Por Edward Rodríguez
Durante muchos años, sobre
todo en la época del difunto Hugo Chávez, la petrochequera y el verbo
populista hicieron que actores de la gran pantalla hollywoodense enfocaran su
cámara y Mirada hacia Venezuela, en ese espejismo de país del tercer mundo que
mostraba bonanza, calidad de vida, revolución socialista que llegó a posicionarse
como la “mas feliz del mundo”, “más feliz del mundo”.
Aquella mentira sostenida y
dicha mil veces llegó a ser verdad; por el palacio de Miraflores desfilaron las
amigas y amigos del Comandante; recordemos a Naomi Campbell, la
supermodelo que llegó al país en representación de la “Fundación Nelson
Mandela”, si acaso la llevaron a ver una casa de la Misión Vivienda, para que
después no saliera de las cuatro paredes y habitaciones del Palacio
presidencial.
El otro que en reiteradas
oportunidades visitó Venezuela fue el célebre y galardonado dos veces con el
premio Oscar de la academia, Sean Penn, un poco desprestigiado en los años
resientes por la entrevista que le realizó al jefe del cartel de Sinaloa, el
“Chapo Guzmán”; de Penn siempre se especuló que las visitas a la patria de
Bolívar contaban con un buen incentivo monetario, inclusive en la campaña del
2012, la última batalla electoral de Hugo Chávez, lo acompañó en el estado
Carabobo.
La lista de los asiduos
visitantes de Hollywood al palacio de Miraflores no se detenía, había una
especie de mágica mentira, tal como ocurrió con Fidel Castro, los habanos y las
cuba libre. Oliver Stone no perdió tiempo en hacerle una película a
Chavez, Kevin Space también se dio una paseadita por la Villa del
Cine, mientras que el célebre Danny Clover se apresuraba por
conformar el staff de las estrellas hollywoodenses que asiduamente visitaban
Venezuela y a su “ilustre” anfitrión. Sin duda, algo había para que uno llegara
destrás del otro.
No se puede negar que fue
una buena estrategia de marketing politico el hacer uso de figuras de alto
reconocimiento en la opinión pública, pues el elector suele comerse el cuento
que si ellos (las figuras de públicas de reconocimiento público) apoyan a
determinada persona, entonces esa figura sin duda puede representarlos.
Hollywood comenzó a
despertar, pues la visita de la actriz Angelina Jolie a Perú para conocer de
primera mano la situación de los venezolanos que han emigrado por culpa de
este gobierno, incapaz de dar “felicidad”, da muestra del engaño que
se perpetró durante 19 años.
Jolie llegó al país inca el pasado domingo para
conocer directamente la situación de los miles de ciudadanos venezolanos que
han abandonado su tierra huyendo de la crisis humanitaria que tanto niegan
Nicolás y sus voceros.
Angelina, la embajadora
La actriz, según informó la
Organización de Naciones Unidas (ONU), estuvo tres días sosteniendo
encuentros con refugiados en organizaciones benéficas como “Sin
Frontera”, donde habitan 180 venezolanos, igual recorrió la zona del Tumbes,
frontera con Ecuador, por donde han pasado los casi 450 mil ciudadanos nuestros
que salieron sin planes y con hambre, buscando un futuro.
Angelina es embajadora de
las Naciones Unidas desde el 2001 y ha estado haciendo labores humanitarias
desde esa misma fecha, lo que nunca pensamos es que esas labores la íbamos a
ver y vivir tan cerca, puesto que el pueblo venezolano jamás tuvo cultura de
emigrar, sino más bien de ser hospitalario, de crecer y morir en su territorio,
pero la farsa de la “revolución bonita” adormeció a la gran pantalla.
Nunca es tarde cuando la
dicha llega y hay que ver con buenos ojos el despertar de Hollywood por la
crisis venezolana, seguro detrás de Jolie se sumen otros más porque en
Venezuela definitivamente la realidad supera la ficción.
23-10-18
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