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jueves, 22 de mayo de 2014

Tiemblan con la verdad

MARÍA DENISSE FANIANOS DE CAPRILES miércoles 21 de mayo de 2014


Hay una escena en la película de la Pasión de Cristo donde uno ve particularmente nervioso al procurador romano Poncio Pilatos. En el momento en que le toca decidir si va o no a crucificar a Cristo, él como asustado, le pregunta: "¿Qué es la verdad?". Pero Cristo no le contestó.

Yo pienso que no lo hizo porque Pilatos sí sabía lo que era la verdad. Pero como en el fondo ese funcionario público lo que buscaba era mantener su cuota de poder, a costa de lo que fuera, Cristo no le siguió el jueguito y no le respondió.

Pilatos sí sabía lo que era la verdad y por eso estaba tan asustado. En esa escena vemos a un Pilatos dudoso, nervioso, ¡con miedo! porque aunque se lavara las manos delante de todo el mundo, él sabía que estaba cometiendo una injusticia muy grande. Una injusticia que seguramente no le permitió más nunca volver a dormir en paz.

Pues así es la vida de la gente que actúa injustamente. Así es la vida de los corruptos. Así es la vida de quienes se creen todo poderosos en esta tierra pero muy en el fondo de su alma (aunque nadie los vea) tiemblan con la verdad y no pueden vivir ¡ni dormir! en paz.

Eso lo estamos viendo actualmente en nuestro país. Vemos cómo aquéllos que cometen injusticias en primera persona, aquéllos que se han corrompido u otros que son cómplices y guardan silencio ante cosas que saben que no están nada bien, se muestran nerviosos, alterados... Transmiten una falta de paz total. A muchos de ellos les ha cambiado hasta la cara ¡es impresionante!

Si hoy alguno se pregunta como se preguntó Pilatos ¿y qué es la verdad? yo les puedo decir que desde que el mundo es mundo esa palabra siempre ha estado asociada al bien, a la autenticidad, a la coherencia, a la honestidad, a la sinceridad, a la justicia, a la integridad, a la transparencia, al buen ejemplo, a ser un  hombre o una mujer de una sola pieza.

Y lo contrario a la verdad siempre ha estado asociado a la mentira, a la hipocresía, a la doblez, al engaño, a la duplicidad de vida, a la injusticia, al ocultamiento; y en esta época de la historia podríamos hablar de lo peor de lo peor que engloba todo esto: a la corrupción. Es bueno leer todas las cosas que el Papa Francisco ha dicho sobre los corruptos y sobre la vida que estos llevan. A mí particularmente me ha hecho ver muchas cosas que antes yo no veía.

Cuando comenzó la mesa del diálogo el Papa Francisco mandó una carta donde señalaba que "el diálogo debe estar basado en la verdad" porque de nada sirve un diálogo hipócrita que trate de calmar los ánimos, que no resuelva los problemas;  y que se haga sólo para  mantener una falsa paz para seguir en el poder por siempre cometiendo los más graves actos de injusticia y corrupción.

Pero lo más increíble del miedo a la verdad es que ante el terror de ser descubiertos y pagar su culpa, los corruptos empiezan a calumniar y a perseguir a mucha gente que sí es íntegra, honesta, con valores, gente ejemplar, de una sola pieza. Gracias a Dios aquí hay bastantes con esas características. Y por eso hay tanto miedo en el poder, porque saben que no están luchando con gente con rabo de paja ¡No! Están luchando con una generación distinta, con una generación que se ha estado formando mucho y que tiene muchos valores que además los viven, los practican. Personas formadas, con valores de vida, que están trabajando por lograr libertad, justicia y paz para todos en el país que nacieron. Esa es la generación que salvará a este país de tanta corrupción.

A ellos sí les tienen mucho miedo y con ellos sí tiemblan (aunque no los veamos). Porque ellos están con la verdad y con el bien. Porque los corruptos saben que tarde o temprano la verdad saldrá a relucir, se aplicará la justicia y el bien triunfará. Y hagan lo que hagan, injurien a quien injurien, metan preso a quien metan preso, maten a quien maten... no van a poder detener las ansias de querer salvar a nuestra patria.

Porque como dijo Laureano Márquez en la carta que le escribió al Papa la semana pasada: "esos muchachos, Santo Padre, que llenan hoy nuestras cárceles, como los primeros cristianos en su tiempo... no habrá Imperio Romano que pueda detenerlos".

Pareciera que llegó el tiempo de los mártires a Venezuela. Yo sólo les digo una cosa: mientras más injusticias se sigan cometiendo con gente honesta; y mientras más sangre de gente que defiende la verdad se siga derramando en nuestra patria, la justicia y la paz llegarán más rápido de lo que pensamos.

Y recuerden algo: ¡No tenemos miedo porque Dios está con nosotros y a nada ni a nadie vamos a temer!

Que Dios y la Santísima Virgen de Coromoto bendigan y protejan a todos los venezolanos que están sufriendo, y que puedan sufrir, las injusticias y la maldad de la podrida corrupción que ha destruido a nuestra amada nación.

Tomado de:
http://www.eluniversal.com/opinion/140521/tiemblan-con-la-verdad

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