Por Vanessa Davies
El diputado y dirigente del
Movimiento Progresista de Venezuela subraya que el país necesita más
democracia, no menos. "Tenemos que ir a reinstitucionalizar el país"
y "a darnos un pacto social de unión nacional para rescatar el país"
Hay quienes deciden caminar
entre fuego cruzado sin perder la sonrisa, Manuel Teixeira es uno de esos. Es
dirigente de la oposición, pero tiene amigos en el chavismo y en el madurismo
porque un trecho de su carrera política lo recorrió apoyando a Hugo Chávez, y
es una de las voces que más fuerte suena en el llamado al diálogo nacional, al
reencuentro y a la reconciliación entre venezolanas y venezolanos.
Hijo de portugueses,
Teixeira es de los que no se iría de Venezuela ni por todo el oro del mundo.
Cuando habla sobre el país y sus maravillas, y mientras conversa
con Contrapunto, señala el Ávila, mira a su alrededor y lo reitera: No hay
país como Venezuela.
Tal vez por eso su suerte
está echada e insiste en que se necesita un pacto para reinstitucionalizar la
nación.
—Reconciliación es una mala
palabra para los sectores más extremos.
—Para ellos.
—¿Cómo se imagina Manuel
Teixeira una reconciliación?
—Todos los países que han
pasado procesos polarizantes, de violencia, de transiciones, de cambios de
modelo o de posguerra, todos van a la reconciliación y al reencuentro. Porque
al final somos connacionales; primos, vecinos. Por eso a veces la gente dice
que los conflictos internos son tan malos, porque es la reconciliación del
vecino, del hermano, y no de alguien de otro país. ¿Cómo vemos eso? Es natural.
—¿Cómo se lleva a la
práctica?
—Cuando priorizas al ser
humano, cuando pones al ser humano primero, cuando pones a la sociedad primero,
cuando pones los intereses del país primero. Cuando logramos eso como sociedad,
a pesar de que tengamos puntos de vista diferentes, buscamos en qué
coincidimos. Coincidimos en que al país hay que sacarlo de la crisis, en que
hay que tomar medidas económicas, hay que tomar medidas políticas. En lo que
podamos coincidir, empecemos una ruta para sacar el país de la crisis, porque
lo político no puede entrampar lo económico.
—¿Es lo que está ocurriendo?
—Es lo que está ocurriendo.
El que tiene la mayor responsabilidad es el Gobierno, porque es el que
gobierna, el que tiene que tomar las medidas, el que debe conciliar con los
sectores porque debe gobernar para todo el país y no para un sector. Con todos
debe conciliar para poder ejecutar las medidas.
Estado de hecho y Estado de
derecho
—¿Estamos en el momento de
esa reconciliación o todavía nos falta?
—Creo que la sociedad
empieza a urgir una respuesta. La sociedad urge que el país cambie. Este país
es invivible para cualquier persona. Esta crisis estructural no la vive ningún
país en el mundo. El que está en guerra, está en guerra; el que tiene problemas
económicos, tiene problemas económicos. Pero lo que vivimos nosotros es una
cosa terrible.
—¿Tenemos una guerra de baja
intensidad?
—A lo mejor tenemos una
guerra de baja intensidad, que está concatenada con tantas cosas: la mala
gestión, la mala implementación de las políticas, corrupción. Y bueno, sectores
que se oponen al Gobierno que también han desatado unas matrices de opinión
violentas, de decir que la única salida que existe es la violencia, y eso no es
verdad. Eso no puede ser. La mayoría del país no lo quiere tampoco. La mayoría
del país quiere salir de esto en paz. La mayoría del país lo que quiere es
abrir y cerrar los ojos y que esto cambie, y que cambie en paz.
—¿Un cambio en paz qué
implicaría? Hay un presidente, unas elecciones reconocidas y no reconocidas.
—Tenemos un Estado de hecho
y un Estado de derecho en el país. ¿Hasta dónde aceptamos ciertas realidades?
La carga no puede estar en quienes nos oponemos al Gobierno. La carga está en
el Gobierno, que debe entender que ha hecho las cosas 'a la malandra'.
Teixeira cuestiona la
constituyente, la forma como fue convocada.
—Pero es un hecho político.
¿Qué se hace con eso?
—Ante una degeneración de la
democracia, ante una degeneración de las instituciones, priva un pacto, una tregua:
qué eres capaz de reconocer en lo político para destrancar el tema económico y
el tema social.
Una tregua entre chavismo y
oposición
—¿Qué necesitamos? ¿Una
tregua entre chavismo y oposición?
—La necesitamos. Pero esto
no puede entenderse como una tregua para que un sector se quede, sino cómo
empezamos a hacer las cosas bien para retomar la institucionalidad del país. Y
que se vea que hay posibilidad de alternancia y que el oficialismo tenga
oportunidad de seguir haciendo política.
—¿Esa tregua quién la
debería pactar?
—La tregua es por el país,
porque este país necesita retomar la institucionalidad y la democracia. Que un
sector del oficialismo no sienta que hay unos kamikaze que quieren acabar con
ellos, que la oposición sienta que el gobierno es capaz de gobernar para todos.
Que exista la posibilidad de soñar con la alternancia de poder, que podamos
soñar un país diferente.
—¿La tregua quién la pacta?
—Todo se va a originar
cuando el Gobierno mastique, entienda y procese que tiene que hacer las cosas
diferentes.
—¿Eso qué implica para el
Gobierno hoy?
—El reconocimiento de la
Asamblea como institución, para que pueda ejercer las funciones que tiene y que
beneficiarían al propio Gobierno. ¿Por qué tanta corrupción y por qué tanta
degeneración? Porque no hay un Poder Legislativo que pueda controlar al
Ejecutivo. Una de las cosas que desvirtuó el proceso revolucionario fue el de
los controles. Los mismos motivos que llevaron a la revolución bolivariana al
poder son los que la pueden terminar sacando. Quienes apoyamos al presidente
Chávez en un momento fue para combatir la corrupción, por la falta de bienestar
de la población venezolana, por esa desigualdad que existía y que en los
primeros años de Chávez disminuyó. Eso no se puede negar.
Para Teixeira, en la
historia reciente “hay dos momentos de quiebre”, y a lo mejor un tercero:
cuando la oposición y sectores económicos “decidieron darle un golpe de Estado
al presidente constitucional”, porque “las cosas comenzaron a no tener un curso
normal” y se le hizo daño al país; y cuando la oposición se retira de las
elecciones parlamentarias. “Eso hace que el partido de gobierno absorba todo el
poder y se convierta en partido-gobierno-Estado”.
El tercer hito podría ser el
de las elecciones presidenciales del 20 de mayo, porque “ante la
desvalorización del voto como instrumento” se podría llegar a un cambio
constitucional que cambie el país “tal como lo conocemos, que es un temor de
muchísima gente”.
—¿Qué teme que pueda ocurrir
con la Constitución?
—Que se haga una
Constitución a la medida, la Constitución comunal, el poder comunal, el poder
popular. Ese es un error. Como decía Alfredo Maneiro, si el problema es la
democracia, más democracia.
El bienestar debe ser el
primer punto
El diputado reitera que es
urgente “la reinstitucionalización del Estado, el respeto por las instituciones
y el ciudadano y la reconciliación entre quienes vivimos en el mismo país”, el
respeto por las diferencias de pensamiento.
—¿Cuál es la agenda en
común?
—Darle bienestar a la gente,
sacar al país de la crisis, conseguir mejor calidad de vida para el venezolano.
—¿El primer punto de la
agenda sería parar la migración?
—Lograr una ruta efectiva
para salir de la crisis económica, porque al evitar la crisis económica detienes
la migración. La decisión es darle un parado a la crisis, tomar medidas
políticas y económicas.
—¿Cuáles son esas medidas?
—Un gran consenso nacional.
Por ejemplo, este país tiene que buscar financiamiento; lo dicen todos los
economistas. Esto pasa por la credibilidad del Gobierno, por la credibilidad de
las instituciones. Tenemos que ir a reinstitucionalizar el país, respetar las
instituciones que tenemos y darnos un pacto de unión nacional para rescatar el
país.
—¿Es un nuevo Pacto de Punto
Fijo?
—No sé si es un Pacto de
Punto Fijo, porque no es un pacto para llegar al poder. Es un pacto por el
país, pensando que el país sea viable y que podamos vivir en paz y con calidad
de vida.
–Pensemos en el mejor
escenario, y en que el Gobierno dice que le interesa ese pacto. ¿Con qué sector
de la oposición lo negocia?
—Es tarea de la más alta
dirigencia opositora el reencuentro en función del país. El problema del
reencuentro pasa porque nuestro leitmotiv sea el país y no los
tableros individuales. Nos hemos ahogado en la política y no hemos pensado que
el país no se acaba en 5 años, no se acaba en 10, que el país tiene que
pensarse a futuro.
—Todos estamos en ese
"como vaya viniendo, vamos viendo"
—Y hay otros que estamos
tratando, a pesar de no tener la fuerza mediática y económica, de hacer un gran
esfuerzo para llevar nuestro mensaje en búsqueda de una solución pacífica y un
reencuentro entre hermanos. El venezolano no es como estamos viviendo. Nosotros
somos amigueros, dicharacheros, echamos broma, somos conocidos en el mundo por
ser como somos y estamos siendo transformados en otra cosa.
Que se sienten, pero de
verdad
—Por eso, ¿cómo se construye
esa reconciliación desde abajo?
—La sociedad misma está
buscando presionar a los liderazgos para que haya una solución. Es la misma
sociedad, es el poder desde abajo. La gente quiere una solución. Y la gente
quiere que esa solución sea en paz, porque aquí nadie está dispuesto a poner
sangre en la calle. La gente quiere paz, más allá de los discursos altisonantes.
A Venezuela le urge que los
sectores que tienen liderazgo, tanto en el chavismo como en la oposición, “se
sienten, pero de verdad”.
—¿Quién los sienta?
—Hay que buscar una
intermediación como la ONU, pero solamente va a pasar cuando el Gobierno
entienda que debe ocurrir para lograr los cambios. El Gobierno no puede
utilizar un mecanismo de encuentro para ganar tiempo, o para un vacile o un sí,
pero no. Es cuando diga que hay que gobernar para los venezolanos.
—No parece que el Gobierno
se sienta presionado a llegar a ese punto. ¿Qué cree que lo pueda llevar a eso?
—Creo que la misma situación
económica, producto de sus errores, los va a presionar a tener que tomar
medidas.
Está demostrado, subraya,
“que el Gobierno que comete el error de llevar la economía a un proceso
hiperinflacionario sale” por sus propias políticas. “Entonces tiene que
sentarse con los sectores productivos, con los gremios”.
—Puede decir que lo está
haciendo. Está reunido con alguna gente
—Lo tiene que hacer de
verdad, no de mentira. Acaban de presentar el presupuesto. Nosotros saludamos
que la inversión social sea de 75 %, o es lo que dicen. Pero no queda claro
quiénes ejecutan el presupuesto social.
—¿La AN no conoce el
presupuesto?
—No, pero ¿qué veo yo como
persona de izquierda? Aprueban 14 % para la economía productiva y 25 % para la
importación de alimentos. Entonces no hemos entendido que el problema es la
producción.
—¿Qué plantearía, como
parlamentario, ante el presupuesto?
—La Constitución dice
claramente que lo debes llevar a la AN. Lo segundo: los presupuestos se hacen
con base en conversaciones con sectores productivos, con los gremios, pero
sinceramente.
“Cualquier venezolano, por
más opositor que sea, lo que quiere es que salgamos de la crisis”, asegura.
—Pero, ¿con qué Gobierno?
—Todo indica que para salir
de la crisis debe haber un vía para salir de este Gobierno que no ha sido capaz
de mostrar confianza para desarrollar el país.
Foto 7
Llegar al perdón
—¿Eso implicaría una
transición?
—Creo que nosotros vamos a
un proceso de transición, porque después de 20 años de este modelo de gobierno
aquí tiene que haber una transición de paz. La gente piensa que el liderazgo
opositor tiene la fuerza para negociar una transición con el Gobierno, y eso no
es así. Hay un sector que pareciera que le tiene miedo a la gente. Tenemos que
ir a un proceso de reconciliación de sociedad, que yo no ofenda a nadie, como
cuando está una gente oficialista en una mesa y los insultan y los humillan.
Nosotros debemos trascender esas cosas y perdonar para ver una luz que permita
destrancar este juego terrible.
—¿Qué implica el perdón?
—Yo soy altamente cristiano,
y Cristo perdonó. Ahora, creo que nosotros tenemos que ir a un proceso de
perdón, y el perdón pasa por asumir las responsabilidades. Las responsabilidades
que ameriten algún tipo de sanción, buscar viabilidad para esa sanción. Pero
debe haber un proceso de reencuentro. Todos los procesos de transición han
tenido leyes, amnistías. Nosotros tenemos que horrorizarnos ante eso.
—¿Qué necesitaríamos? ¿Una
amnistía general?
—Tal vez lo que haya que
hacer para que este país cambie y nosotros podamos darles bienestar en un
futuro a todos estos jóvenes que se están yendo y a los niños, nosotros tenemos
que hacerlo.
—¿Ve eso en lo inmediato?
—Si no es pronto, es en
algún momento. Creo que es pronto porque cada día que pasa la calidad de vida
del venezolano se va degenerando. Te das cuenta del desgaste que tiene nuestra
gente.
27-10-18
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