Por Damián Prat C.
Solo quien tiene miedo, mucho
miedo, recurre a la desesperada y brutal amenaza de pretender obligar a que los
empleados a su cargo hagan una foto de su voto y se la muestren al día
siguiente del 6D bajo la amenaza de tomar represalias, e incluso, despedirlos
si no lo hacen. Alguien que tenga una mínima certeza de contar con el favor
popular no recurre a brutalidades como esa. Aunque… ¡claro! un demócrata, un
político decente que respete al pueblo, a los trabajadores, jamás haría algo
así ni ganando ni perdiendo. Esa barbarie desesperada está ocurriendo en
algunas oficinas públicas, como han denunciado trabajadores afectados (ya
escuchamos el audio en una oficina de aduanas), en algunos lugares del (muy
deteriorado y abandonado) sistema de salud pública, en parte del sistema
educativo, en industrias estatales.
Solo alguien con mucho
miedo a tener que responder por el desastre social y la ruina económica
que han ocasionado se pone a amenazar con “lanzarse a la calle con los
militares si perdemos” intentando de esa manera sembrar terror para intentar
vanamente que la gente modifique su decisión de votar por el cambio y la
justicia. Solo una macollita de grandes corruptos podría apelar a la campaña de
siembra de miedo, justo porque quienes tienen mucho miedo son ellos. Solo los
que tienen mucho miedo de perder el manejo de negocios corruptos, privilegios
impunes y prebendas podrán lanzar una campaña de amedrentamiento ordenando,
bajo amenaza de retaliaciones y despidos, a jefes intermedios de empleados
públicos, supervisores de industrias estatales, directores de escuelas a que a
su vez amenacen a trabajadores, maestros y empleados para que firmen un 1x10
que no desean y obliguen a familiares y amigos a que también lo hagan. Esa
operación es la que uno de los asustados jefes llama la maquinaria.
¿Por qué tienen tanto
miedo? Porque se han acostumbrado tanto a la impunidad con que cuentan
para la corrupción, los atropellos, el abuso de poder y el uso del Estado, los
dineros y bienes públicos como si fueran de su propiedad particular, que los
aterra perder todo eso. Tras años de indolencia con el pueblo, maltratos,
violación de derechos laborales, enriquecimiento ilícito sin límites, se
encuentran con que el pueblo está harto del engaño y la ruina y quiere cambio.
Tras años de mentir con el discurso fariseo de que ellos son “revolución,
pueblo y socialismo” mientras hacen justo lo contrario, manejan el tesoro
nacional como su hacienda particular, incluyendo crear empresas de maletín en
Panamá, abrir cuentas en Andorra y en los países-islas de paraísos fiscales.
Son los que destrozaron lo productivo venezolano causando la tremenda
escasez y las infames colas. Tras años de todo eso saben que están a punto de
ser derrotados con votos, una avalancha de votos, por el pueblo, incluyendo
buena parte del que por años les creyó y les dio poder.
Venezuela no tiene
miedo. Son los corruptos y los destructores de Guayana y Venezuela quienes
tienen miedo y por eso amenazan y hacen tantos actos desesperados. A tres
semanas de las elecciones inventan hasta los peores populismos como destruir la
industria avícola con tal de hacer creer que bajan los precios de los
huevos. Pan para hoy y mucha hambre para mañana. Lo único que les quita el
sueño es el poder para ellos. Lo demás no les importa.
Nadie debe tener miedo de
ejercer su voto con libertad de conciencia. El voto es secreto. No hay
forma alguna de que el gobierno sepa por quién votó
cada quien. Mienten sobre eso como sobre tantas otras cosas. ¿Alguien
sabe de algún caso que el gobierno haya podido tomar represalias contra alguien
por haber votado con libertad contra lo que el régimen quiso imponer? Nunca por
el voto. Atropellos indignos han ocurrido, muchos, cuando la gente se ha
manifestado pero nunca han podido descubrir por quién vota nadie. Así que…
¡agarre pero vote por el cambio y la Unidad!
Es la hora del cambio. Del
cambio democrático. Del cambio progresista. Para el progreso social y nunca más
para este retroceso terrible de empobrecimiento. La hora del cambio para que
nunca más se humille a las personas con amenazas por su voto libre ni para
condicionarle la ayuda del Estado a que tenga que arrodillarse ante los que
ejercen el poder. La hora del cambio, sin miedo, para rescatar nuestras
industrias y que sean productivas y mejores. Para que haya instituciones libres
que le hagan muy difícil la cosa a los corruptos y nunca más para que los
corruptos usen el poder político con impunidad como ahora. La hora del cambio
para enderezar la economía, contener la inflación y proteger el salario del
trabajador y el ingreso de la familia. Para que haya medicinas y alimentos
dependiendo cada vez menos de las importaciones. Para atraer inversiones y
crear más y mejores industrias. Para asegurar los derechos laborales y
sindicales que deben significar ascenso social para millones. Votando en
avalancha se derrota el ventajismo, los abusos y las trampas.
26-11-15
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