ISABEL MUNERA 26 de mayo de 2014
Entrevista a Luis Galarreta,
congresista peruano
No dudó en acompañar a Caracas a la
opositora venezolana María
Corina Machado, cuando ésta se encontraba en grave riesgo de ser detenida
acusada de "traición a la patria". Y, ahora, el congresista peruano
del PPC Luis Galarreta pretende
que la grave situación social y política en la que se encuentra sumida
Venezuela no caiga en el olvido. En una entrevista con EL MUNDO, durante su
reciente visita a Madrid, el diputado critica a aquellos que con el
"pretexto de la no intromisión" miran hacia otro lado ante las graves
violaciones de los derechos humanos que se están produciendo en el país
latinoamericano, según han denunciado organizaciones comoAmnistía
Internacional, Human
Rights Watch y Provea. "Voy
a seguir dando batalla para que lo que pasa en Venezuela jamás se extienda a
Perú, y espero que Venezuela y otros países de la región retornen al eje
democrático".
Amnistía
Internacional, HRW y la ONG venezolana Provea han denunciado la grave violación
de los derechos humanos en Venezuela. Sin embargo, no se han producido condenas
contundentes de organizaciones regionales. ¿Por qué?
Porque se han convertido en organismos
de fachada y han sido tomados por los socios del fallecido Hugo Chávez, hoy
también socios del (presidente venezolano Nicolás) Maduro. Son gobiernos
franquicia de Venezuela, hacen mayoría y defienden a su matriz. Lamentablemente
en la región se ha aplicado un patrón marcado desde Cuba y financiado por el
petróleo venezolano. Se trata de gobiernos que asumen el poder con propuestas
populistas o asistencialistas, en algunos casos reemplazando a gobiernos
corruptos o ineficientes, y que luego con mayoría en el Congreso modifican las
reglas electorales; cambian la Constitución permitiendo reelecciones presidenciales;
toman el control de las instituciones electorales y jurisdiccionales y censuran
o compran medios de comunicación, entre otras acciones, con el objetivo de
mantenerse en el poder indefinidamente. Estos gobiernos han tomado el control
de los organismos regionales como la OEA (Organización de Estados Americanos) o
han credo su propia organización de fachada como es Unasur
¿Confía
en que la Fiscalía venezolana investigue, como ha dicho, las violaciones de
derechos humanos o simplemente es una manera de limpiar su imagen de cara a la
opinión pública internacional?
No tengo ninguna confianza. Muchos
jóvenes han sido violentados en su intimidad, vejados, golpeados desde mucho
antes de las protestas de marzo, incluso cuando estaba Chávez y jamás ha pasado
nada. Militares que pretendían oponerse al régimen han sido apresados y luego
se han 'suicidado' sin que se produjera una investigación. A Maduro no le
interesa la opinión pública internacional, y lo que es peor: Maduro y su
entorno (muchos se han enriquecido, detestan a Estados Unidos, pero tienen
grandes casas en Miami y en otros estados) no tienen ninguna presión
internacional. Tienen los votos en la OEA y Unasur, y los organismos de rango
global siguen mirando al cielo. Las investigaciones son por mero trámite y ya
ha pasado antes.
Algunos
países argumentan que se trata de un cuestión que deben resolver los
venezolanos y que otros estados no deben entrometerse en asuntos nacionales.
Los principios de libertad, derechos
humanos y democracia no tienen frontera. Usar como pretexto la no intromisión
es no tener la valentía como demócratas de decir las cosas por su nombre y
hacer lo que corresponde. Yo como miembro de un partido democrático en Perú (el
PPC) seguiré denunciando lo que ocurre en Venezuela para que jamás se extienda
a Perú y para conseguir que los otros países de la región retornen al eje
democrático. Por eso, le pido también a España y por extensión a Europa que no
caigan en la indiferencia. A veces, los enemigos de la libertad suelen ser más
activistas de quienes decimos amarla.
¿Cómo
puede influir lo que está ocurriendo en Venezuela en otros países del entorno?
Lo que ocurre en Venezuela es algo
inaceptable en un mundo libre. Inaceptable para los que creemos en la
democracia y en el respeto a los derechos individuales. No es un tema
ideológico, de derechas o izquierdas. Es un régimen que detiene y dispara
contra sus universitarios, encarcela a líderes opositores de cualquier
tendencia política y quita su fuero sin ningún debido proceso a parlamentarios
o alcaldes. Además, tienen el control de los medios de comunicación y las
instituciones que juzgan a sus adversarios. Todo esto ocurre con un silencio
cómplice o cobarde de la mayoría de los gobiernos de la región. Por eso, el
desenlace en Venezuela será fundamental para toda la región, pues primero el
Gobierno de Chávez y luego el de Maduro se han dedicado a financiar campañas
políticas y han sostenido económicamente a Cuba, Argentina, Bolivia, Ecuador,
al Paraguay de Lugo y otros países de Centroamérica. En función de lo que
suceda en Venezuela, en otros países se podrá recuperar también la senda de la
libertad y de la democracia y, ese modelo de dictadura moderna dejará de ser
también tentador para otros estados como Perú que, felizmente hasta ahora, se
ha librado de ello.
¿Considera
a Venezuela y a Cuba dictaduras?
En el mundo moderno, las dictaduras
como Venezuela o Cuba ya no requieren de botas ni tanques necesariamente,
aunque en Venezuela finalmente sí se han visto las botas. Los enemigos de la
libertad se han perfeccionado, hoy usan herramientas de la propia democracia
para 'legitimar' sus actos de violación a la misma. Hoy, las dictaduras
designan a un jefe del órgano electoral y convocan a elecciones y luego cuando
se denuncia fraude, ese jefe dice: "Mi comandante presidente, le informo
de que se ha descartado cualquier fraude". Entonces, el comandante informa
al organismo regional de que el ente electoral 'autónomo' ya falló. Esa
vergüenza es una dictadura, igual o peor que la cubana, pues con los fondos del
petróleo ha creado sus gobiernos franquicia en la región.
Usted
acompañó a la opositora venezolana María Corina Machado a su regreso a
Venezuela, después de haber sido despojada de su escaño en la Asamblea. ¿Cómo
fue ese momento?
Fue una decisión rápida con otros dos
colegas peruanos para evitar que María Corina fuese detenida en el aeropuerto
de Caracas. Nos subimos al avión con ella y dispuestos a enfrentar lo que
fuese. Pero siento que recibí mucho más de lo que pude dar con mi presencia. Vi
un pueblo valiente, muy valiente, que ama su país, como yo amo a Perú, y que
está dispuesto a sacrificar lo que sea por recuperar la libertad. Aunque
agentes del Gobierno, algunos cubanos, nos seguían en motos, más fuerte era el
pueblo de todas las tendencias, razas, clase económica que gritaba ¡Libertad!
Ponerme en contacto con el pueblo venezolano fue impresionante, te agradecían,
te tocaban, abrazaban, pero lo más fuerte fue cuando te pedían que por favor no
les dejáramos solos. Vi a líderes acompañando a su pueblo: María Corina; el
alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y la esposa de Leopoldo Lopez. Vi una
unidad entre la oposición y espero que se mantenga.
¿Cuál
a su juicio debe ser el camino para resolver la crisis en Venezuela?
No pretendo, ni puedo, intervenir en
la decisión que los venezolanos tienen que tomar, pero está claro que no existe
ninguna garantía de imparcialidad en sus instituciones encargadas de encontrar
una salida. Además, los órganos regionales han sido capturados por la avanzada
castro-chavista y creo que imprescindible la participación de los organismos
internacionales como la ONU. El mundo desarrollado no puede seguir haciendo
como que en nuestra región no pasa nada, pues pronto se acostumbrarán a la
situación, así como hoy la dictadura cubana es algo casi normal para muchas
naciones. Estos gobiernos franquicias en la región, que han tomado por asalto
sus instituciones y han cambiado las reglas de juego para permanecer
indefinidamente en el poder, serán vistos como gobiernos democráticos, y la
diplomacia internacional se convertirá en cómplice de esa gesta.
¿Ya
lo están siendo?
La mayoría de los gobiernos que
guardan silencio es porque son sus socios, sus franquicias, le deben favores al
dictador anterior. Maletas con billetes que iban, por ejemplo, desde Caracas a
Buenos Aires. Convendría ver cómo estos gobiernos han empobrecido a sus países,
con indicadores reales: altos niveles de inflación o desnutrición. Y, por otro
lado, ver cómo se ha multiplicado el patrimonio de dichos gobernantes y sus
entornos cercanos. Otros mantienen silencio por timoratos y mediocres, pues no
entienden que están en el lado equivocado de la historia y prefieren llevar la
fiesta en paz.
¿Maduro
está haciendo bueno a su antecesor?
Es difícil hacer bueno a Chávez con la
cantidad de muertos y desaparecidos mientras fue presidente. Lo que pasa es que
Maduro tiene demasiadas limitaciones de toda índole, que el anterior dictador
Chávez no las tenía o eran menores. Hay mucha diferencia entre ambos
dictadores, no sé si por esas debilidades los Castros lo eligieron para
reemplazar a Chávez y tener un mayor manejo desde la isla.
Le
he escuchado decir que el socialismo del siglo XXI no tiene nada de socialista.
¿En qué sentido?
Actualmente, se han generado
prácticamente dos ejes principales en la región: la alianza del Pacífico y los
chavistas (que en el fondo son castristas). Este último régimen no tiene como
fondo el socialismo, sino un sistema de asistencialismo burdo que busca
perpetuar en el poder a sus gobernantes. Las características de las políticas
públicas en estos gobiernos no tienen a la persona humana como prioridad,
buscan mantener votos cautivos y, sobre todo, copar y manipular instituciones,
a cualquier precio, incluso disparando a población civil. Éste es un modelo que
cualquier socialista seguro repudiaría.
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