ALFREDO MEZA Caracas 20 MAY 2014
La MUD exige al Ejecutivo que
"respete la Constitución"
Los oficialistas acusan a los
opositores de pedir "impunidad"
“El juego está trancado” es una
expresión coloquial venezolana que ilustra cuán complicado resulta un acuerdo
entre dos partes en conflicto. Ese dicho es el que mejor le va a las
dificultades que experimentan el Gobierno y la oposición para reiniciar el
diálogo que desactive la crisis política que se vive en Venezuela desde
comienzos de febrero. Las parcas declaraciones del secretario ejecutivo de la
opositora Mesa de la Unidad (MUD), Ramón Guillermo Aveledo, ofrecidas a la
salida de una reunión en la sede de la Nunciatura Apostólica en Caracas al
mediodía de este lunes, son quizá la mejor prueba de esos problemas. “Los
terceros de buena fe”, en alusión al embajador del Vaticano en Caracas Aldo
Giordano y los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador, “siguen haciendo
esfuerzos para que haya condiciones y el diálogo se reinicie. Por ahora no hay
mucho más que informar”.
Aveledo evadió las preguntas de los
periodistas y dijo poco más: que agradecían el gesto de los mediadores de
rescatar el proceso y estaban pendientes de que les convocaran a una nueva
reunión con los mediadores, quienes tenían previsto reunirse en el transcurso
del día con el Gobierno para trasladarle el planteamiento de la oposición.
Ninguno de los asistentes por la delegación opositora quiso comentar de qué se
trataba esa propuesta para que la filtración no provocara, según dijo uno de
ellos a este diario, la molestia del Gobierno y la dilación de los procesos.
Luce muy complicado que se produzca un
acuerdo en las próximas horas, a juzgar por las posiciones irreductibles que
mantienen las partes. El domingo, la oposición se reunió por primera vez con
los mediadores y comunicó a sus interlocutores tres condiciones para volver a
la mesa. Uno, la liberación del comisario Iván Simonovis, calificado como un
preso político, cuya salud se ha deteriorado tras casi una década en prisión,
así como el regreso de los exiliados; dos, que se convoque al movimiento
estudiantil opuesto al Gobierno al diálogo y que cese la represión en su
contra, porque, según estimaciones de las organizaciones defensoras de los
derechos humanos, las detenciones y los procesos judiciales se han incrementado
después del comienzo del proceso; y tres, que se instale una comisión de la
verdad plural en la que ambos sectores se sientan representados.
Según la lectura de la MUD, el
Gobierno no solo no ha honrado los compromisos asumidos hace un mes, sino que
los ha desconocido como consecuencia de las pugnas internas que mantienen. “La
liberación de Simonovis es una fantasía animada”, dijo el alcalde de Caracas,
Jorge Rodríguez, para zanjar cualquier esperanza de que el ex funcionario
policial reciba una medida humanitaria. Casi en paralelo, el poderoso número
dos del chavismo, Diosdado Cabello, decidió formar, con diputados del
gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), un grupo para
investigar los episodios de violencia política ocurridos en 2014.
Las partes tienen distintas visiones
sobre las conversaciones. Mientras que el Gobierno las concibe como un espacio
para intercambiar opiniones y debatir sobre los problemas del país sin que ello
implique concesión alguna al modelo político-económico legado por el fallecido
Hugo Chávez, la oposición no quiere que el acercamiento se quede en devaneos
retóricos. “Nosotros aceptamos dialogar, pero el diálogo no es una peña.
Queremos que se cumpla la Constitución en cada uno de los aspectos que hemos
planteado”, dijo Aveledo el domingo luego de la primera reunión.
El presidente Nicolás Maduro apenas ha
hecho alusiones generales a la decisión de la oposición y ha reiterado que no
abandonará de la mesa. A primera hora de la noche de este lunes estaba reunido
con gobernadores y alcaldes discutiendo un plan nacional para reducir la
criminalidad. En una discusión que mantuvo con el alcalde opositor del
municipio El Hatillo (sureste de Caracas), David Smolansky, miembro del partido
político Voluntad Popular, el jefe del Estado dejó muy claro que su gobierno no
cedería con facilidad a la petición de liberar a los alcaldes Daniel Ceballos y
Enzo Scarano, considerados también como presos políticos, tras las protestas
que ya entraron en su cuarto mes.
El partido gobernante sí formuló
algunas observaciones en la habitual conferencia de prensa de comienzos de
semana. “La oposición pide una cosa imposible: impunidad. No hay posibilidad de
perdón si no se arrepienten”, replicó la segunda vicepresidenta del PSUV Blanca
Eekhout reforzando así la posición oficial sobre el caso Simonovis. El
excomisario, que fue sentenciado a 30 años de prisión, no se considera culpable
de los delitos imputados.
El panorama sobre el futuro del
diálogo, que al mediodía lucía negro, pareció despejarse hacia el final de la
tarde cuando el ministro de Relaciones Exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño,
tuiteó: “Comisión de Cancilleres de Unasur y nuncio abrimos en Venezuela
puentes de comunicación otra vez. Avanzamos en varios puntos de la agenda”.
Hasta la noche de este lunes ninguna de las partes había confirmado la buena
nueva.
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