Por Luisa Pernalete
“Gracias” y “por favor” son
dos expresiones que abren las puertas. Agradecer y saber pedir un favor son
habilidades sociales, muy necesarias para la sana convivencia. Muchas madres y
abuelas, de esas que tratan con ternura a hijos y nietos, enseñan a los
pequeños a decir graaacias(así, con triple a). ¡Me encanta ver esa clase
de lenguaje espontánea!
Pues hoy me convierto en voz
de muchos alumnos de Fe y Alegría (y de sus respectivas madres), que se han
beneficiado de la campaña Un cuaderno para Fe y Alegría, la cual se
comenzó en el mes de junio y culminó en septiembre. Esa campaña, apelando a la
generosidad de los venezolanos, ha generado 25 mil sonrisas, cantidad de
cuadernos conseguidos, así como miles de lápices, borradores, sacapuntas, papel
reutilizable… No se trata de asistencialismo para propiciar dependencia, se
trata de facilitar la vuelta al colegio de niños, niñas y adolescentes que no
iban a tener manera de comprar sus útiles, y ningún alumno quiere ir a la
escuela si no tiene al menos un lápiz y un cuaderno. ¡Un obstáculo menos para
su educación!
Agradecemos a todos: a esa
señora en Mérida, que en una jornada en el mes de julio llevó unas carpetas con
hojas limpias que había sacado de cuadernos usados, hasta las empresas que donaron
centenares. Desde la maestra jubilada que donó lápices de todos los tamaños,
hasta los que donaron cajas de creyones y lápices nuevos. Todos han sido bien
recibidos.
Incluyo en esta lista
agradecimientos a esas personas que inspiradas por la campaña, ayudaron a niños
y niñas que no estudian en Fe y Alegría, pero que igual necesitaban esos
útiles, como una amiga de Barquisimeto que compró cuadernos para los nietos de
la señora que le ayuda en la limpieza de la casa.
Un niño sin escuela es un
problema de todos, fue el lema de Fe y Alegría hace unas décadas. Hoy podríamos
decir que un niño sin útiles es un peligro de quedar fuera de la escuela, pero
es oportunidad para que usted y muchos otros cooperen con su educación.
Me parece necesario hacer
una diferencia entre reconocer y agradecer. Se reconoce al funcionario que
cumple con su deber. Por ejemplo, ese gobernante que entrega una escuela a una
comunidad, a ese se le puede reconocer, porque esa es su responsabilidad,
administra recursos públicos, ha hecho algo bueno, pero la escuela no ha salido
de su bolsillo. A ese no se le agradece, se le reconoce, como se lo dije una
vez a un gobernador en el estado Bolívar, cuando entregó en comodato una
edificación escolar a Fe y Alegría. Eso sí, reconocimos que la escuela estaba
bien hecha, con techo de platabanda y tejas, y hasta flores tenía el jardín.
Pero no le di las gracias. Se agradece en cambio, al acto viene de la
generosidad de la persona cuando sin ser su obligación, se deprende de algo
suyo, de su bolsillo, y lo dona al prójimo, por bondad, por sensibilidad, por
amor al prójimo aunque no conozca el destinatario de su aporte.
Fe y Alegría nació hace 63
años, de la visión, el atrevimiento del padre José María Vélaz, y de la
generosidad de estudiantes de la entonces recién fundada UCAB y de Abraham y
Patricia Reyes, esa extraordinaria pareja que donó la casa que estaban
construyendo para su numerosa familia y en donde funcionó la primera escuela de
Fe y Alegría. Así nacimos y así seguimos trabajando en nuestra misión: Gracias
a la generosidad de buena parte de su personal y de tanta gente que coopera sin
esperar recompensa.
Termino reiterando algo de lo cual no tengo ninguna duda: los buenos son más en este país, y esa bondad será base para la reconstrucción necesaria.
Termino reiterando algo de lo cual no tengo ninguna duda: los buenos son más en este país, y esa bondad será base para la reconstrucción necesaria.
27-10-18
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