Por Arturo Peraza S.J.
El pueblo venezolano se
manifestó. Expresó su rechazo al sistema de opresión que lo ha llevado a la
miseria y a la emigración forzada. La abstención electoral en el proceso que de
forma ilegítima había convocado el gobierno se convirtió en el medio político
para expresar este rechazo. Según el órgano electoral (que resulta
rechazado por la misma abstención por ser poco creíble) fue del 54% (la más
alta de la historia republicana para elección de Presidente de la República al
menos desde 1958) y que según otras fuentes más creíbles rondo el 70%. Fuera
cual fuera la cifra es muy alta para el estándar venezolano de participación.
Maduro ha instaurado un
sistema distinto que el que Chávez condujo desde 1999 hasta su muerte (a
efectos políticos diciembre de 2012). El modelo de Chávez puede ser encuadrado
en el populismo latinoamericano con sus propios modos de aporte. Maduro no es
capaz de ese modelo porque no goza del carisma ni tiene a disposición los
recursos económicos que entonces tuvo su antecesor y supuesto mentor.
Progresivamente ha impuesto una dictadura bajo los esquemas del sistema
castrista y una represión que el año pasado contó 157 muertos (la mayoría
jóvenes) en manifestaciones y la existencia de 338 presos políticos al momento
de escribir esta nota. No olvidemos la situación de miseria a la que ha
sometido a un país que otrora fue una rica nación en América Latina y centro de
migración de muchos hermanos. (lo que no indica que no tuviésemos serios
problemas de justicia social).
Maduro creyó poder lidiar con
el gobierno de la misma forma que lo había hecho Chávez, pero ya desde su
elección hubo una clara manifestación que no sería así. Apenas si logró y con
dudas imponerse al candidato opositor en el 2013. En el 2015 pierden
estrepitosamente y a pesar de el ventajismo las elecciones parlamentarias.
Desde aquel momento Maduro abandona las formas democráticas. Anula al
parlamento, evita elecciones, se niega el proceso legítimo de referendo
revocatorio y convoca de forma ilegítima a una Asamblea Nacional Constituyente
que como una suerte de supra órgano que es elegida sólo por sus partidarios
(acto que también tuvo una fuerte abstención). Este órgano a su vez,
violentando los procedimientos electorales, convoca procesos con resultados más
que dudosos.
Esto condujo a este último en
el cual la ciudadanía decidió no participar. Fue un rechazo consciente que no
se dejó manipular por los mecanismos de compra de votos que de forma descarada
el gobierno implementó a través del llamado Carnet de la Patria y los Puntos
Rojos.[i] Fue un rechazo que no acepto que el
candidato de la oposición sólo pudiera ser aquel que el gobierno autorizará
como fue el caso de Henry Falcón, pues cualquier otro potencial candidato está
vetado o preso. Fue un rechazo a la misma Asamblea Nacional Constituyente
convocante que se abroga plenos poderes y que no fue ni convocada por la
población ni electa por ésta sino por el partido de gobierno.
Esta reacción de la gente del
pueblo ha sido positiva, pero no por ello se puede pensar que estamos en el
camino de solución del drama venezolano. Se me hace la imagen de una persona en
terapia intensiva que luego de haber estado inconsciente un tiempo por una
infección general, da señales de mover sus manos y abrir los ojos. Es un muy
buen signo, pero estamos lejos de una solución. La oposición venezolana no
parece estar a la altura de las circunstancias y no logra unificarse debido a
los problemas de liderazgos internos. El país está dominado por un conjunto de
mafias relacionadas con la minería, el narcotráfico, el trafico de personas, el
comercio ilegal de productos, el lavado de dinero, etc. Mafias en las cuales
participan miembros del gobierno, las Fuerza Armada y algunos empresarios. Es
compleja cualquier negociación que no tiene por vistas el interés general, sino
intereses económicos particulares ligados en muchos casos a situaciones
delictivas.
La gente en Venezuela está
esperando cambios. Está dispuesta a sumarse a una alternativa que parezca
viable para emerger de la crisis generalizada en la que esta sumido el país. El
trabajo fundamental en este momento es colaborar en la gestación de esa
alternativa en función de abrir horizonte.
[i] El
Carnet de la Patria es un documento emitido por el Estado que supone cierto
nivel de afiliación también al partido de gobierno por el cual se puede acceder
a un conjunto de beneficios sociales y que se ha hecho imprescindible para el
acceso a los mismos. A través de ese carnet el Presidente Candidato de forma
pública prometió depositar un monto considerable (unos 10 salarios mínimos) a
quien votara por él. Los puntos rojos son unos toldos con mesa colocados al
lado de los centros electorales por parte del partido de gobierno donde las
personas deben ir con el carnet para indicar que votaron por el candidato del
gobierno y de esta forma hacerse acreedores de los beneficios prometidos.
23-05-18
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