Por
Adriana Vigilanza, 13/05/2014
Por aquéllos días,en el
País de las Maravillas,salieron cientos de estudiantes a protestar por sus derechos: a la vida, a la
seguridad, a la alimentación, a la educación libre, al empleo, salario y salud
de calidad, etc. Al ver tanto alboroto y
tan justificada protesta, una vecina del
régimen que pasaba por ahí, de nombre DUM,
se le apareció al gobernante agresor de esos derechos y le dijo: “Oye tú. Vengo a dialogar
contigo”. El régimen la invitó a pasar. Se sentaron ambos en una mesa grandotota,
colocada por la servidumbre del régimen en una pequeña Plaza pública. Él
régimen abrió el diálogo. Después de una larga perorata, le cedió el turno a la
señora DUM, quien entonces le dijo al régimen dónde era que estaba fallando y
por qué los jóvenes protestaban. El régimen
la escuchó con magnánima paciencia, pero sin concederle razón a nada. La
señora concluyó, el régimen tambiény ella se marchó. Al día siguiente, la Sra
DUM se fue a la Plaza pública, desde donde se dirigió a los jóvenes que la
miraban atónitos, junto con el resto del pueblo y les dijo:“Le he dicho al
régimen que voy a seguir dialogando”. Los jóvenes se miraban extrañados y se preguntaban
¿y eso qué tiene que ver con nosotros y con
nuestra protesta? La señora DUMles respondió
“Lógico. Ustedes están protestando para que el régimen no viole más sus
derechos. Y yo lo conseguiré”. Los muchachos le dijeron: “Muy bien, si quiere,
inténtelo. Pero nosotros seguiremos protestando hasta que veamos el cambio”. Sin
embargo, en sus cabezas quedó merodeando una pregunta ¿por qué el régimen le
haría caso a la señora DUM? ¿Cuál extraordinario
don habría elladesarrollado, si se sabía que llevaba viviendo junto al régimen más de 14 años
y nunca antes había logrado que
cambiara?
Los días siguieron pasando.
La situación del País de las Maravillas continuaba empeorando, tanto, que en
menos de una semana asesinaron a uno de los más destacados Templarios que tenía
contratado el propio régimen y a otros dos de sus fieles sirvientes. La luz y
el agua se tornaron aún más escazas. Los viejos desvanecían bajo el inclemente
sol, esperando durante largas horas, en las colas que se formaban delante de
unos comederos donde el régimen distribuía los pocos alimentos que le permitía
comprar al pueblo, a precios justos. En su infinita paciencia y nobleza, el
pueblo lo agradecía, aun y cuando ya se había colado que uno de los oficiales de
la más alta jerarquía del régimen había sufrido un colapso de hipertensión,
porque de tanto comer jugosos churrascos y beber costoso whiskey, se le habían
tapado las arterias.
La gente murmuraba que a
la señoraDUMse la había visto entrar en los aposentos del régimen, para seguir
en su diálogo, pero mientras, a los jóvenes los seguía persiguiendo. Es más, el altísimo Tribunal (llamado así por estar
ubicado en lo alto de una colina),pronunció una sentencia donde le dijo al
pueblo de Maravilla que estaba bueno ya, que se prohibía la protesta y punto.
Pero los jóvenes continuaron
protestando, en forma pacífica, aunque indetenible. Ni el régimen, ni la señora
DUM, ni el Tribunal altísimo, conseguían calmar su justo reclamo. Y es que
ninguno de los tres los estaba escuchando. Por último, para protestar pero sin
molestar mucho al altísimo Tribunal, los jóvenes decidieron quedarse
tranquilos, acampando en las plazas y calles, en pequeñas tiendasque armaron
para poder protegerse de la intemperie. Había más compañerosprotestando en
diferentes formas, todas pacíficas. A esos, los seguían deteniendo, torturando
y asesinando. Y así, fue transcurriendo
el mes de abril hasta que, un buen día,
la SraDUM asomó la cabeza por la ventada de su casa para declararle a la
prensa: “El diálogo ha comenzado a dar frutos”. El pueblo Maravilla y los jóvenes
se preguntaban entre sí ¿y cuáles serán esos frutos?.¡Pero si hasta habían detenido ya también, salvajemente,
a los jóvenes que acampaban quietos en las plazas!
Fue así cuando un día,
un joven Príncipe de un reino norteño cercano, a quien llamaban “el Rubio” por
su dorada cabellera, se enteró de lo que venía pasando en el País de las Maravillas y de lo sufrían sus
moradores. Siendo él también joven y recordando las historias que sus padres le
contaban de cuando ellos habitaban en la Isla de las Maravillas, sintió pena
por el trato dantesco e injusto que
estaban recibiendo aquellos jóvenes héroesy decidió que iría a su rescate. Pero no podría llevárselosa todos al Reino
norteño, porque eran demasiados. Y tampoco ellos aceptarían dejar a su Patria y
a padres, atrás. Así que habló con dos o tres de sus colegas dignatarios del
Reino del Norte y le elevaron una propuesta a su Rey. Y es que el príncipe Rubio se había enterado
de que al régimen le encantaba su reino y se había hecho construir allí algunas
mansiones. También había colocado en sus Bancos mucho del oro que le sacaba al
País de las Maravillas. Entonces, pensó:
“Este es nuestro reino. No estamos de acuerdo con que se encarcele, torture y
asesine a jóvenes que quieren y tiene derecho a la protesta, porque ningún
Tribunal del planeta puede eliminar un derecho humano como ese. Si el Rey
lo aprueba, impediremos que los delegados del régimen vengan a disfrutar
de las mansiones y del oro que le robaron a los Maravillados (es decir, de los habitantes
del País de las Maravillas).
Llegó el día para
presentar la propuesta. El joven Príncipe Rubio subió a su corcel con ella bajo
el brazo, rumbo a La Colina, lugar donde sería debatida. Al llegar, vio que el
Rey había enviadoen su nombre a una señora muy seria, a quien todos llamaban
“la hija de Jacobo” y a la que el Rey tenía como alta consejera. El Príncipe
Rubio comenzó a exponer su idea y ahí, en pleno debate, la hija de Jacobo,
consejera del Rey del Norte, le dijo al
Príncipe Rubio en alta y audible voz, aunque algo avergonzada: “Hijo, no puedo
complacerte con tu petición, por ahora.
La señora DUM, que vino a vernos de parte de los Maravillados, me ha pedido que
aún no sancionemos al régimen”.
Fue entonces cuando los
Maravillados, pasaron a perplejos. ¿Cómo no haberlo pensado antes? Parecía
razonable que si la señora DUM no podía ofrecer parar las protestas, entonces
buscara algo más con que convencer al régimen, para que éste aceptara un cambio.
De inmediato vino a la memoria de los Maravillados aquélla carta que el régimen
mismo había enviado a un periódico del Reino del Norte, a principios de abril,
donde por un lado acusaba a aquél Rey de estar pagándole 5 millones de coronas
mensuales, a los jóvenes Maravilla, para
que lo desprestigiaran y por el otro le suplicaba a los pobladores de aquél
reino norteño que no le permitieran a su Rey, sancionarlo, quitándole las
mansiones y el oro mal habido. Claramente
pudieron visualizar cómo en aquella carta el régimen finalizaba diciendo: “ahora es el momento del diálogo y la
diplomacia”.
Como era de esperarse,
los maravillados volvieron su rostro a
la señora DUM. ¿Sería posible que hubiese actuado como emisaria del régimen
para gestionar su petición pública del 2 de abril? ¿Con cuál fin? ¿Qué le daba
a cambio el régimen? ¿Nada? ¿Algunas posiciones de poder para sus hijas
solteronas, muy viejas ya para buscar un marido que las mantenga?.Otros dijeron
que se trató de un propietario de un Banco, quién le hizo la petición al Rey.
Pero por tratarse de un Banquero
asesorado por la señora DUM, ¿no daría igual? La señora DUM salió de
inmediato al paso y negó que lo que
había dicho la hija de Jacobo, fuese cierto.
Entonces, ¿podría ser posible que
el Rey del Norte estuviere respondiendo a la súplica del propio régimen del País
de las Maravillas? ¿Con cuál fin? ¿Sería posible que para proteger la
credibilidad de ese Rey y su popularidad, la hija de Jacobo hubiese inventado
que había sido la señora DUM quien leformuló la solicitud de no sancionar al
régimen?
A menos que el Príncipe
Rubio y sus colegas dignatarios del Norte logren develar este misterio, lo
único que parece claro en este cuento, es que hay un solo final feliz: el de unrégimen
corrupto y violador de derechos humanos, que permanece impune. La señora DUM
quedó consu reputación mancillada. No se sabe si fue o no a complacer al
régimen y si así fue, a cambio de qué.
El Rey del Norte quedó como un mentiroso y ejecutor de los deseos del
régimen corrupto y violador de derechos humanos y tampoco se sabe a cambio de
qué. Pero como lo peor sería que los jóvenes Maravilla permanecieran sacrificados
y sus masacradores, riendo, una cosa le advertimos a la señora DUM y al Rey del
Norte: si llegasen a NO aplicar sanciones al régimen y
aun así éste no liberara y eximiera de todo cargo a TODOS los detenidos
con motivo de las protestas, al dirigente político Leopoldo López y a los dos Alcaldes juzgados sin el debido
proceso, los tendremos a los dos como sus cómplices. No aceptamos nada menos, a
cambio de tan descarada legitimación de capitales sucios, hoy más que nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico