VÍCTOR SALMERÓN sábado 24 de mayo de 2014
El diputado Ricardo Sanguino señaló
que la averiguación realizada por la comisión que investiga el uso de las
divisas en el lapso 2011-2013, determinó que Cadivi aprobó 20 mil millones de
dólares para importaciones que nunca ingresaron al país.
"La diferencia entre las
liquidaciones y lo que ingresó se calcula en cerca de la cifra ya anunciada,
por los 20 millardos de dólares", dijo Ricardo sanguino.
La cifra es de una magnitud colosal.
Basta con observar que representa 95% de las reservas internacionales que de
acuerdo al Banco Central de Venezuela se ubican en 21 mil 091 millones de
dólares al cierre del 22 de mayo y supera por mucho al atraso que tiene el
Gobierno en el desembolso de dólares a empresas del sector privado que por
falta de materia prima recortan la producción.-
El economista José Guerra explica que
el atraso en las liquidaciones de divisas al sector privado es la manera como
el Gobierno evita un brutal descenso de las reservas internacionales.
Las distintas cámaras que agrupan al
sector privado indican que el atraso en los desembolsos de dólares a las
aerolíneas, medicamentos, alimentos, automotrices e industria química, entre
otros, suman 14 mil millones de dólares, es decir, lo malversado en Cadivi
supera en 43% a esta cifra.
Si bien la economía venezolana sufre
una serie de desequilibrios que propician que exista un déficit de dólares, de
no haberse producido la malversación en Cadivi la situación de las finanzas
públicas y de la población, que padece una creciente escasez de productos
básicos, sería menos adversa.
Vuelta
a Recadi
No es la primera vez que Venezuela
sufre una sangría de divisas en medio de un control de cambio.
Entre 1983 y 1988 el expresidente
Jaime Lusinchi mantuvo en funcionamiento a la oficina del Régimen de Cambios
Diferenciales (Recadi) donde, de acuerdo con una investigación realizada por el
economista José Luis Cordeiro, se malversaron 15 mil millones de dólares.
La historia demuestra que impedir la
libre compra de dólares para enfrentar una veloz salida de capitales como las
vividas en 2003 y 1983 creando un organismo que decide quién puede comprar
divisas debe ser una medida de corta duración, de lo contrario, afloran los
desequilibrios inherentes al control.
El dólar comienza a cotizarse a
elevados precios en un mercado paralelo que cubre la demanda insatisfecha. De
esta forma, los dólares entregados por Recadi, durante la administración de
Jaime Lusinchi o Cadivi, durante la administración de Hugo Chávez y Nicolás
Maduro, se tornan muy demandados.
Así aparece el hábitat ideal para la
corrupción. Empresas de maletín que con la complicidad de funcionarios públicos
reciben dólares para importaciones ficticias o compañías que inflan el precio
de lo que compran en el exterior para recibir divisas que luego son revendidas
en el mercado paralelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico