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miércoles, 14 de mayo de 2014

El templo y la letrina

FREDDY NÚÑEZ 13 de mayo de 2014

Antes de suicidarse descerrajándose un tiro, escribió una nota que quedó en manos de la KGB. Tuvieron que pasar más de tres décadas antes de que fuera posible conocer su contenido. Atormentada su conciencia, avergonzado  por haber apoyado hasta el asco al régimen de Stalin dejaba claro que "creía estar defendiendo un templo y resultó ser una letrina".

Habían pasado tres años desde la muerte del déspota, en marzo de 1953. Alexander Fadeiev, fue autor de una novela famosa, La Joven Guardia, y uno de los creadores del sindicato de escritores, desde donde contribuyó a perseguir toda manifestación artística que no estuviera dirigida a cantar las maravillas del régimen.

Quien no lo hiciera, quien no actuara como “patriota cooperante” como denomina el gobierno de Maduro a los sapos, era apátrida, enemigo del pueblo, y su destino eran los campos de concentración, la tortura y la muerte. Ese sistema tan envidiado por el "gigante destructor" es el que han pretendido imponer aquí, con las variantes tropicales de los Castro.

Pero han fracasado. Que jamás puedan instalar aquí lo que Sandor Marai describió como "un régimen que prohibía no solo hablar y escribir libremente, sino también callar libremente", depende de nuestra capacidad de consolidar la unidad de todas las fuerzas de la alternativa democrática.

Se requiere una organización sensata y articulada de las protestas legítimas de los diversos sectores nacionales. La economía nacional con el actual modelo primitivo y mundialmente fracasado, no tiene ninguna viabilidad; al contrario, profundiza a diario la rabia popular por la escasez y carestía de absolutamente todo.

El diseño de una estrategia que combine los diversos elementos políticos, económicos y sociales en juego, con un norte inequívoco, esto es, ganar de manera contundente la asamblea nacional en las elecciones del año que viene, es la vía para iniciar una nueva etapa en la historia del país sacudiéndonos esta experiencia nefasta, que ha destruido a Venezuela en medio de una orgía de corrupción, ineficacia y violación permanente de los derechos humanos.

El último circo barato montado por el ministro Rodríguez Torres, solo logra recordarnos que el cinismo y la mentira las convirtió en política de Estado el "gigante destructor". Pero también, tanta estulticia nos trae a la memoria el caso Anderson. Hay que leer el libro A ese muchacho lo van a matar, escrito por María Angélica Correa, para tener absolutamente claro que este régimen es capaz de cualquier cosa, lea bien, de cualquier cosa, con tal de aferrarse al poder. Ver al ministro en la rueda de prensa, era una especie de remate del fiscal Isaías Rodríguez y su "testigo estrella" Giovanni Vásquez.

No se debe caer en la trampa del gobierno, como dijo Mario Vargas Llosa, "si la oposición se divide, se suicida". Quien desestabiliza y destruye al país es el gobierno. La letrina está llena.

Tomado de: http://www.talcualdigital.com/Nota/visor.aspx?id=102803&tipo=AVA

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