los sistemas de dependencia, sumisión y clientelismo oficiales.
La construcción de redes de
solidaridad y apoyo, constituye en estos momentos la alternativa al proceso de
profundización de la fragmentación del régimen. La construcción de la
solidaridad, en sistemas de vinculación activa y en la organización de diversos
actores sociales, no solo representa la generación de opciones eficaces para
enfrentar la crisis, sino el desarrollo de una narrativa distinta que contrarreste
a la de la dictadura. Para los liderazgos sociales, políticos y económicos,
debe representar la oportunidad para la generación de estrategias compartidas y
acciones conjuntas, que los vinculen entre sí y con el resto de la sociedad.
El proyecto del régimen
madurista es inviable, pero se mantiene en un contexto de caos y colapso
inducido, implementando acciones que buscan dividir, empobrecer y despojar de
humanidad a los venezolanos para someternos y anularnos
Solo desde la vinculación de
todos en conjunto, podemos detener al poder y revertir ese afán destructivo y
de dominación: solidaridad para articularnos, solidaridad como herramienta
de transformación y renovación para el país.
Coordinador de Movimiento Mi
convive
robertopatino.com
04-09-18
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