Por EUCARIS PERDOMO - ene 4, 2015
“Venezuela no se ha perdido ni se
perderá nunca porque
un ciudadano se burle del Presidente.
Venezuela
se perderá cuando el Presidente se burle
de
los ciudadanos” (Gral. Carlos
Soublette 1789 – 1870)
Dentro de la historia de Venezuela
existen muchos ejemplos de militarismo, totalitarismo y caudillismo e incluso
de dictadores admirados por la ignorancia de nuestro pueblo.
Pero indiscutiblemente por su impacto
dentro de los aspectos político, económico y social del país, dos personajes
han resultado los más influyentes. Uno a principios del siglo XX, el Gral. Juan
Vicente Gómez y otro al final del mismo siglo y comienzos del nuevo milenio, el
Tte. Cnel. Hugo Chávez.
Queremos mostrar las principales
similitudes y diferencias entre ambos líderes, pero también la importancia de
las ciencias sociales como herramienta fundamental para acabar con la
admiración hacia personas que ostentan el poder en beneficio personal, diciendo
que lo hacen en nombre del pueblo.
Hay que romper este ciclo en el que
constantemente caemos. Para ello es menester un trabajo integral en la
capacitación política, psicológica, social y económica de nuestro pueblo.
La historia universal da cuenta de cómo
pueblos considerados “bárbaros” como los vikingos (que se dedicaron al saqueo y
violación de los derechos de los habitantes del norte de Europa), hoy son los
países con mayores niveles de desarrollo en el mundo moderno (Suecia, Noruega y
Dinamarca).
¿Cómo lograron superar esa admiración
por la violencia? ¿Cómo se convirtieron en los grandes países ejemplo de la
humanidad civilizada? ¿Podrá Venezuela superar esta escalada de violencia
generalizada?
Las respuestas a todas estas preguntas
las tienen las ciencias sociales. Hay que capacitar a nuestro pueblo en
conceptos elementales en la política (Tiranía vs Democracia), en la economía
(Pobreza vs Riqueza) y en la psicología (Paz vs Violencia), impulsándolos
siempre hacia el equilibrio de poderes, la tolerancia, el libre pensamiento, la
justicia y el progreso económico que todos pedimos a gritos.
Hay mucho por hacer en un país donde
tiranos militaristas han muerto tranquilos en el poder, rodeados de centenares
de médicos y atenciones especiales, dejando grandes fortunas personales a los
suyos y que incluso, después de muertos, dejaron “poderes públicos” creados a
su medida que no permiten la crítica.
Hoy demandamos que prevalezca la
racionalidad objetiva sobre la barbarie.
Recordemos que civilistas ejemplos de rectitud, sabiduría,
honestidad y pacifismo como el doctor José María Vargas y Rómulo Gallegos,
entre otros, fueron víctimas de violentos militaristas, sufrieron golpes de
estado y murieron con la tragedia de ver imponer la barbarie sobre la
civilización.
Honor a quienes trabajan para romper el
triple yugo de la humanidad: la ignorancia, la tiranía y el vicio.
Similitudes
y diferencias en lo militar
Gómez fue un militar exitoso. Participó
el 23 de mayo de 1899 en la Revolución Liberal Restauradora, cruzando el río
Táchira con su compadre General Cipriano Castro. Llegaron a Caracas triunfantes
y aclamados por el pueblo el 23 de octubre del mismo año. Se destacó como el
segundo abordo de la Revolución, sus dotes en las artes militares poco a poco
lo pusieron en pugna con su compadre, quien vio en él a un posible sucesor.
Gómez venció en batalla a todos los
caudillos de la época guzmancista y de la Federación. En un momento dado, todos
estos caudillos llegaron a formar un ejército de 14.000 hombres contra Castro.
Gómez recorrió prácticamente todo el
país luchando contra los caudillos y los derrotó finalmente en 1903 en Ciudad
Bolívar.
Chávez fue un militar fracasado.
Participó como líder militar en el golpe de Estado contra la democracia
representada en ese momento por el presidente Carlos Andrés Pérez el 4 de
febrero de 1992. Fue la única acción militar que realizó en vida, de la cual
salió derrotado, escondiéndose en el Museo Militar de La Planicie, donde luego
fue detenido. Fue el único de los implicados en el golpe que no alcanzó su
objetivo.
Similitudes
y diferencias personales
Gómez fue un hombre de poco hablar,
cauteloso, prudente, comedido en todas sus actitudes, poco comunicativo, nunca
se sabía a ciencia exacta lo que pensaba.
Chávez fue un orador por excelencia,
improvisaba, cantaba, declamaba, articulaba y permanentemente se encadenaba en
radio y televisión. Era impulsivo y muchas veces insultó y peleó con sus
adversarios políticos internos y externos (el imperio yanqui). En ocasiones
salía de sí mismo, por lo inestable de su carácter.
Ambos sentían placer por los halagos.
Les encantaban los títulos rimbombantes. Gómez fue El Benemérito, El Pacificador y El Caudillo
Ilustre. Chávez fue El Redentor de los Pobres, El Comandante Eterno y el
Gigante.
Ambos coincidieron en idolatrar a Simón
Bolívar. Gómez nació, y dicen que murió, el mismo día que El Libertador. Chávez
denominó a su revolución bolivariana y le cambió el nombre a la República
colocándole el nombre de Bolivariana.
Ambos fueron terribles con sus
adversarios políticos y con los estudiantes que protestaban solicitando
democracia. Ambos tuvieron en su haber una gran cantidad de presos políticos o
presos de conciencia.
Similitudes
en la política interna
Ambos se caracterizaron por concentrar
el poder en sus manos, aunque guardando las formas democráticas. Ambos
modificaron la Constitución a su medida para incrementar el período
presidencial y permitir la reelección, aunque Chávez estableció la reelección
indefinida.
Otra similitud en lo político es su
marcado nepotismo dentro del gobierno. Gómez tuvo a su hermano Juan Crisóstomo
en la vicepresidencia y su hijo fue ministro de Guerra. Chávez montó a su padre
en la gobernación de Barinas y luego a su hermano; designó a otro hermano
ministro y a un tercero alcalde. Sus hijas mayores tienen cargos en la administración
pública.
Diferencias
en la política exterior
Gómez puso fin al conflicto con las
potencias extranjeras que tenía su compadre Castro y promovió un ambiente de
paz, incluso durante la Primera Guerra Mundial.
Chávez generó un ambiente hostil contra
EEUU y otros países hermanos como Colombia y Perú, por considerarlos enemigos
ideológicos.
Similitudes
y diferencias en lo económico
Gómez dio apertura a la naciente
industria petrolera norteamericana. A pesar de ser criticado por entreguista,
la realidad es que fue un gran administrador y estratega. Atrajo las grandes
inversiones extranjeras y aprovechándose de estos ingresos pagó la deuda
externa de Venezuela en la conmemoración de los 100 años de la muerte del Padre
de la Patria. Hasta ahora ha sido el único presidente en hacerlo.
Chávez, a pesar de contar con el boom
petrolero más grande y largo de la historia, incrementó la deuda externa de $30
mil MM a $218 mil MM, destruyó el aparato productivo nacional y desató la
inflación más elevada del mundo, acompañado por un alto grado de corrupción
(sólo Cadivi contabiliza $25 mil MM en un año) y escasez. Un pésimo
administrador sin lugar a dudas.
Resumen
Gómez ostenta el liderato con el que
sueña todo Dictador: permanecer en el poder hasta su muerte. Fue Presidente de
Venezuela por más tiempo que ningún otro Caudillo Militar en Venezuela, 27 años
ininterrumpidos.
Se rodeó de hombres sumamente preparados
que sentaron las bases para instalar el sistema democrático y de mayor
prosperidad que ha vivido el país.
Los años posteriores a su muerte se
conocen como el “Siglo de Oro” en el ámbito económico. En las décadas
siguientes a su muerte, Venezuela se convirtió en el mayor exportador de
petróleo del mundo, elevando su ingreso per cápita a límites inimaginables. Su
población dejó de ser rural y se convirtió en urbana, y un porcentaje
importante de ella pasó a engrosar la clase media.
Tras la muerte de Chávez, las
expectativas del país son totalmente adversas. Se espera mayor pobreza y
fanatismo político. El país va hacia la ruina total. Lo peor que pudo haber
hecho Chávez fue rodearse de aduladores sin preparación, principios, moral ni
ética y designar como sucesor a una persona muy gris. El retorno a un modelo
político más democrático no se ve claro.
Los hombres que dejó Chávez al mando del
país, continúan arremetiendo desde diferentes ángulos principalmente el
psicológico, utilizando los medios de comunicación de forma hegemónica para
resaltar el culto a la personalidad de un tirano.
Desde la arista económica, los sucesores
siguen despilfarrando grandes sumas de dinero en proselitismo político
destinado a los sectores más vulnerables desde todo punto de vista (social,
económico, psicológico y educativo), de la población.
Estos grupos desconocen la verdad y por
tal razón no ven el pluralismo, ni la ventaja de la libertad de pensamiento y
mucho menos la posibilidad de progresar y mejorar su calidad de vida.
Al parecer, la premisa del gobierno
actual es gobernar sobre las ruinas del país.
Existe una esperanza electoral muy
importante para cambiar el futuro cercano del país. Tenemos que trabajar por
ese cambio desde la Asamblea Nacional y para ello, como dijimos más arriba,
debemos capacitar a nuestro pueblo en conceptos elementales de la política, la
economía y la psicología para que entiendan que los grillos ideológicos,
impuestos por el gobierno con misiones que sólo buscan esclavizarlos eternamente,
se pueden romper.
Venezuela merece tener ciudadanos con
calidad de vida, que defiendan el equilibrio de los poderes, que garanticen la
democracia, que sean tolerantes, que puedan expresarse libremente sin ser
atacados por ello, que encuentren justicia y que progresen económicamente,
porque al fin de cuentas, hasta quienes viven en pobreza y pobreza extrema,
desean salir de esa condición para vivir mejor ¡Es justo y necesario!
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