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sábado, 5 de diciembre de 2015

No al fraude de la misión vivienda por @oscarbastidas25


Por Oscar Bastidas-Delgado


Quienes desde la perspectiva de construir un socialismo a la venezolana en los 70s, intentamos diferenciar nuestras propuestas de socialismo democrático diseñado sobre nuestra realidad de los construidos por los países dirigidos en aquel momento por partidos comunistas, cometimos el error de calificarlos como del “socialismo real” en lugar de comunismos como correspondía. De haberlos calificado así, hubiésemos diferenciado entre ese comunismo y los genuinos socialismos que en otros lares del planeta pretendían y aún pretenden constituirse en referencias de sociedades con valores y principios con las personas como su razón de ser.


Manejar el panorama de los socialismos posibles cobra vigencia en nuestro país a fin de diferenciarlos del mal denominado “Socialismo del Siglo XXI” que no es más que la franquicia comunista cubana adquirida por el fallecido primer mandatario Chávez; ese concepto vacuo y amorfo del mal denominado “Socialismo del Siglo XXI” no es más que una mezcla de “Mar de la felicidad” con populismo corporativo y ramplón que nada debe envidiar al populismo de Mussolini con sus descamisados (cualquier parecido con los franelas rojas es pura coincidencia), el de Hitler con su Volkswagen o “automóvil del pueblo”, y el de Perón que con sus ofertas al pueblo destruyó una economía en interesante proceso de industrialización. No se equivocó Noam Chomsky al calificar ese dizque socialismo como un atraso por sus “propuestas guerrilleras, golpistas, y militaristas como de los 60s”.

Tampoco se equivocó Chomsky cuando, recientemente, los acusó de imponer modelos “desde arriba “como el cubano de vivienda en el que no se otorga el derecho de propiedad sino simples adjudicaciones con limitados derechos de uso y de permuta de unas por otras. Ese nada original populismo extremo con sus nefastas consecuencias en una masa llamada pueblo se complementa con amenazas y chantajes como despedir del trabajo a los casi tres millones de desempleados disfrazados de empleados públicos, o sacar a los adjudicados por la Misión Vivienda de los apartamentos que simplemente ocupan si no demuestran mediante fotos que votaron por el candidato impuesto.

Por ello, una propuesta que formulo a los compañeros de la Mesa de La Unidad, esa que en el tarjetón electoral tiene ubicada su tarjeta abajo y a la izquierda, es que una de las primeras leyes conceda el derecho de propiedad a todos los ocupantes de viviendas de esa misión para el momento en que la ley se publique en la Gaceta Oficial; así quebraremos el chantaje, abriremos un futuro cierto a esos ocupantes al permitirle proyectar los arreglos que sus propias viviendas y poder dejarlas en herencia a sus hijos. Ello pasa por adscribir todas las viviendas de esa misión al INAVI y establecerles precios apropiados a las condiciones de pago de las mismas pues las viviendas se aprecian más en la medida en que se pagan con honestidad.

Venezuela no soporta el crecimiento del ejercito de pedigüeños formados por estos populistas; por ahora, el 6 de diciembre, saquemos a los Cabello de la Asamblea Nacional.

04-12-15




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