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miércoles, 8 de junio de 2016

El estallido ya comenzó, por @lmesculpi



Luis Manuel Esculpí 07 de junio de 2016

Quien tenía la misión de recuperar el Guaire no ha vuelto a hablar de las "colas sabrosas". El agente del gobierno para los derechos humanos; Germán Saltrón no coincide con Jackeline y afirma:"las colas son premeditadas". Añadiendo que "Venezuela supera en calidad de vida a países como Colombia, Uruguay, Argentina y Chile".

No voy a citar de nuevo los comentarios de nuestra flamante Canciller. Sí los de Maduro, quien aseguró en el Congreso de la Patria: " En Venezuela no hay hambre, pasamos un momento difícil pero el pueblo tiene acceso a sus bienes...cumpliremos la meta, para el 2018 tendremos pobreza cero".


Lo peor es que ni ellos mismos lo creen, conocen la gravedad de la situación, internamente la discuten. Aparentan seguridad y pretenden trasmitir confianza. Son prisioneros de unas gringolas ideológicas, solo adoptan medidas aisladas y con retraso por lo que al final no obtienen el efecto esperado.

Están consciente que vastos contingentes de lo que fue su sustento social ya no los acompaña. Ya no vocean la consigna que anunciaba la voluntad de restearse pese al hambre y el desempleo. Fue un slogan del pasado, el hambre es ahora una cruda y angustiante realidad. De dimensiones desconocidas en la Venezuela moderna. Antes se trancaban las calles por la inseguridad y la falta de los servicios públicos.

Las protestas sociales de los últimos días son por hambre, el testimonio de madres y padres que participan expresan esa dramática realidad, la desesperación de conseguir alimentos para sus hijos y cuando aparecen sus precios son inalcanzables para la inmensa mayoría.

Se habla mucho de un estallido o una explosión social, analistas, sociólogos, psicólogos y por supuesto dirigentes políticos han estudiado y opinado sobre tal posibilidad. Me aproximo a una consideración que le oí a Ángel Oropeza: i la conmoción social ya se inició! . El estallido está sucediendo de manera progresiva y va in crescendo. Se ha manifestado, en todas las grandes ciudades, también en poblaciones rurales de Guárico y Barinas, en Amazonas y Tucupita. La más reciente en el corazón de la capital, en las céntricas avenida Urdaneta y Fuerzas Armadas, estuvo especial repercusión, porque se asoció el reclamo de la comida a la necesidad del cambio, al plantearse abiertamente la alternativa del revocatorio, además por su carácter masivo y la proximidad a Miraflores.

En el imaginario o el subconsciente colectivo cuando se habla de explosión social, surgen las imágenes de el Caracazo, ese fue un fenómeno que se produjo fundamentalmente en él área metropolitana, la explosión ahora es nacional, por ello el gobierno para evitar la coincidencia simultánea ha optado por la represión inmediata, a diferencia del año ochenta y nueve, porque en aquella oportunidad la Policía Metropolitana se encontraba en huelga.

Ahora el control gubernamental sobre los medios de comunicación y la autocensura limita la difusión masiva de las movilizaciones, las imágenes del Caracazo se trasmitieron en vivo y directo, sin justificar en ningún caso los saqueos o sus intentos (se han intensificado recientemente) en el Caracazo fueron desvalijados todo tipo de establecimientos comerciales; tiendas de equipos de sonido, computación, ropa, licoreras etc. En esta oportunidad esos hechos solo se han producido en las colas frente a los mercados y supermercados en la búsqueda desesperada de alimentos.

Entre tanto el gobierno se niega a la ayuda humanitaria para recibir alimentos y medicinas e inventa los CLAP, mecanismo de distribución discriminatorio incapaz de hacer el milagro de vender lo inexistente, además lo poco que existe pretende distribuirlo entre los partidarios que le quedan al oficialismo.

La crisis económica y social tiende a agudizarse peligrosamente, urge resolver la grave escasez de alimentos y medicinas en el corto plazo, más allá de esta difícil contingencia, es imprescindible una alternativa para el cambio político lo menos traumática posible, como la planteada a través del referéndum revocatorio.

Luis Manuel Esculpí

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