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lunes, 31 de julio de 2017

Nuevos tiempos, duras luchas por @garciasim


Por Simón García


Tengo confianza en la MUD porque conozco a la mayoría de sus líderes. Los hemos visto en una lucha que comenzaron casi solos y que luego se convirtió en el extraordinario torrente humano que ha arrojado durante 120 días un increíble ejercicio de democracia protagónica. Muestran un balance de éxitos. Basta citar tres: la consulta nacional que movilizó en un día a más de 7.6 millones de venezolanos y dos huelgas cívicas respaldadas por la mayoría de la sociedad. El uso de las trancas es polémico.

Una de sus fortalezas es ser mayoritariamente jóvenes y con una trayectoria por hacer. Otra es su relación con el conocimiento. Una tercera, su diversidad y cosmopolitismo, aunque sin embargo no han encontrado una forma adecuada de equilibrar radicalidad y prudencia. Esta diversidad y su correspondiente relación de fuerzas ha dificultado contar, (¿debilidad o virtud?) con un líder común.

Aprendieron que la fuerza del cambio, aquella que se corresponde a la infantería de un ejército, es la movilización del pueblo, fundamentalmente en la calle. Pero les falta inventar fórmulas para organizarla y promover nuevas dimensiones y extensiones de ella hasta las necesidades cotidianas de la gente.

Han orientado las acciones contra la convocatoria inconsulta e inconstitucional de una ANC destinada a liquidar las instituciones cuya independencia estorba la pretensión de constitucionalizar una dictadura.

En esa lucha hay logros y fenómenos notables, en los cuales hay que ahondar: 1. Se forjaron las bases de una unidad potencial entre organizaciones e instituciones que han decidido defender la Constitución y la democracia. 2. El resquebrajamiento del poder a partir de la actitud constitucionalista asumida por Luisa Ortega Díaz, FGR, 3. Se erosionó la base social de Maduro y surgió la distinción entre chavismo democrático (sin Maduro) y chavismo madurista (sin Chávez,). Siguen en curso contradicciones internas a propósito de desacuerdos con la represión o desempeño de la Constituyente. 4. La aproximación, todavía interferida por prejuicios mutuos, entre MUD y chavismo constitucionalista. 5. La fuerte irritación popular y una irreversible separación con los responsables de las muertes de manifestantes y los daños al país. 6. El descontento con la militarización del gobierno y la asociación de civiles y militares con mafias de corrupción y delincuencia que usan al Estado para obtener impunidad, 7. El propósito de edificar un Estado paralelo a las pautas constitucionales vigentes y profundizar la destrucción del mercado, los derechos y la libertad, 8. La aparición de una cultura con el ciudadano como actor principal de la democracia. 9. La definición de unos objetivos programáticos alternativos para crear consensos para iniciar una transición que reconquiste la constitucionalidad y permita conformar, con votos, un gobierno plural de Unidad Nacional.


Son fortalezas para encarar la reformulación de las luchas después del 30j. Vienen tiempos duros, que requieren nuevas y mejores formas de lucha para que triunfe la voluntad de toda una nación sobre la ambición de una parcialidad ilegítima. Y terminará por triunfar si hacemos nuestra parte bien.

30-07-17




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