Julio César Arreaza B. 21 de mayo de 2018
El
régimen forajido es hoy una minoría salvaje y diabólica, sostenida por unos
chafarotes indignos de llamarse alto mando de la FA, que dominan un país a la
fuerza, secuestrándolo, y desconociéndole el primero de los derechos políticos:
el ejercicio de la soberanía popular. El mismísimo poder originario invocado
por el difunto Chávez para convocar la Constituyente de 1999. Ayunos de
escrúpulos, principios y valores lo primero que hicieron fue catapultar a la
mentira con un tenue maquillaje de verdad como política medular del régimen
forajido que devino en Estado fallido.
De las
expropiaciones delincuenciales del 2007, deriva hoy que la Conoco Phillips haya
ganado en arbitraje el pago de 2000 millones de dólares que el país no tiene y
se vean entonces obligados a embargar a la muy esquilmada y saqueada PDVSA, en
manos de la la mafia chavista. Mafia que entregó el país a Cuba, para que lo
convirtiera en centro de operaciones de las guerrillas, el crimen y el tráfico
de drogas repartidos en el 70% del territorio. El socialismo del siglo XXI es
cháchara y robo. La violencia fue introducida en la convivencia diaria en estos
20 años de tragedia y sobrevivencia. La juventud emergente deberá trabajar sin
descanso para que esta pútrida huella no impacte el futuro, y enfocarse en
sanar vidas y sanar un país.
Acabaron
con el sistema de salud y las embarazadas migran para dar a luz. La máquina de
odio sigue matando, los sicarios cometieron otra ejecución, en Táchira donde
Bernal funge de protector, figura inconstitucional inexistente, le arrebataron
la vida al insigne ganadero Tarazona al igual que lo hicieron con Oscar Pérez.
El régimen se parece a chapita Trujillo, un matón. Las muertes, las
enfermedades, los tratos crueles a los presos políticos y la enorme corrupción
les son atribuibles.
Amaneceremos
el 21 de mayo, con las mafias desnudas, debilitadas, aisladas y fracturadas.
Transformaron la crisis nacional en crisis continental. El hemisferio
democrático rechaza la dictadura que domina un país para convertirlo en centro
cubano de operación de la guerrilla y el narcotráfico donde se realizan
transacciones oscuras que afectan al vecindario.
La
estrategia del 21 de mayo es fortalecer el espíritu de lucha y resistencia.
Poner el acelerador en la dimisión de Maduro que perdió la hoja de parra de la
presidencia, ya el mundo no lo reconocerá. El tiempo del hambre no aguanta.
Desconocerlo con desobediencia ciudadana como acordó libremente el pueblo en el
plebiscito del 16-7, cuando también desconocimos a la ANC cubana. Acelerar el
proceso penal del TSJ legítimo en el juicio que le sigue a Maduro por
corrupción. Exigimos coherencia a la Dirección Política.
¡Libertad
para los presos políticos y regreso de los exiliados!
Julio
César Arreaza B.
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