Freddy Paz 25 de mayo de 2018
@freddyspaz
Los
venezolanos vivimos una tragedia sin precedentes en la historia republicana del
País.
En
pleno siglo XXI estamos sumergidos en medio de una profunda crisis económica, política
y social.
Nos ha
correspondido vivir un drama en nuestras vidas; con un gobierno fracasado, con
las instituciones del estado secuestradas y puestas al servicio de una
parcialidad política que nos gobierna.
Desde
el Consejo Nacional Electoral, por ejemplo; se ha implementado un sistema
electoral perverso y fraudulento, para torcer la voluntad popular, que comenzó
a perfeccionarse después del seis de diciembre del año 2015, para evitar la
llegada al poder por elecciones transparentes a los factores de la oposición
venezolana. Así como la utilización de instituciones del estado; para
perseguir, privar de libertad, inhabilitar, vilipendiar, y señalar a cualquier
líder político ó adversario que represente una amenaza a los intereses de una
clase gobernante, que busca para siempre quedarse en el ejercicio del poder.
Tenemos
una economía destruida, sustentada por la industria petrolera, cuyas riquezas
fueron a parar a los bolsillos de la corrupción de un grupo selecto de
chavistas.
Es
bueno recordar, que nuestra industria petrolera, era la tercera corporación
mundial más importante del mundo. Para 1998, fecha dónde gana la revolución la
Presidencia de la República; año seguido es cuando comenzó en el país, este
“cataclismo revolucionario”; la producción petrolera se estimaba en tres
millones cien mil barriles diarios; hoy después de veinte años, la producción
de petróleo, no supera un millón quinientos mil barriles diarios; lo que
significa una caída del 100% de la producción, de nuestra principal fuente de
ingresos para la república.
El
país sufre de un cáncer económico. Con controles severos; restricciones, un
sistema cambiario que ha sido utilizado para enriquecer a unos pocos, generando
una caída estrepitosa de nuestras reservas internacionales; una deuda externa e
interna casi impagable, con nuestro signo monetario, completamente devaluado y destruido.
La
hecatombe es tan grande que para 1998, la inflación acumulada fue del 81%, y
para marzo de este año, según reportes de la Comisión de Finanzas de la
Asamblea Nacional, había alcanzado cerca del 8.800% y se estima que a finales
del segundo semestre de este año, superará el 15.000%.
Una
hiperinflación que mata de hambre y necesidad a todo un pueblo.
Sufrimos
la desgracia social de un gobierno que se especializó en fabricar pobres y
miseria, destruyendo la calidad de vida del venezolano.
El
hambre es un fenómeno común a lo largo y ancho de todos los estados y
municipios de Venezuela. Un sistema de salud pública abandonado; con una
escasez de medicamentos y material médico quirúrgico.
Mientras
el hampa se multiplica, y ha cobrado miles de vidas en estos últimos años.
En
fin, vivimos en un país destruido, en manos de un gobierno que pareciera no
quiere reconocer, la tragedia que estamos viviendo.
Los
venezolanos, somos presa de un gobierno líder en hechos de corrupción
Freddy
Paz
@freddyspaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico