Américo Martín 13 de febrero de 2019
“To
keep abreast of the times”, es una frase que cómodamente vertida al español
significa “mantenerse acorde con los tiempos”. Dicho sea para explicar por qué
recuerdo el doble rostro de Jano, el antiguo dios romano, cuando se me consulta
por la experiencia que haya adquirido. De la historia puede decirse, como de la
vida, que nunca se repite. Lo que sí lo hace son ciertas fundamentales
analogías que vale la pena incorporar al bagaje reflexivo de la política de
cambio democrático, más si se trata de hechos acaecidos con frecuencia o en los
cuales se haya participado personal e intensamente. Por ejemplo: “la unidad en
la diversidad” asoma el rostro en las victorias y la división asoma el suyo en
las derrotas. Evo y Ortega deben su permanencia a una oposición que no sabe
sumar o multiplicar y sí, y mucho, restar y dividir
Darse
dos veces con la misma piedra acarrea graves daños a quienes disfrutan
repitiendo sus errores por no aceptar que los sean. Equivocados los demás,
nunca ellos. Juegan con la reputación ajena sin pasar de fantasmales denuncias.
Sé que el burro en eso nunca se equivoca al punto que los conuqueros lo tienen
como el animal más inteligente en tanto que el más bruto, el hombre. Las
lecciones proporcionadas por la experiencia pueden ser sumamente útiles,
incluso decisivas para coronar el triunfo, si se saben actualizar. La fórmula
ideal, pues, es “keep abreast of de time” para poner al día la imprescindible,
la vital experiencia.
De la
dirección opositora lanzada a culminar el plan de acción, subrayo su propensión
a aceptar consejos con espíritu creativo. Han clarificado dónde está la
dirección política, en qué consiste la estrategia del cese de la usurpación,
gobierno de transición y elecciones libres de veras. Elaboraron acertadamente
el programa de la transición y la AN suplirá cargos decisivos, incluido el
nuevo CNE. Ese actuar sin tardanza recuerda al premier Nerhu, sucesor de
Gandhi, aquel ilustre abogado egresado de Oxford, amante del modelo democrático
inglés.
Los
logros de la Asamblea Nacional, los partidos y sobre todo el presidente Juan
Guaidó asombran por su vastedad y profundidad. La memorable frase de Nerhu ha
sido desbordada. El proceso venezolano va “con prisa, sin pausa ni ligerezas
maximalistas”. Nunca en Latinoamérica habíase reunido un respaldo mundial tan
grande y militante
¿Cómo
regatearles méritos? Es impresionante lo que tienen en la mano sin estridencia
extremista, sin desmeritar a ningún otro luchador del cambio democrático. Todos
saben cuáles son los pasos que se darán para poner fin a la usurpación y
entregar el destino al sufragio soberano en libérrimos comicios. La AN trabaja
en tableros múltiples: darle cuerpo a la asunción por el gobierno de Guaidó de
embajadas, empresas y negocios del Estado, recuperar fortunas mal habidas,
conducir la política petrolera y salvar y activar Citgo.
Sigue
el reto de los retos: la ayuda humanitaria. Juiciosamente el MAS declaró que
sería un error de Maduro bloquearla. Recibirá el doble reproche de causar el
hambre e impedir el paso de bienes para paliarlo. Derrotado o no el inhumano
impedimento, la popularidad de Guaidó y la AN, se proyectará hacia el Cosmos.
Quizá estallen contradicciones en la anatomía administrativa y militar
facilitando al gobierno provisorio su histórica tarea Si se cumplieran las
amenazas de voceros del poder, pueden presentarse situaciones indeseadas. Si
así ocurriera no tenemos que cubrirlas de loas.
¡Hombre,
que el burro nos salve de la humana des-inteligencia!
Américo
Martín
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