Por Maru Morales P.
Pese a las promesas, ofertas y
advertencias a los beneficiarios de los programas sociales, Maduro perdió más
de 1,3 millones de votos en comparación con la elección de 2013. El analista
Félix Seijas no descarta que el próximo paso del Gobierno tras el 20-M sea
reformar el sistema electoral. El padre Alfredo Infante teme un aumento de la
exclusión.
Caracas. En 2013, sin carnet
de la Patria ni bolsas del Clap, solo con la inercia de la muerte de Hugo
Chávez, Nicolás Maduro obtuvo, según el CNE, 7.587.579 votos. Cinco años
después, tras una campaña cargada de promesas, con la advertencia de “amor con
amor se paga” dirigida a los beneficiarios de las misiones, y con Diosdado
Cabello dando la orden directa la militancia carnetizada del Partido Socialista
Unido de Venezuela (PSUV) de votar y llevar a votar a una persona no
carnetizada, el Poder Electoral anunció la reelección de Maduro con 6.245.862.
Es decir, con 1.341.717 de
votos menos. La cifra representa una caída en la votación de casi 17,7 %
respecto a 2013.
Además de la caída en la
votación en sí misma, llaman la atención varios aspectos. Uno, que horas antes
del acto electoral del 20-M, el propio Nicolás Maduro afirmó que el total de
beneficiarios del carnet de la patria era de 16.500.000 personas (el padrón
electoral en Venezuela es de 20.527.571). Dos, que según Cabello, el total de
carnetizados del PSUV para el día de la votación era de 6.500.000. Tres, que la
meta mínima del Gobierno era alcanzar los 10.000.000 de votos. Cuatro, que al
revisar la votación desglosada por partido, se observa que los 8 partidos que
acompañaron a Maduro en 2013 y en 2018, todos registraron caída de su votación
que oscila entre 14,8 % del propio PSUV y 77,6 % de Podemos.
Partido
|
Votos
2013
|
Votos
2018
|
Variación
|
PSUV
|
6.193.662
|
5277955
|
-14,8
%
|
Somos Venezuela
|
—–
|
374.862
|
—–
|
PCV
|
283.678
|
171.043
|
-39,7
%
|
Tupamaro
|
247.648
|
98.659
|
-60,2
%
|
PPT
|
117.486
|
91.547
|
-22,1
%
|
MEP
|
93.189
|
61.400
|
-34,1
%
|
Alianza
Cambio
|
—–
|
51.197
|
—–
|
Podemos
|
210.478
|
47.041
|
-77,7
%
|
ORA
|
46.280
|
37.848
|
-18,2
%
|
UPV
|
89.990
|
34.310
|
-61,9
%
|
NCR
|
104.779
|
—–
|
—–
|
Redes
|
94.285
|
—–
|
—–
|
CRV
|
36.140
|
—–
|
—–
|
IPC
|
25.057
|
—–
|
—–
|
PRT
|
22.524
|
—–
|
—–
|
J.
Bimba
|
22.329
|
—–
|
—–
|
Total
|
7.587.525
|
6.245.862
|
-17,7
%
|
Fuente: CNE
¿La gente perdió el miedo?
El director de la encuestadora
Delphos, Félix Seijas, considera que los resultados ratifican esencialmente que
el Gobierno tiene un techo de votos que le es imposible superar.
“Quedó comprobado que el
Gobierno puede captar los votos de hasta 25 %, máximo 27 % del padrón
electoral. De ahí no pasa porque el resto de la población lo adversa de manera
frontal e incluso no está dispuesta a moverse por los beneficios sociales”.
Seíjas advierte que al
Ejecutivo le está costando mover hasta a los suyos, como lo muestra la votación
comparada de 2013-2018, por ejemplo, en la tarjeta del PSUV. “Los
programas sociales están perdiendo eficacia a la hora de amarrar gente”,
afirma.
El ejemplo más claro, explica,
son los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap): “Las
personas agarran la bolsa o la caja porque es comida, es una ayuda. Pero están
claros que ese programa aparece solo cuando viene la elección”.
El año pasado por ejemplo,
hubo tres elecciones. El Clap apareció antes de la elección de la
Constituyente, antes de las regionales y antes de las municipales. “En
los focus group lo dicen abiertamente: ‘voy a votar por ti, por esto,
pero sé que después que pase la elección no lo voy a tener y lo que me queda es
la humillación, para conseguirlo tengo que hacer cosas que no me gustan como
sonreir a la mujer del Clap, pagar en efectivo, pagar las comisiones y además
lo recibo tarde”, señala.
Ante esta nueva realidad, en
la que las amenazas indirectas o directas que pudieron haber recibido los
beneficiarios de los programas sociales no fueron suficientes para impedir la
no participación en el proceso del domingo, pareciera que el Gobierno va
perdiendo su capacidad de control social.
Aún hay personas que ven en
esos planes algo que no quieren perder, pero la mayoría lo que dice es ‘¿voy a
tener miedo de perder algo que no tengo, que me llega solo cuando hay
elecciones?’. Hay una cierta reacción de rebeldía porque no creen en la amenaza.
En este escenario, al Gobierno lo único que le queda es reprimir con la amenaza
de que tiene las armas, porque dinero no tiene”, señala.
Seijas advierte además que si
ante los resultados de 2015, cuando la oposición obtuvo la mayoría de las
curules en la Asamblea Nacional, el Gobierno hizo todo lo que pudo para evadir
cualquier consulta, referendo o elección, “las señales de alerta que mandó el
evento de ayer [domingo] le obligarán a evaluar de manera distinta otra
aventura electoral”.
Esto podría apuntar a una
reforma del sistema de votación directa, universal y secreta que rige
actualmente en Venezuela, para suplantarla por una más parecida a la aplicada
en la elección de la constituyente presidencial —como la denomina Luisa Ortega
Díaz— en la que los votos emitidos en zonas específicas del territorio tengan
más peso electoral que otros. O, simplemente, migrar abiertamente a un sistema
de votación de segundo grado como el que rige en Estados Unidos, donde son los
colegios electorales los que determinan al ganador de la elección, o el de Cuba
donde se eligen los integrantes de la Asamblea.
Lo que esta elección les
enseña a ellos es que tienen un techo que no pueden superar y que cada vez les
cuesta más llegar a ese techo. El Gobierno aprendió que el costo de puyar las
cifras de participación es muy alto. Ahora bien, el Gobierno tiene la ANC y si
se ve presionado, inmediatamente cambiará las reglas del juego, no me queda la
menor duda. Pueden llamar a un revocatorio de la Asamblea Nacional como ya han
advertido y luego para renovar esa Asamblea, repetir el sistema ensayado en la
ANC”.
Más exclusión
El padre jesuita, Alfredo
Infante, es de quienes piensa que la decisión de más de 50 % de los electores
de no participar el domingo, así como la caída de la votación de Maduro son
asuntos que tienen sin cuidado al Gobierno.
Al Gobierno no le interesa la
legalidad ni la legitimidad. La abstención no le va ni le viene. Están
convencidos de que con un mínimo porcentaje de seguidores, el control de todas
las instituciones, la Fuerza Armada de su lado y una mayoría de venezolanos
descontentos pero fragmentados, pueden gobernar el país”, señala vía
telefónica.
Infante era partidario de
participar en el proceso del 20-M, pues si bien reconoce que la abstención
puede enviar una señal fuerte al exterior, la fragmentación de la oposición a
lo interno y la desmovilización ciudadana pueden convertir la no participación
en un vector de la antipolítica: “La antipolítica sin duda favorece al
Gobierno”.
Su trabajo social de años, en
parroquias como La Vega en Caracas, le permiten predecir que los resultados del
domingo, donde el gobierno no logró que los beneficiarios de misiones salieran
masivamente, aumentarán la exclusión: “Los que no se movilizaron no
tendrán esos privilegios. Y el Presidente Maduro seguirá centrado en llevar
adelante ‘como sea’ su proyecto”.
Al igual que Seijas, no
descarta que la Constituyente esté diseñando nuevos mecanismos para controlar a
la gente y a las instituciones: “Crearán un traje a la medida que
garantice un control de las instituciones. No sé si será un cambio del sistema
electoral, pero ese traje estará contenido en la nueva Constitución”.
Foto captura de pantalla
Telesur
23-05-18
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico