Conrado Rodríguez 23 de mayo de 2018
Los
hechos del 20M
El domingo asistí a la movilización de un grupo de Venezolanos que viven en
Uruguay, reclamando por la transparencia y cristalinidad de los comicios
presidenciales en ese país, y en contra del fraude del Dictador Nicolás Maduro.
Mi
posición sobre Venezuela y su Gobierno es conocida. Todas las veces que he
podido acompañar la lectura de proclamas de este grupo por libertad, democracia
y respeto a los derechos humanos, he estado en señal de solidaridad con el
pueblo venezolano, como otros legisladores que también se hacen presentes.
No es
algo diferente a todas las declaraciones que los Partidos de Oposición hemos
hecho sobre el tema.
Todas
las veces que asistí, siempre lo han hecho de forma pacífica, en uso de su
legítimo derecho constitucional a la libre expresión. Prueba de ello, es que
jamás ninguna autoridad les llamó la atención.
Estuve presente frente a la embajada de ese país ocupada por representantes de
una Dictadura.
Lo
hice desde lejos, porque son ellos -los venezolanos- los que sufren el
desarraigo y las consecuencias del autoritarismo, que produce hambre y
violencia, para con su país, familias y amigos.
A 40
mts pude observar que cuando los manifestantes llegaron, ya existía un cerco
policial, por lo que no es cierto que el cerco lo pusieron los manifestantes, o
que ellos cercaron la entrada a la embajada, como da a entender el Embajador
Chirino. En segundo lugar, mientras yo estuve presente (que fue por casi una
hora), a nadie se le impidió el ejercicio del voto. Decir lo contrario es
faltar a la verdad.
El
cerco policial estaba en la calle Ciudadela esquina Rincón, mientras que
quienes iban a votar (muy pocos lo hicieron), entraban por Juncal y Rincón. Por
lo que no había obstáculos, ni manifestantes de ese otro lado.
Mientras
yo estuve, habían aproximadamente unas 40 personas manifestando en contra de
comicios que el mundo entero califica de FRAUDULENTOS. Vi cuando llegó un móvil
de la policía y les pidió documentos a los manifestantes, también vi como desde
adentro de la embajada se les sacaba fotos a los mismos, lo que fue respondido
de la misma manera por algunos manifestantes, sacando fotos con sus celulares.
Del
otro lado del cerco había una persona que los filmaba, en clara señal de
amedrentar a los que allí estaban.
Por
otro lado, una persona se acercó y comenzó a sacarme fotos. Tanta insistencia
realmente me llama poderosamente la atención.
Nadie
empujó a nadie, nadie pasó más allá del vallado. Las personas que quisieron
votar entraban por Juncal y Rincón. Estos son los hechos.
Mientras
yo estuve, que repito fue por casi una hora (de eso son testigos los
informativistas de canal 12 y 4), la manifestación fue totalmente pacífica.
Si no
hubiera sido así, porque no arrestaron a nadie?
Por
qué luego de pedir documentos, la policía no actuó?
El
Embajador Chirino necesita justificar de por qué votó muy poca gente aquí en
Uruguay. El Embajador de la Dictadura sigue vendiendo fantasías, creando un
cuento al igual que lo hace Maduro. El tema es que ya nadie les cree.
Conozco
a varios de los Venezolanos que se manifestaron, y son personas de bien que
quieren a su país libre, y verdaderamente soberano, como quieren
entrañablemente a nuestro país y a los uruguayos. Trabajan, luchan aquí en
Uruguay por un sustento para sus familias, y sueñan con la Venezuela que alguna
vez conocieron, libre y soberana, para que se acabe con tanto sufrimiento.
Se
manifiestan porque quieren que el mundo entero sepa lo que está ocurriendo en
su país, y que lo han hecho de forma pacífica siempre.
La
filmación de un canal privado muestra sólo a 5 o 6 personas, de las cuales 3 le
gritaban a alguien que entraba a la Embajada supuestamente para votar. Eso no
es parte de la manifestación que hizo el grupo de convocantes al mediodía. Eso
está muy claro en las distintas filmaciones.
Al
principio aparecen decenas de personas con carteles, y en esa segunda nota sólo
5 o 6 personas.
La
comunidad Internacional se ha manifestado en contra de unos comicios totalmente
ilegítimos.
Lastimosamente
nuestro Gobierno sigue avalando y protegiendo un régimen que no respeta la
separación de poderes, los derechos humanos y una democracia real con
garantías, que respete la voluntad del soberano.
Lamentablemente
el Gobierno ha quebrado con una larga tradición de nuestra política
internacional, de reclamar por la vigencia de los valores democráticos en
Latinoamérica y en el mundo.
Que no
se tergiversen los hechos.
La
gente de bien sabe quién es quién.
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