Por Miguel Pizarro
Este Gobierno ha decidido
tomar el peor camino, ha decidido avanzar con un fraude que agravará la crisis,
el hambre, la miseria, agravará el rechazo y la presión a su modelo político
fracasado y acelerará su salida del poder. El camino que decidió Maduro llevará
a que el mundo entero lo aísle, abrirá la puerta a sanciones internacionales y
resoluciones peligrosas.
Maduro se inventó el fraude Constituyente
para intentar llevarnos a una negociación que se convirtiera en sumisión, para
que entregáramos todo a cambio de nada, para construir la decepción que
necesita en medio de la rebelión popular más grande que ha existido, y no lo
logró.
En este momento están llevando
a cabo el fraude “revolucionario” más grande de nuestra historia. Hoy habrá
ciudades militarizadas, toques de queda, zonas de seguridad alrededor de los
centros, reglas laxas para ayudar al fraude y mucha amenaza. ¿Qué revolución es
esa? ¿Una revolución que intenta obligar a votar bajo la amenaza de matar de
hambre o dejar sin trabajo a empleados públicos? ¿Una revolución dispuesta a
accionar armas en contra de todo un pueblo con tal de aferrarse al poder? Una
revolución fracasada que nos ha llevado a la peor crisis económica, política y
social de nuestro país.
El grupito privilegiado que
hoy gobierna cree que el sentimiento de frustración alrededor de la votación de
mañana servirá para detener el reclamo de esta mayoría que lucha sin descanso
por el cambio que nuestro país necesita. Subestiman la molestia y el hastío de
quienes sufren las peores consecuencias de la crisis, se burlan de la
desesperación de quien no tiene a dónde ni cómo irse, de quienes saben que su
destino está amarrado al destino de esta tierra. Su ceguera los hace creer que
esta lucha continúa en el plano formal, en el de las sentencias, resoluciones o
leyes ilegales, y no es así.
Nosotros debemos seguir. Somos
más fuertes que sus maniobras y nuestros objetivos han sido claros desde un
principio: elecciones generales, libres y transparentes; apertura del canal
humanitario que nos permita solventar la crisis que hoy vivimos; respeto a la
Constitución, a la Asamblea Nacional y a los poderes legítimos; y liberación de
todos los presos políticos. Hoy más que nunca debemos mantener nuestras
exigencias y nuestra lucha con más fortaleza, más resistencia y más convicción.
Durante 4 meses no es poco lo
que hemos avanzado y el territorio político que hemos ganado. Lo que empezó siendo
una lucha de 20 diputados frente a un piquete movió la conciencia de más de 7
millones de venezolanos, causó la toma de acciones y de posturas por parte de
quienes anteriormente apoyaban a este régimen y quebró diques dentro de las
bases de la dictadura generando presión. La fiscal general, la ex defensora del
pueblo, diputados, exministros, militares activos y retirados, y grandes
adeptos al ala gubernamental decidieron desmarcarse y exigir también respeto a
la Constitución y a nuestro derecho como venezolanos de elegir, a través del
voto, el futuro de este país.
No ha sido en vano la madurez
política que hemos alcanzado. Nos hemos organizado, hemos entendido que la paz,
la unidad y la razón son nuestras armas en contra de quienes solo predican el
odio, la violencia y la división entre hermanos. Hemos entendido que los
problemas políticos tienen soluciones políticas, que el inmediatismo y los
atajos solo desencadenan más crisis y caos y que no hay fórmulas mágicas para
desafiar a la dictadura.
Nos hemos enfrentado a
situaciones para las que ninguno de nosotros estaba preparado. El régimen ha
violado una lista entera de Derechos Humanos, ha desencadenado episodios
innecesarios de censura, represión salvaje, asesinatos, persecuciones,
detenciones, torturas físicas y psicológicas. Y ante esto nuestra respuesta ha
sido, es y será convertir el dolor en fuerza y motivos para cambiar esta
realidad que estamos viviendo. La lucha de quienes perdieron incluso su vida en
una refriega jamás será en vano. Es nuestro deber rendir honor a su esfuerzo,
no retroceder, no bajar la guardia y no rendirnos.
A quienes hoy cumplen las
órdenes para cometer tan inhumanas acciones, esta lucha también es por ustedes,
es por su familia que también sufre por culpa de la escasez, es para que más
nunca sean amenazados para seguir mandatos, es para que su uniforme sea
sinónimo de honor y respeto y jamás sea rebajado ni utilizado para accionar
armas en contra de quienes defienden sus derechos. Los venezolanos no deseamos
soluciones militares a problemas políticos, nosotros exigimos que se apeguen a
nuestra Constitución, la respeten y la defiendan.
Este país tal y como está
planteado es ingobernable. Cuando una minoría intenta cerrar los caminos
constitucionales, electorales y pacíficos, está condenada a sufrir las
consecuencias del descontento y el clamor de una mayoría que quiere cambio.
Vienen tiempos de amenazas y probablemente de mayor violencia y detenciones que
requieren de nuestra preparación física y mental. Quienes iniciamos esta lucha,
creemos fielmente en que si este país no tiene futuro, nosotros no tenemos
futuro, y es por eso que estamos dispuestos a asumir el costo necesario de la
libertad, la justicia y la democracia para Venezuela.
Ante su violencia y su intento
de amedrentarnos y frustrarnos, más miedo debe darnos que Maduro se quede para
toda la vida y nos condene a la realidad que estamos viviendo. En nuestro país
todos sabemos que el Gobierno y su modelo han fracasado, lo que está en
discusión es que tan costoso será salir de esta tragedia para los venezolanos.
No se trata de poner la lucha en la polarización de valientes versus moderados,
ni jóvenes versus viejos. La lucha que está planteada es la del país entero
versus Maduro y su cúpula corrupta. ¡Y esa lucha la vamos a ganar!
No faltarán quienes en estos
tiempos quieran llenar de culpas y de señalamientos, quienes crean que la
desesperanza y el desaliento es nuestro único camino. A ellos también les digo,
es necesario tomar acciones y posturas y no quedarnos en el discurso. Hemos
movido conciencias y a ese chavismo que ha tomado posturas en contra de la ANC
y las pretensiones de Maduro, también les decimos que es hora de unir esfuerzos
en todos los frentes y luchar unidos.
Yo he visto chamos caer, he
visto a madres llorar, he visto a barrios enteros resistir y no estoy dispuesto
a regalar ni mi futuro ni mi país. No estoy dispuesto a esconderme y
retroceder. Estoy convencido de que estamos en el momento más importante de
nuestras vidas, de nuestra historia y nos tocó a nosotros ser quienes
protagonicemos la lucha por el futuro y el progreso de todos, entonces
hagámoslo.
El país que soñamos sí es
posible, no caigamos nuevamente en la desesperanza y el sentimiento de derrota
que nos llevó a paralizarnos el diciembre pasado. Mantengamos la fuerza que nos
ha guiado en esta lucha durante 4 meses: una lucha por ese país en el que
nuestro sueldo represente el esfuerzo que hemos hecho para ganarlo, en el que
comprar comida y medicinas sea un proceso sin horas de cola hasta conseguirlas,
en el que llorar a amigos y familiares en el cementerio por culpa de la
inseguridad sea cosa del pasado, y en el que podamos decirle con orgullo a
quienes han emigrado que nuestro esfuerzo incansable también fue por ese boleto
que los trae de vuelta. Esa Venezuela depende de la convicción, la fortaleza,
la constancia y la unión que mantengamos. ¡NUESTRO PAÍS VALE CADA MINUTO DE
LUCHA, DE RESISTENCIA Y DE ESFUERZO!
30-07-17
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