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miércoles, 1 de junio de 2016

RR en 2016: ¡más allá de las firmas!, @jesusalexisgon



Por Jesús Alexis González, 30/05/2016

El movimiento chavista ha recibido (no el país) en sus 17 años de permanencia en el poder más de un millón de millones de dólares, asombrosa cifra que “complementaron” con un endeudamiento externo que en los últimos 13 años creció hasta 120.925 millones de dólares  propiciando que ahora cuando el precio promedio de nuestro crudo se mantiene (mayo 2016) sobre los $36,3/b(luego de larga permanencia sobre los $100/b) se debe destinar más del 50% de las pocas divisas que ingresan al país  para el pago de dicha deuda; en un entorno inflacionario que pudiere superar la tasa del 700% a finales del 2016 impulsada por la desbordada emisión irresponsable e incontrolable de dinero inorgánico (el BCV no tiene autonomía) bajo la figura de una liquidez monetaria superior a ¡Bs 3 billones!(finales 2015) con obvio impacto sobre la inflación (mas masa monetaria vs menos oferta de bienes y servicios) que ha propiciado una escasez del 82% en el Área Metropolitana de Caracas (Datanálisis, mayo 2016) la zona ¡mejor abastecida del país!; al tiempo que a nivel nacional el 87% de los hogares no puede con sus ingresos comprar los alimentos de la dieta  diaria, es decir ¡el 90% no logra alimentarse con su salario integral!(salario mínimo mas bono=Bs33.000)perfilando (según investigación de expertos) que solo un 19% de la población no es pobre y que existe un 34% de nuevos pobres que hasta hace poco pertenecían a la llamada clase media, siendo que de igual modo según datos del propio INE en 2014 se registró nacionalmente una caída del 53% en el consumo de alimentos. Tan reprochable y angustiosa situación, emanó—entre otras razones-- como consecuencia del financiamiento de un gasto público carente de visión y objetivos salvo lo atinente a la intención de mantenerse en el poder (al costo que fuere) en aras de preservar a Venezuela como trinchera defensiva contra la acción judicial por delitos de corrupción que irreversiblemente habrán de confrontar; trinchera que intentan disimular con su habitual cinismo al sostener que “La inflación no es real es inducida” “Hoy Venezuela es un país libre de hambre”.

Es justamente, la necesidad de interrumpir ese tránsito hacia el agotamiento de las posibilidades del bienestar nacional y familiar lo que aspiramos los venezolanos mediante la realización de un referendo revocatorio (RR) del Presidente de la República en 2016, y para lo cual las firmas son imprescindibles en al menos 3 de los de los pasos (¿obstáculos?) establecidos en las flexibles “normas acomodaticias al oficialismo” fijadas por el CNE con la clarísima intención de retrasar su celebración más allá del 2016; lo cual solo podremos evitar con la participación activa de ese 80% (o más) de los ciudadanos que a tenor de las encuestas rechazamos la gestión Presidencial y de ese 72% que lo culpa de la crisis económica, y que por obviedad  aspiramos que dicho RR se lleve a cabo en el presente año. En tal sentido, se hace urgente pasar de la “opinión en encuestas” a variadas acciones pacificas de presión en pro de obligar al CNE para que cumpla con su obligación de convocarlo lo cual implica abandonar la tendencia marginal de participación; asumiendo como marginal todo aquello situado al margen (al borde) y que por ende no forma parte de lo central o de lo más importante. Sin embargo, es por demás evidente la coexistencia de dos segmentos sociales con nortes encontrados, uno de ellos integrado por ciudadanos con permanente animo de participación en actividades tangibles y directas en procura de ejercer presión social para lograr la activación del RR, y otro sector que a pesar de estar convencido sobre la necesidad del RR en 2016 para desviar la ruta del país hacia un  precipicio socioeconómico, únicamente centra su “participación” en esperar pacientemente (y haciendo colas) para “expresarse mediante el voto”(en esencia la finalidad ulterior)al momento del evento electoral (¡si lo hubiere!); pero que en el ínterin no se convierte en un clamor social que presione al CNE para su convocatoria,  habida cuenta de corresponderse con una marginalidad hacia la política en general  y por ende muy poco comprometida en luchar contra el proceso de destrucción socioeconómica (y degradación de las normas sociales) que experimenta el país, al tiempo de asumir la abstención como una autoexclusión (tanto como un rechazo a la situación reinante como por desinterés) hasta constituirse en una desintegración social-electoral a la luz de no incorporarse en actividades participativas consagradas en la CRBV.

El escenario antes descrito, le facilita al movimiento chavista manejar la denominada Tiranía de Pisistrato como una aparente “dictadura popular” sustentada en la utilización del pueblo (básicamente de los más necesitados y frágiles) contra los partidos políticos (y ahora también contra la Asamblea Nacional y el sector privado de la economía) hasta configurar una oclocracia donde los demagogos e ineptos gobiernan “en nombre de la muchedumbre” haciéndolos “sentir” que son ellos quienes mandan desviándolos de su deber ser en cuanto a contribuir con la estabilidad de la democracia, con la intención soterrada de intentar perdurar en el poder ¡sin la obligación de ejercer un buen gobierno!

Resulta pertinente, desmontar el cuadro mediático elaborado por el movimiento chavista en cuanto a que Hugo Chávez fue un “arrasador permanente”  al obtener una “mayoría aplastante” en todos los procesos en los cuales participó; siendo que nunca superó el 45,3% del total de la población inscritacomo fue en la elección presidencial de diciembre 2006 luego de haber utilizado como “estrategia pre-electoral” una mayúscula elevación del gasto público populista y del arranque de las Misiones con fundamento en la transferencia directa de “bondades monetarias”. Es así, que en la elección presidencial del 06/12/1998 resultó ganador con el 33,4% del total de inscritos que le resultó “suficiente” para promover en 1999 una Constituyente en aras de una nueva Constitución (que en efecto logró); obligando a un evento electoral de relegitimación el 30/07/2000 donde obtuvo el 32,1% de la población electoral (hasta alcanzar su máximo ya citado de 45,3% en 2006) para luego “vencer” en la elección presidencial del año 2012 con el 43,3% del total de la población inscrita. Vale citar, que el actual Presidente de la República fue electo en el año 2013 (luego de retrasar el anuncio de la muerte de Hugo Chávez para ser utilizada cerca de la fecha del evento  como un “estandarte electoral”) con el 40,1% del total de inscritos con una “diferencia” del 1,15% con respecto a H. Capriles.

Con relación a la viabilidad del RR en 2016, vale referenciar el caso de RCTV de ¡hace 9 años! cuando existía  la percepción “que eso no sucederá” y ¡sucedió! construyendo otro escalón hacia el totalitarismo, que en la actualidad aparentemente se enrumba hacia el Grupo de Empresas Polar (ejemplo de eficiencia empresarial privada) y muchos al igual que antes sostienen que ¡eso no sucederá! siendo que con apoyo de terceros comprometidos posiblemente cometan la temeridad de llevarlo a cabo; de igual modo distintos “Presidentes rotativos” del CNE ya han afirmado que ¡en 2016 no habrá RR! (“reafirmado” por el cómplice silencio del CNE) y sin embargo con una pasividad desconcertante (y sin prueba en contrario) se ¡alega que si habrá! habida cuenta de estar consagrado en la CRBV al tiempo de responder a la voluntad del pueblo; como si esos valores democráticos fueran de importancia para el movimiento chavista.

Reflexión final: el RR será solo posible en 2016 si media la participación activa de ese 80% del pueblo que así lo desea hasta convertirse en una ¡presión social sustentable y medible!


Economista Jesús Alexis González
@jesusalexisgon

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