Ministro de Relaciones Exteriores chileno Roberto Ampuero |
ANTONIO MARIA DELGADO 07 de diciembre de 2018
El
régimen de Nicolás Maduro, que por meses ha estado perdiendo terreno en el
campo diplomático, se verá obligado a soportar aún mayores presiones
internacionales a partir de enero, mes en que el gobernante pretende asumir un
cuestionado nuevo período presidencial.
Y es
que la juramentación del 10 de enero comienza a emerger como un hito en la
aguda crisis venezolana, en momentos en que gran parte de América Latina se
prepara para desconocer un segundo período presidencial de Maduro.
“Tengo
la impresión de que va a aumentar la presión de países con claras demandas de
tipo democráticas. (…) Tengo la impresión, también de que en Europa va a seguir
aumentando esta percepción y esto debe ir acompañado de otras medidas”, dijo el
ministro de Relaciones Exteriores chileno Roberto Ampuero en una entrevista con
el Nuevo Herald.
“Hay
países que están pensando romper las relaciones con Venezuela”, mientras que
otros están pensando suspender visas “de los familiares de la cúspide para que
no se desplacen alegremente por el mundo mientras los venezolanos sufren una de
las peores tragedias” registradas en la región, agregó el diplomático.
Al
final, los países con vocación democrática comenzarán a reaccionar ante la
necesidad de adecuar “las estrategias de condena y de presión sobre el régimen
de Venezuela, según las circunstancias que se vayan dando” dijo Ampuero.
Pero
el proceso de incrementar la presión sobre el régimen debe al mismo tiempo ser
respetuoso de la diversidad de medidas que serán tomadas.
“No
hay una receta única. Cada país debe saber cómo expresa su crítica frente al
régimen de Venezuela y los efectos sobre la región”, añadió.
Muchos
de los países latinoamericanos que conforman el denominado Grupo de Lima han
llegado a la conclusión de que en Venezuela rige una dictadura que no respeta
los derechos humanos.
Pero
el 10 de enero comienza a ser visto como la gota que desbordó el vaso, luego de
que gran parte de la comunidad internacional cuestionara los irregulares
comicios en los que el chavista Consejo Nacional Electoral declaró a Maduro
como ganador para un nuevo período presidencial de seis años.
Múltiples
razones llevaron a la comunidad internacional a concluir que ese proceso fue
una farsa, incrementando el repudio hacia el régimen.
El
malestar mundial sobre los eventos en Venezuela fue evidente a lo largo del
2018, manifestándose en las sanciones aplicadas este año por Europa, Estados
Unidos y la Canadá contra integrantes del régimen por el sostenido
desmantelamiento del sistema democrático, escandalosas prácticas de corrupción,
y las cada vez más frecuentes violaciones a los derechos humanos.
La
crisis venezolana también comienza a convertirse en una crisis regional en la
medida que millones de habitantes del país petrolero comienzan a trasladarse a
los países vecinos para escapar la violencia y las condiciones de hambruna que
enfrentan.
“Esta
es la migración más grande que ha tenido en América Latina; esto es una cosa
gravísima”, dijo el canciller.
A
Chile ya han llegado 200,000 venezolanos, mientras que Perú tiene 600,000,
Ecuador otros 400,000 y Colombia está en vías de llegar a los dos millones de
ellos.
Aún
cuando el repudio internacional al régimen ha sido un proceso que ha estado
presente a lo largo de este año, la nueva juramentación de Maduro está cobrando
un alto grado de simbolismo, consideró el ex embajador de Venezuela ante las
Naciones Unidas, Diego Arria.
“La
fecha del 10 de enero está despertando a muchos grupos, no solo en Venezuela,
sino sobre todo a fuera, llevando a muchos a preguntarse: ¿bueno, qué hacemos
ahora?”, comentó el diplomático venezolano, quien también fue Presidente del
Consejo de Seguridad de la ONU.
Para
muchos, Maduro ya encabeza un gobierno ilegítimo desde hace ya bastante tiempo,
pero el número de detractores aumentará aún más a partir de enero, dado al
cuestionamiento sobre el resultado de la elección, explicó.
El
planteamiento deja abierta la pregunta sobre qué es lo que va a hacer la
oposición ante la vacante que dejaría un generalizado desconocimiento
internacional al régimen de Maduro.
“¿Va
la Asamblea Nacional [controlada por la oposición] a nombrar a un gobierno de
transición para ocupar esa vacante?”, preguntó Arria.
“Esto
debería llevar a la conformación de un gobierno de salvación nacional en el
exilio, porque alguien tiene que llenar ese vacío”, enfatizó.
Tomado
de: https://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article222567160.html
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