Omar Villalba 26 de julio de 2017
Los
venezolanos estamos experimentando un estado emocional muy fuerte, siendo lego
en psicología y temas de espiritualidad, me toca hoy reflexionar sobre nuestros
instintos, emociones y acciones ante el capítulo que estamos viviendo.
Todo
lo que están leyendo se refiere a mi observación, a la observación interior, a
verme en retrospectiva sobre las acciones que he realizado a lo largo de mi
vida, aceptando, valorando y responsabilizándome de cada una de ellas, y allí
es donde he encontrado el significado real de la tolerancia y la compasión. Comenzando
por mí, pues como servidor público, se hace necesario la practica de valores
primero en mí, para que con el ejemplo, otros puedan practicar también, pues
antes que ciudadano soy un alma, hijo de Dios, con defectos, errores, virtudes
y disposición de estar atento para aprender de mi entorno.
Mi
disertación tiene que ver con un derecho a réplica, derecho que la Constitución
y las leyes de medios me garantizan, para aclarar un hecho que atenta no solo
contra mí, sino contra el derecho a expresar nuestros puntos de vista, el
derecho a llegar a acuerdos, pero sobre todo el derecho a la tolerancia, al
respeto.
Por
algunas redes sociales circuló una información sobre mí, tergiversada, en la
que se exponía mi nombre y mis acciones, en actos que no comulgan ni con mi
forma de ser, ni con mis acciones como persona ni ciudadano. Confieso que este
hecho me molestó y entristeció en la efervescencia del momento, de allí, y
gracias al apoyo de mis vecinos, amigos y de mi familia, pude mantener la
calma, aceptar y sentir compasión, como lo dije arriba, primero por mí y luego
por los demás, porque no es posible dar afecto, mostrar y accionar con ejemplo,
sino se comienza por nosotros mismos.
Qué
pasó? Pues que el incidente de las redes sociales provino de grupos que tenemos
los mismos objetivos, recuperar la democracia de nuestra Venezuela, pero es
imposible devolverle al país lo que nos dejamos robar, no sin antes hacer un
inventario de nuestras acciones, es difícil luchar contra un gobierno que tiene
el control efectivo de las armas, además de la hegemonía comunicacional, para
que entre los que tenemos una posición diferente al autoritarismo,
totalitarismo y dictadura, nos dejemos llevar por informaciones no confirmadas,
lanzando irresponsablemente comentarios que dañan y convierten el compromiso de
muchos en blanco de la intolerancia de algunos.
El
radicalismo, la emoción sin control, el odio y la ira no son buenos consejeros,
son incitadores de acciones que llevan a consecuencias que pueden ocasionar
daños a terceros y hasta al mismo que actúe dejándose llevar por la emoción sin
control.
En
fin, y para dejar clara mi posición ante los hechos, no he apoyado ninguna
acción vandálica, y no estoy de acuerdo con ellas, especialmente cuando
vulneran los derechos de los ciudadanos de mi comunidad. Como muchos saben le
he dedicado muchos años y empeño a mis vecinos.
Yo, al
igual que todos los venezolanos que deseamos un país diferente al actual, he
trabajado desde todos los espacios a mi alcance para apoyar la lucha democrática.
He participado, junto a mis vecinos en los plantones, asistido con comida y
agua a personas vulnerables, en situaciones precarias, que también apoyan con
su presencia y sus acciones cívicas. Creamos y participamos en redes de
solidaridad para conseguir medicamentos especiales a las personas necesitadas,
todo esto por el amor que siento por mi municipio, por mi sentido de deber
cívico, en consonancia con mi labor como servidor público.
Apoyo
las acciones que la UNIDAD ha adelantado, apegado a la agenda nacional, para
lograr cambiar esta realidad nefasta que nos ha enterrado en el lodo. Adverso
con determinación el llamado radical de pequeños grupos que incitan a la
violencia y a la anarquía, sobre todo aquellos que se amparan en el poder del
gobierno, para amedrentar y crear caos en las comunidades.
Es por
ello, que llamo la atención de quienes viven en mi municipio, y conocen mi
labor de mas de 20 años al servicio público, no dar crédito a unos
encapuchados, y otros personajes más, que arremetieron con palabras falsas en
contra mi persona.
En
cuanto a quienes me lean, y sepan o no quién soy, solo me queda decirles que
seguiré trabajando por mi país, por una nueva Venezuela, donde pensar diferente
se respete.
Seguiré
siendo la voz y la acción de mi comunidad, es mi deber como vecino, político y
concejal. Apoyo a todos aquellos que han sacrificado su comodidad— amén de
aquellos que han perdido sus vidas— y han salido a luchar por la patria en un
momento tan aciago; pero siempre y cuando estos recuerden que sus derechos
llegan hasta donde afecten los derechos de los demás. Seguiré apoyando aquellos
que de forma civica, constitucional y responsable deseen los mejor para este
país.
No
estoy de acuerdo en accionar desde la irracionalidad, desde la confrontación,
desde el odio, es un deber ejemplarizar con acciones, sino ¿Qué sentido tiene
toda esta lucha si no reconocemos al otro por igual?
Cuenten
conmigo para luchar por una nueva, buena y verdadera, Venezuela. Juntos como
hermanos dispuesto a ganar por el bien común. Juntos somos mas, vamos a
derrotar el comunismo, la intolerancia, y vamos a ganar esperanza, justicia,
paz, progreso, reconciliación, se lo debemos a las generaciones futuras, y Dios
mediante vamos a cumplir.
Omar
Villalba
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