Bruselas,
3 de septiembre de 2018 ante la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo
¿Qué
sería de los Estados sin la gente?
Muy
buenas tardes a todos. Soy Patricia Carrera. Una venezolana que se está
volviendo loca de ver tantos muertos por violencia, hambre y enfermedad en
Venezuela. El año pasado pedí a los ciudadanos del mundo que me acompañaran
responsablemente en la defensa de las libertades individuales de nuestros
hermanos, haciendo nosotros mismos lo que jamás debimos delegar en los partidos
políticos. Venir a hablar aquí de crisis humanitaria, caos político y social,
éxodo multitudinario, inseguridad personal y jurídica, secuestro de
instituciones, violación reiterada y sistemática de la Constitución y los
derechos humanos, todo como consecuencia del ejercicio gubernamental más
corrupto, forajido, antidemocrático, ilegítimo e inepto del orbe; sería perder
el tiempo. Esa situación es internacionalmente pública y notoria, por lo que no
requiere de más elementos probatorios.
Sabrán,
respetables miembros de esta Comisión, que los venezolanos que viven abatidos
por un régimen CON PODER, que convive CON el narcotráfico, CON el tráfico de
armas, CON las prebendas a cambio de petróleo, CON el contrabando, CON el apoyo
de otros países a los que no les importan los venezolanos y que nos ven COMO
gotas de petróleo; están sumidos en la peor de todas las crisis que hayan
podido afectar a nuestra bella tierra y sufren SIN democracia, SIN comida, SIN
seguridad, SIN salud, SIN respeto, SIN armas, SIN dignidad y SIN LIBERTAD. Al
concluir mi exposición, no querrán agregar a esta lista: SIN apoyo del
Parlamento Europeo.
La
soberanía, siendo un derecho absoluto, no es de contenido absoluto, porque no
puede estar por encima de los derechos humanos fundamentales. Lo mismo pasa con
el principio de la no intervención, que tampoco puede estar por encima de los
derechos humanos, porque somos los seres humanos quienes hacemos los Estados y
no al revés y la territorialidad no puede ser más importante que la humanidad.
Verán que los supuestos principios de Derecho Internacional no pueden terminar
convirtiéndose en el monstruo que impida la justicia y que permita crímenes de
lesa humanidad hasta el infinito, lo cual implica que, no siendo el Derecho de
carácter estático, la Declaración de los Derechos Humanos y demás Tratados
Internacionales terminarían siendo para Venezuela LETRA MUERTA si no son
capaces de detener un régimen antidemocrático, asesino, deslegitimado por el
abuso del poder y tramposo en todos los procesos electorales desde 2004 que
sabemos han sido amañados. Esos mismos principios constituyen una patente de
corso para los dictadores que se refugian en su vigencia, envalentonándoles y
mostrándose desafiantes ante una comunidad internacional que les mira indómita
como si no tuviese el poder de proponer y aprobar cuantas reformas fuesen
necesarias para garantizar la paz y la seguridad de los pueblos del mundo.
Paradójicamente,
en 2013, a la ONU le bastaron 8.755 asesinatos del año anterior para actuar
mediante la creación de una Brigada de Intervención, en la República
Democrática del Congo, cifra esa que no llega a los talones del número de
asesinados en la Venezuela de hoy, convertida en uno de los países más
violentos del mundo.
La
terrible tragedia venezolana ya ha llegado muy lejos. La comunidad
internacional pudo haber hecho más y por esta razón yo vengo a pedir al PE que
utilice todo su poder para proponer cuanto sea necesario con el objetivo de
poner fin a este gravísimo conflicto geopolítico generado por un régimen
asesino y sin escrúpulos.
Los
venezolanos no queremos más lamentos de la comunidad internacional ni esa frase
retórica de sólo “preocupación”. Queremos acciones sólidas que encaminen al
país dentro del marco del respeto por los derechos humanos y por el propio
derecho internacional a cuyos principios la humanidad reclama modernización. Si
al salir de esta honorable sala en la que se respira libertad, el PE no lucha a
favor de los derechos del hombre por encima de los derechos del Estado y sobre la
base de que la soberanía no es un derecho estático de contenido absoluto,
proponiendo mecanismos que activen la injerencia humanitaria y la adecuación de
la normativa de Derecho Internacional para frenar el genocidio y la barbarie en
Venezuela, estará abonando el camino a la consolidación de la incredulidad en
las instituciones internacionales y sorprenderá al mundo por la indolencia y ls
indiferencia ante lo inhumano. Pero si al salir de aquí se comienzan a mover
VERDADEROS MECANISMOS CAPACES DE DETENER la barbarie en Venezuela, entonces la
humanidad tendrá con todos y cada uno de ustedes una deuda de gratitud
imprescriptible y, amén de que estén cumpliendo con su deber, los venezolanos
de bien nunca dejaremos de agradecerles su buen accionar que sin duda hará
renacer la esperanza de vivir en libertad.
VIVA
VENEZUELA LIBRE Y MUCHAS GRACIAS POR SU ATENCIÓN.
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