Editorial
Por Xabier Coscojuela
La negociación entre Gobierno
y algunos integrantes de la Mesa de la Unidad Democrática parece que se ha
venido dando desde hace algunos días. Luego de negar, durante meses, cualquier
contacto con representantes de Nicolás Maduro, el pasado lunes quedó en
evidencia que sí se estaban produciendo.
A nosotros nos parece que eso
es lo sensato. Que debieron producirse antes, pero para negociar y conversar
nunca es tarde. Lo que sí no terminamos de entender es por qué quienes han
participado en esos encuentros, por parte de la oposición, no le informaron a
nadie. Esto nos parece grave. Cuando decimos a nadie no nos referimos a los
venezolanos comunes y corrientes, como nosotros, sino que tampoco a los demás
integrantes del llamado G9.
El secretario general de La
Causa R, José Ignacio Guédez, demostró que no sabía nada de los encuentros, al
publicar un tuit donde aclaraba que su partido no había participado en ninguna
negociación y que no avalaban ni condenaban los posibles acuerdos “hasta ser
consultados”.
Lo mismo le ocurrió a Avanzada
Progresista. El partido que encabeza Henri Falcón siempre ha abogado por las
negociaciones. A pesar de ello, el llamado G4 –Primero Justicia, Acción
Democrática, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo- los dejaron como la guayabera.
En esta oportunidad, no sabían nada del asunto. En los últimos días publicaron
tuits reclamando la falta de información, pero deseando que los encuentros
tuvieran resultados positivos. Ayer jueves 27 de julio, publicaron un
comunicado en la misma dirección. La coherencia es positiva.
No sabemos por qué los
integrantes del G4 manejaron con tanto secreto las conversaciones. Es cierto
que para una parte de los venezolanos cualquier entendimiento con el Gobierno
es una traición. Tal vez calcularon que, de saberse, “enfriaría” la calle.
Creemos que lo más saludable era hablarle claro al país.
Ayer Nicolás Maduro volvió a
plantear la necesidad de una negociación. Pidió que se llevara a cabo antes de
la votación para la Asamblea Nacional Constituyente. No sabemos si se puede
tomar en serio la palabra presidencial. No sabemos qué es lo que ambas partes
han puesto sobre la mesa, pero sí estamos convencidos de que el conflicto
político que vivimos se resolverá en una mesa de negociación. Cuanto más tarde
se dé, habrá más muerte y destrucción en Venezuela.
Esperamos que los dirigentes
de ambos sectores entiendan lo grave de la situación y demuestren que son
líderes de verdad, que pueden encauzar la situación y resolverla de la manera
más civilizada posible.
28-07-17
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