Por Leandro Rodríguez
Linárez
El primero “Libertad a los
presos políticos” es una petición sobreseída, más allá del colosal valor
humanitario que reviste, al buscar resarcir abominables violaciones de derechos
humanos a víctimas y victimaros que sembraron más dudas que respuestas, el gobierno
ha dejado muy en claro que no dará su brazo a torcer, ese punto en particular
es como pedirle a un juez corrupto que se autocondene, solo será posible
implantando institucionalidad en el país ¡Esa es la lucha!
La “Salida democrática este
mismo año”, planteada en la forma estampada pareciera una dádiva del gobierno,
una excepción, un favor y nada más alejado de ello, el referéndum revocatorio y
las elecciones regionales son un derecho ciudadano, constitucional y es
“obligación” de las instituciones responsables, en este caso el CNE, llevarlas
a cabo con celeridad y transparencia.
No debe ser asunto debatible, no debe
considerarse un anexo en un documento, es un derecho que sí se intenta
sabotear, escamotear o retrasar debe ser exigido tal y como se ha venido
aplicando, con “presión social” porque está por encima del gobierno,
instituciones y de cualquier tolda política, yace impregnada de pueblo, de
nación ¡Allí está la clave!
Similar al punto anterior
“Respeto a la Asamblea Nacional” tampoco es un favor que se pide, es una acción
que se debe ejecutar. Sí bien es cierto, a petición del Ejecutivo Nacional, el
TSJ ha venido cercenándole competencias constitucionales tácitas y exclusivas,
el parlamento venezolano ha continuado con su labor de discusión de proyectos
de leyes, aprobándolas, realizando labores de control y sobretodo discutiendo
temas reales, necesarios, de trascendencia para los habitantes de este país,
hechos que desde hace más de una década no se celebraban en el Palacio Federal
Legislativo. Este punto no se debe solicitar, sino ejecutar.
“Reconocimiento de la crisis
humanitaria”, un punto inoficioso por sí solo, muy difícilmente el gobierno
reconozca sus errores, sus fracasos y desaciertos, reconocer la crisis sería
aceptar el rotundo fracaso de su proyecto, en todo caso, su fracaso ya es
rimbombante dentro y fuera de nuestras fronteras. No debe ser un punto de honor
que el gobierno lo acepte, sí lo debe ser el no desistir en encontrar
soluciones a través del universo de propuestas provenientes desde los distintos
sectores del país, del parlamento venezolano, de los distintos actores
políticos… hacerlas públicas, generar entendimiento, lograrlas.
Estos “Cuatro Puntos”
evidencian, aunque muchos afectos y desafectos a la MUD lo duden, el ánimo democrático
de las fuerzas que exigen cambio en una realidad desinstitucionalizada muy
cuesta arriba. El dialogo ha sido una treta del gobierno para ganar tiempo y
cubrir formalismos ¡Ya se agotó! ante esta situación los “Cuatro Puntos” a
manera de edicto deben representar parte de la justificación de la presión
social, la cual debe continuar incesante bajo el amparo constitucional,
reclamando lo que corresponde al pueblo por deber y derecho.
01-06-16
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