Fernando Camino 22 de julio de 2017
@fernandocaminop
Esta
semana la Mesa de la Unidad Democrática presentó a la opinión pública nacional
e internacional, su Compromiso Unitario para la Gobernabilidad. Uno de los
puntos más importantes de este documento es el que señala que: “lo primero en
la agenda del próximo gobierno es la aplicación de un Plan de Atención
Inmediata a la Crisis Humanitaria, con énfasis en alimentación y salud”.
Nos
vamos a referir en este artículo al problema de la alimentación. La crisis que
sacude a nuestro país, se genera por la aplicación de un modelo equivocado en
el manejo de la economía. A causa de esta política sufrimos de una terrible
escasez de los alimentos que por su bajo precio, podría comprar la mayoría de
la población y la oferta de alimentos que por su alto costo es imposible que lo
adquieran los consumidores.
Ante
la grave crisis de escasez y carestía de los alimentos, el Gobierno de Unidad
Nacional, con carácter de emergencia, debe ejercer acciones a corto plazo para
solventar este problema, que ya se ha convertido en crisis humanitaria y
amenaza con degenerar en emergencia humanitaria.
La
caída en la producción agrícola interna el pasado año, estimada en un 70%, ha
complicado la situación de abastecimiento de materia prima para la producción
de alimentos y la oferta de productos de consumo directo para nuestra
población. Ya hemos consumido lo producido en 2016 y este año se estima que
solo se producirá un 20% de las necesidades de materia prima para la
agroindustria.
Ante
esta situación, como solución inmediata hemos planteado la apertura de un canal
humanitario internacional, que haga posible que llegue la donación de alimentos
a los sectores más vulnerables de nuestra población y que estos alimentos
donados, por países e instituciones internacionales, sean distribuidos por
organizaciones civiles y de la iglesia católica.
Otra
solución que hemos planteado es que el Gobierno de Unidad Nacional de
prioridad, dentro del compromiso de pago de la deuda pública externa, el pago
de la deuda comercial del sector privado, con los proveedores internacionales
de materia prima para la producción de alimentos.
Es
importante señalar, que esta deuda comercial se contrajo bajo la figura legal
de un convenio cambiario, firmado entre el gobierno y la industria privada,
convenio que ha sido incumplido por el gobierno, quien se mantiene en cesación
de pago con los proveedores internacionales de materia prima para la
fabricación de alimentos. La morosidad del gobierno trajo como consecuencia, el
cierre del flujo de materia prima importada.
El
Gobierno de Unidad Nacional debe realizar operaciones de pasivos, que permitan
reducir el perfil de vencimientos de la deuda pública externa, de esta manera
se podrá destinar divisas para el pago de la deuda comercial, con los
proveedores de materia prima e insumos para la agroindustria. Esta deuda
comercial debe también ser parte de la negociación con los acreedores, en el
nuevo contexto de los cambios económicos del nuevo gobierno.
Una
vez solventada la situación de morosidad del gobierno con los proveedores
internacionales, la agroindustria podrá producir alimentos a plena capacidad.
Si aumentamos la oferta de alimentos hechos en nuestro país, tendremos un
efecto favorable para el consumidor, tanto en el abastecimiento como en los
precios de los alimentos. También tendremos ventajas en el ahorro de divisas,
ya que por cada dólar invertido en materia prima importada para producir
alimentos en nuestro país se ahorran entre cinco a nueve dólares, de acuerdo al
producto que elaboremos aquí.
Tema
del próximo artículo: Si podemos producir alimentos a corto, mediano y largo plazo
con materia prima nacional.
@fernandocaminop
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