Clarín 21 de mayo de 2018
El
candidato opositor Henri Falcón desconoció en la noche del domingo las
elecciones venezolanas antes de que se dieran a conocer los resultados
oficiales, y habló de múltiples irregularidades a favor del presidente Nicolás
Maduro.
"Desconocemos
este proceso electoral y lo calificamos como ilegítimo", dijo Falcón
durante una rueda de prensa en su sede de campaña en Caracas.
"Este
proceso no fue real, no lo reconocemos y exigimos que se convoquen nuevas
elecciones", agregó Falcón, el único opositor que no había aceptado unirse
a un boicot promovido por gran parte de las fuerzas antichavistas, que acusaban
las faltas de garantías en los comicios.
Falcón
habló de "serios cuestionamientos" a la jornada electoral acusando al
chavismo, entre otras cosas, de controlar que los receptores de programas
sociales gubernamentales votasen a favor de Maduro en unos llamados
"puntos rojos", unos puestos de simpatizantes chavistas colocados
cerca de los centros electorales.
"El
presidente ofreció pagos", acusó el opositor, que habló de 12.700
"puntos rojos" instalados por todo el país.
Los
comicios habían sido boicoteados ya por gran parte de la oposición por
acusaciones de fraude.
El
llamado Frente Amplio, integrado entre otros grupos por la alianza opositora
Mesa de la Unidad Democrática (MUD), calificó los comicios de "farsa"
y habló de una participación muy baja en la jornada electoral. "Los
centros electorales a nivel nacional están completamente desolados",
señaló Nicmar Evans, miembro del Frente Amplio, en un comunicado.
El
llamado Grupo de Lima, que reúne a 14 países americanos (Argentina, Brasil,
México, Colombia, Chile, Perú, Canadá, Costa Rica, Honduras, Guatemala, Panamá,
Paraguay, Santa Lucía y Guyana) señaló que no reconocerá los resultados en los
que Maduro busca la reelección para un segundo mandato de seis años.
Los
comicios son controvertidos porque los principales líderes opositores
venezolanos están inhabilitados para participar, otros están presos o en el
exilio.
El año
pasado hubo también acusaciones de fraudes en las elecciones de una Asamblea
Nacional Constituyente, que anuló en la práctica los poderes del Parlamento
controlado por la oposición, y en los comicios regionales.
Unos
20,5 millones de personas estaban llamados a participar hoy en las
controvertidas elecciones, en medio de una de las peores crisis económicas y
sociales en la historia de Venezuela.
El
país sudamericano sufre la inflación más alta del mundo, con una tasa acumulada
que debe alcanzar el 13.000 por ciento a fin de año, según estimaciones del
Fondo Monetario Internacional.
Debido
a la falta de divisas, Venezuela no puede importar gran parte los alimentos y
medicinas que necesita, organizaciones humanitarias reportan el peligro de una
crisis humanitaria debido a las carencias.
Cientos
de miles de venezolanos abandonaron en los últimos meses su país en un éxodo
masivo hacia los países vecinos, sobre todo Colombia, Brasil, Perú, Chile y
Argentina.
Maduro
asumió el poder en 2013 tras la muerte de su predecesor Hugo Chávez, artífice
del llamado "socialismo del siglo XXI" desde 1999. El chavismo
impulsó en los últimas dos décadas numerosos programas sociales para ayudar a
las clases más necesitadas, pero también es acusado desde hace tiempo de
tendencias autoritarias.
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