Iván Freites 13 de diciembre de 2018
@ivanrfreites
Desde
la década de los años 80, Venezuela sufre una crisis política e institucional,
lo que ha afectado de manera directa a los partidos políticos, a las
instituciones y a todos los sectores sociales incluido el sindicalismo. No
obstante, esta crisis trajo como consecuencia la instauración de un gobierno
totalitario y contrario a las políticas sindicales y a los logros de los trabajadores
en el país.
En
1999 se redacta una nueva Constitución Nacional y dentro de esa normativa se
violenta la libertad sindical. Es decir, se impone que las elecciones
sindicales tienen que ser realizadas por el Consejo Nacional Electoral, e
inmediatamente se obligó a estar organizaciones incluyendo a la Confederación
de Trabajadores de Venezuela (CTV), a realizar elecciones y allí se suspenden a
todos los directivos de las organizaciones sindicales, y no sólo fue un hecho inédito
en el mundo, sino que dejó descabezada en su totalidad al movimiento sindical
en Venezuela.
En el
año 2000 hubo un referéndum y se obligó a la CTV y a las organizaciones
sindicales a realizar elecciones y el gobierno es derrotado por Carlos Ortega.
Sin embargo, no las reconoce y comienza en ese momento la destrucción del
movimiento sindical en Venezuela. A raiz de esto, muchos dirigentes sindicales
fueron perseguidos, encarcelados, expatriados y en ese momento ocurre lo que en
Venezuela llamamos la cubanización de los sindicatos y surge una figura en el
movimiento sindical ubicadas por el gobierno en sectores estratégicos.
Con
esta serie de desmanes y abusos, ya para el año 2005 el movimiento sindical
petrolero que era el más importante del país, que tenía figuras importantes
comienza a disminuirse, y lo pero es que el gobierno comenzó a incidir en las
decisiones de los trabajadores, y a través de esta injerencia se destruye más
las pocas organizaciones sindicales que todavía mantenían algo de independencia
de los gobiernos y de los patronos en Venezuela.
En el
año 2009 el gobierno de manera descarada impone una directiva de la Federación
Petrolera y a partir de ese momento se pierden todas las federaciones
petroleras que desde el año 1947 existían en Venezuela (Fedepetrol,
Fetrahidrocarburos), desaparecen del mapa sindical del país y se impone una
estructura totalmente dominada por el gobierno. Posteriormente, en el 2011 el
Ejecutivo dispone una central bolivariana socialista de trabajadores y todo esto
conlleva a que el movimiento sindical venezolana caiga en ser un apéndice de la
tiranía imperante en nuestro país.
En ese
momento comienza la desmejora de todas las contrataciones colectivas, y en el
año 2012 se hace una nueva Ley del Trabajo, la cual no fue aprobada por la
Asamblea Nacional, tal como lo establece la Constitución, ni discutida con
todos los sectores del país, sino que Hugo Chávez hizo esa normativa de acuerdo
a sus ideales e intereses partidistas y se impone un nuevo estamento en las relaciones
laborales de Venezuela.
A
partir del 2012 empieza de manera brutal la eliminación de la libertad
sindical, la eliminación de las elecciones de todos los sindicatos del país, la
eliminación de las contrataciones colectivas, de los derechos laborales y
llegamos a un momento entre el año 2013 y 2018, en el cual el movimiento
sindical venezolano está en un laberinto y no haya para donde agarrar.
Todas
las irregularidades antes narradas desde la década de los años 80 hasta hoy, ha
hecho que el movimiento sindical venezolano sea ineficiente, sin originalidad,
sin conocimiento del juego importante y trascendental que puede jugar el
movimiento sindical en momentos de tiranías y gobiernos autoritarios.
Hoy
como dirigente sindical es mi deber decir que estamos frente a un movimiento
sindical zombi, que desdice de su propia esencia natural que es la defensa de
los derechos de los trabajadores, de la democracia, de la libertad, de la vida,
de la familia y del país.
Pues
bien, hoy vemos a un movimiento sindical donde algunos de sus dirigentes se
mantienen gracias a los apoyo que les hace la tiranía, esa dirigencia sindical
ya anciana no sólo en edad sino en criterios, no ha asumido la posición que
debe tener frente a una tiranía, a una invasión, a una arremetida que hay
contra los trabajadores en Venezuela, y que ha causado que no tengamos salarios
dignos y que vivamos en la miseria.
Hoy
los trabajadores no están en capacidad de comprarles un juguete a sus hijos, no
están en capacidad de comprar un estreno a sus hijos, de hacer una hallaca en
su casa. Es acabar con la esencia de la conquista política más importante de
los trabajadores, como son sus sindicatos, donde a través de estatutos y de
tormentas de ideas, esas organizaciones se movilizan para lograr sus
conquistas, pero lamentablemente hoy existe una dirigencia sindical que se ha
puesto del lado de la tiranía y de los invasores.
Hace
dos días se demostró que en Venezuela la invasión no es solo de figuras
policiales o de inteligencia, sino que es presencia de bombarderos como los
rusos, y en este momento el movimiento
sindical y esa dirigencia siguen pensando que hay que tratar al gobierno
por las vías pacíficas, y que el gobierno salga por vía electoral.
Señores
esta invasión no sólo debe ser tratada por la dirigencia política, sino por el
movimiento sindical venezolano, por eso requerimos de un movimiento sindical
con principios democráticos, con lealtad hacía la patria, con conocimiento de
lo que es la soberanía nacional. Ese movimiento sindical tiene que actuar de la
mano del pueblo y tomar las acciones
correspondientes. No podemos seguir con un movimiento sindical que desprestigie
las conquistas de los trabajadores del mundo, como son las huelgas y los
sindicatos, tenemos que lograr que este movimiento recupere la ética, los
principios, los valores y la defensa del movimiento sindical universal.
Es
importante decirles a los trabajadores venezolanos que estamos en una lucha no
solo por el rescate de los salarios y de su calidad de vida, sino que estamos
en una lucha por la independencia de Venezuela, porque nuestro país sea libre y
que reine la democracia. Estamos convencidos que más temprano que tarde este
movimiento sindical va a salir de este marasmo en que lo han sometido, en estas
profundidades en las que ha caído, y vamos a recuperar su independencia, su
autonomía, y sobretodo sus movilizaciones y estrategias de lucha, Hoy Venezuela
reclama un movimiento sindical comprometido con los trabajadores, con las
familias, con las instituciones y con la democracia.
Iván
Freites
Secretario
General del Sindicato
De
Trabajadores Petroleros del estado Falcón
@ivanrfreites
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